Calma. Sabemos que cada día que pasa la presión por los regalos navideños aumenta. Es normal, comprensible y, sí, a todos nos pasa. Dentro de la extraña belleza que desprenden estos días, tenemos también la responsabilidad, y el gusto, de alegrar la vida a personas que nos acompañan a lo largo del año haciendo del día a día algo mejor. Se merecen lo mejor de nosotros mismos. Y de nuestra cartera. Por eso, en esos momentos de agobio total en tiendas bigger than life, os ofrecemos diez propuestas para acertar.
Más allá de la subjetividad, y de los calcetines y bufandas, están las películas y las series. Cada persona tiene sus gustos, pero ese trabajo es el que te toca hacer a ti, que no podemos estar en todo. Eso sí, en estas diez opciones de regalo se ha optado por evitar todo aquello que tenga un marcado espíritu navideño. Apostamos por cinco películas y cinco series que han marcado, de un modo u otro, el año que despedimos. Algunas destinadas a los más pequeños, otras a los mayores y algunas, pocas, a aquellos que relacionan esta etapa con melancolía en vena.
Que la cara de la persona a la que regalas no lastre tus ilusiones. Si notas que es la primera vez que ve esa carátula, si sus gestos denotan extrañeza y una ligera decepción, deja que el tiempo pase y termine agradeciéndote ese regalo navideño que, además de inesperado, supuso realmente una sorpresa. La navidad no siempre debe ser una excusa para jugar sobre seguro. Aunque en algunos de los casos que mencionamos a continuación, más que una posibilidad, debería ser una obligación. Estás a tiempo, toma nota y corre a la tienda más cercana. Aquí están 5 películas y 5 series que merecen la pena. Y el dinero.
Regalos Navidades
'Mad Max: Furia en la carretera'
Todos están hablando de ella desde mayo, ¿por qué dejar de hacerlo en Navidad? Es un clásico contemporáneo que triunfará, aún más, estas navidades. Y con todo el mérito. Hablamos de la adrenalina por encima del conflicto moral. El despiporre superando las barreras de los lados oscuros del alma. La locura lanzándose con el cuchillo en los dientes sobre la cordura establecida en un género, el del blockbuster, que NECESITABA una película como 'Mad Max: Furia en la carretera'. En los últimos años nos hemos (casi) acostumbrado a perder de vista a los personajes en los grandes clímax de las películas más espectaculares. Entendemos que están pasando cosas, que se están produciendo peleas cuerpo a cuerpo, aunque no las veamos. Y eso es tan incomprensible como irrespetuoso con el espectador.
Observar claramente en medio del caos era una de las asignaturas pendientes y George Miller ofrece toda una lección de puesta en escena y, por encima de todo, montaje. Cada una de sus escenas de acción tiene poder, ritmo, contundencia y capacidad de asombro incansable. Y todo se puede ver, oler, sentir. Los golpes duelen, los derrapes provocan vértigo, los gritos se escuchan y las explosiones se sienten cerca. Logro mayúsculo en una película que es un clímax constante, bellísima en lo visual, con una fotografía y banda sonora que corta la respiración, excelsa en su equilibrio, deslumbrante en su resultado final. No estamos hablando exclusivamente de la mejor película de acción de la década, algo más que probable, sino de un trabajo cinematográfico que ha llegado para reinventar el blockbuster de la cabeza a los pies. 'Mad Max: Furia en la carretera' es una locura inolvidable. Una (buena) nochevieja constante.
'Del revés'
Navidad es, entre muchas otras cosas, una etapa relacionada directamente con la infancia. Ellos son su público objetivo, los auténticos guardianes de la inocencia y la ilusión indispensable para convertir esta etapa del año en algo realmente especial. Ellos se merecen el mejor regalo. Y el de este año es, sin lugar a dudas, la última película de la factoría Pixar. Escribir sobre 'Del revés' es tan complicado como hacerlo sobre los sentimientos y el lado más profundo del alcance emocional que puede conseguir el arte. Puede sonar complejo. Lo es. Así que empecemos por los culpables de, adiós frases muertas, una de las mejores películas de animación de la historia del cine. Puede sonar exagerado. No lo es. Los chicos de Pixar necesitaban, al parecer, un año sabático para regresar haciendo volar por los aires la puerta grande. Instalados en la excelencia pese a algunos baches que se pueden contar con la mitad de los dedos de una mano, la factoría de obras maestras más contundente de las últimas dos décadas se lanzan hacia el más difícil todavía hablando de los cambios sentimentales que sufre el ser humano cuando da el salto de la infancia a la pubertad. Puede sonar ambicioso. Y, viendo el resultado final, parece lo más sencillo del mundo. Porque, sí, lo han vuelto a hacer, han vuelto a colocar el listón a la altura del infinito (y más allá) y, de paso, han construido la reflexión más bonita, divertida, tierna, ingeniosa y, claro, emocionante, sobre esa locura que es crecer. Una obra maestra que, además de ser la mejor película del año, es el regalo perfecto. ¿Para los más pequeños? No, para TODOS. Sin excepción.
'Foxcatcher'
Puedes enfrentarte a este regalo desde dos perspectivas. La primera, reivindicarla como la película que debería haber ganado todos los Oscar el pasado año. La segunda, exceso de felicidad en Navidad, pongamos algo de tristeza. Ambas son válidas. Hablamos de la soledad, la inseguridad, el miedo, tres elementos tan cercanos a la gloria, la comodidad y el equilibrio. 'Foxcatcher', historia real de la que cuanto menos se sepa más se disfruta, se sumerge en el territorio más complejo y perturbador de este paisaje y sale victorioso, convertida en una demostración de potencial narrativo y cinematográfico sin necesidad de estridencias ni épica. Tan solo miradas, nieve y mansiones convertidas en cárceles. Bennett Miller, director que llega a su tercera película tras la notable 'Truman Capote' y la sobresaliente 'Moneyball', asienta definitivamente su estatus de director en permanente estado de forma con un trabajo soberbio en la forma, ejemplar en la puesta en escena, delicado en cada uno de sus planos, cuidadoso con sus personajes, dejando fluir las sensaciones sin prisas, con una calma tensa que hipnotiza y remueve al mismo tiempo.
La mirada perdida de John du Pont, multimillonario al que da vida un inolvidable Steve Carell, esconde toda la fuerza comprimida de 'Foxcatcher', una película excelsa que apuesta por la sobriedad por encima del artificio, las licencias dramáticas de (casi) todos los trabajos basados en historias reales se sustituyen por gritos ahogados en medio del frío. Un gélido entorno de casas aisladas, pabellones vacíos, gimnasios sin luz y porches con vistas al infinito. 'Foxcatcher' ofrece una visión profundamente sombría del sueño americano, sí, pero eso sería quedarse en la superficie de un relato que va más allá, que se mete de lleno en los agujeros más oscuros de la psique humana para descubrir que, efectivamente, en el infierno no hay espacio para la luz. Aunque sí para la tensión que inunda la calma sostenida. 'Foxcatcher' te dejará KO. Pero cada uno de sus golpes merecen la pena.
'Birdman'
Tienes razón, las navidades no son tiempo de (demasiada) reivindicación. Menos 'películas que deberían haber ganado...' y más 'películas triunfadoras'. Siempre queda bien regalar al último trabajo que ha arrasado en los Oscar, aunque eso te tenga que obligar a comprar películas como 'Slumdog Millionaire'. No es el caso. 'Birdman' vuela alto, en ocasiones roza el infinito, y la libertad de su director Alejandro González Iñárritu es contagiosa. Una de esas cintas que solamente pueden salir muy bien o rematadamente mal. Una película excesiva que no entiende de grises, inabarcable en todas las reacciones que tiene la capacidad de provocar, incansable en su ritmo vertiginoso, cautivadora en sus apartados técnicos, emocionante en el dibujo de un personaje protagonista antológico interpretado por un inconmensurable Michael Keaton.
Puede que su segundo tramo no esté a la altura de una primera hora hipnótica pero, 'Birdman', encuentra entonces una poesía visual repleta de dolor y belleza. Combinaciones que salen bien, fórmulas desprovistas de prejuicios, locuras sin dudas, personajes que vuelan entre edificios coronados con carteles de sus películas. Bajo ellos, a pie de calle, los espectadores que buscan más allá encuentran una obra de arte sobre la búsqueda personal en medio de voces que resuenan con contundencia dentro de una cabeza en constante movimiento. Iñárritu plasma la mente humana de un actor a través de una película empeñada en mostrar la libertad con la que ha sido creada. La única manera de alcanzar un cielo al que toca sumarle un pájaro inolvidable.
'Las últimas supervivientes'
Ni el Premio Especial del Jurado, ni el de Mejor guión en la última edición del Festival de Sitges, ha servido para que 'Las últimas supervivientes' encontraran distribución en nuestro país. Una de esas decisiones incomprensibles que, en el caso que nos ocupa, solamente tiene una consecuencia positiva: convertir a la película en una joya de culto. Un homenaje en toda regla a los slashers más clásicos que consigue triunfar gracias a su sentido del humor, y del ridículo, y a la inesperada ternura que rodea esta historia mucho más familiar de lo que uno podía imaginarse. Hay decisiones visuales que descubren a un talento en toda regla, Todd Strauss-Schulson, director capaz de atrapar la nostalgia en medio de la sangre y las vísceras, una omnipresente atmósfera ochentera que, lejos de molestar, se adapta a la perfección a un relato comandado por las estupendas Taissa Farmiga y Malin Akerman. Ellas son, y ponen, el corazón de una propuesta que, al igual que ocurrió con la imprescindible 'La cabaña en el bosque', aparecen de la nada para colarse en la lista de las mejores películas del año. Un regalo inesperado. Y eso es lo que buscamos en navidad, ¿no?
'The Leftovers' (1ª Temporada)
Su segunda temporada se ha convertido en todo un fenómeno crítico y su audiencia, fiel y apasionada, ha luchado con uñas y dientes hasta conseguir una ansiada temporada final. Pero la grandeza de 'The Leftovers' ya estaba desde el principio. La creación de Damon Lindelof ('Perdidos') y Tom Perrotta, vendría a ser, en el apartado de series, la 'Foxcatcher' de los regalos navideños. Si buscáis alegría y sonrisas, os habéis equivocado de lugar. Todo comienza cuando el 2% de la población mundial desaparece de forma literal, sin explicación alguna, dejando esa sensación de vacío e incomprensión que siempre sigue a la pérdida. A partir de ese suceso, una simple excusa confesada por sus responsables para profundizar en temas mucho más complejos, 'The Leftovers' teje una magnífica tela de araña en la que múltiples personajes y sus historias se van cruzando hasta dar forma a un puzzle repleto de giros inesperados, dramatismo contundente y conflictos éticos y morales que van mucho, muchísimo más allá, del mero misterio. No tendremos respuestas, nunca sabremos donde han ido a parar aquellos que desaparecieron, pero esa es la vida. Tal cual. Nadie ha vuelto nunca para explicarnos nada, nadie nos ha orientado para descubrir que hay más allá del adiós. Tan solo la desolación y la búsqueda de la supervivencia pura y dura en medio de la nada sostenida. Una serie que, de la manera más inesperada posible, se ha convertido en una de las obras claves de la pequeña pantalla en los últimos años. Todo empezó aquí. Con una madre y su hijo. No alegrará las navidades en casa, pero ofrecerá la oportunidad de disfrutar de una serie inolvidable.
'Fargo' (1ª Temporada)
Éramos muchos los que recibimos con frialdad la adaptación a la pequeña pantalla de 'Fargo', la inolvidable película de los Coen. ¿Era necesario meterse en algo así? ¿Necesitaba aquella historia una nueva lectura? La respuesta es un rotundo no. Entonces, ¿cómo mejorar lo que ya rozaba la perfección? Alejándose lo justo de ella y usándola como un fantástico contexto. Tenemos el ambiente, la nieve, los abrigos inmensos, la sangre, el humor absurdo, la ternura de lo ridículo. Y la genialidad. Su creador, Noah Hawley, con la ayuda de dos intérpretes en permanente estado de gracia, Billy Bob Thornton y Martin Freeman, captura la esencia de la película pero, al mismo tiempo, la complementa con un relato que, pese a estar repleta de evidentes guiños, consigue trazar una ruta propia, marcar un ritmo trepidante de episodios y mantener el interés constante en el espectador. Galardonada con 2 Globos de Oro (Mejor Miniserie y Mejor Actor para Thornton) y dos Emmys (Mejor Miniserie y Mejor Director), 'Fargo', cuya segunda temporada acaba de finalizar con la misma sensación de excelencia, es un regalo perfecto para pasar un día navideño en modo maratón. Turrón, sofá y manta.
'Boardwalk Empire' (Serie completa)
En tiempos de 'Juego de Tronos', 'Breaking Bad' y demás, siempre quedan algunas rezagadas que, por alguna razón, parecen aceptar gustosamente su papel en la sombra. Aprovechemos las fiestas para iluminarlas con luces navideñas. En 2010, un equipo apabullante de genios de la talla de Scorsese, Terence Winter, Timothy Van Patten o Allen Coulter, entre otros, estrenaban 'Boardwalk Empire', historia de mafiosos en los años 20 en la que Atlantic City se convertía en principal tabla de ajedrez para partidas bañadas en alcohol, prostitución, sangre y mentiras. Su primera temporada, excelsa, conquistó a crítica y público, señalándola como otro acierto incontestable del templo HBO. Sin embargo, con el paso del tiempo aquel entusiasmo inicial se fue desvaneciendo hasta que su final, 56 episodios después de su inicio, pasó prácticamente desapercibido. Injusticia. Tuvo altibajos, claro, pero eso no debería lastrar el recuerdo de una de las grandes obras televisivas de los últimos años, un trabajo apabullante en lo visual y con algunas de las mejores interpretaciones que se recuerdan en la pequeña pantalla, con Steve Buscemi a la cabeza. Una banda sonora espléndida, un grupo de secundarios antológicos y un cuidado por el detalle exquisito, redondean una serie cuyo papel en la historia depende exclusivamente del tiempo. Y de nosotros. Regalarla estas navidades sería un buen comienzo para situarla en el lugar que se merece, el Olimpo.
'Mad Men'
Si tienes/quieres que regalar una serie estas navidades, que sea 'Mad Men'. En 2015, con su séptima temporada, la serie de publicistas en la que, cito a sus detractores, 'nunca pasa nada', llegaba al final. Su desenlace, sin spoilers, era tan perfecto que, pese al despiste inicial, conseguía estallar en nuestras cabezas como el adiós más coherente, irónico y genial que podían tener Don Draper y compañía. Siete temporadas, 92 episodios con los que su creador, Matthew Weiner, consiguió alcanzar lo que parecía inalcanzable, el trono compartido con 'Los Soprano'. Personajes inolvidables que han marcado a toda una generación de espectadores que han asistido con la boca abierta a un despliegue de talento en fondo y forma como pocas veces se ha visto. Y hablo de cualquier modalidad artística. Una serie imprescindible para entender las razones por las que la televisión ha conseguido su estatus actual. Una de las obras maestras definitivas de las últimas décadas. Mucho más que un regalo navideño. Un milagro. 'Mad Men'. La Serie.
'Friends'
En navidad hay que ser especialmente feliz. Y 'Friends' es la felicidad. Ni más, ni menos. Si ya la has visto, vuelve a hacerlo. Si la persona a la que sorprendes no conoce a Ross, Joey, Chandler, Mónica, Rachel y Phoebe, le acabas de alegrar la vida. Te has ganado los mejores regalos de los años venideros. Todo ventajas.