El pequeño Danny Torrance se ha hecho mayor, al igual que su alcoholismo y el trauma que lleva arrastrando desde niño. 'Doctor Sueño', la secuela de la clásica 'El resplandor', llega a los cines para seguir la historia del pequeño niño que vio cómo su padre perdía la cabeza en un hotel rodeado de nieve. Por ello, no queríamos quedarnos sin recordar la película de terror que Stanley Kubrick dirigió y que caló en el imaginario cultural con aún más fuerza que la novela homónima de Stephen King en que se basa.
El 23 de mayo de 1980 se proyectaba por primera vez 'El Resplandor', la película de Stanley Kubrick que quizás más resuena con el paso de los años.
Su única película de terror
"I said, I'm not gonna hurt ya. I'm just going to bash your brains in." - Jack Torrance
Stanley Kubrick, desde su silla de director, no quiso cerrarse a un único género e hizo grandes películas dejando su huella en varios de ellos. Con '2001: Una odisea del espacio' consiguió uno de los tótems de la ciencia ficción, abordó el genero bélico muy notablemente en 'Senderos de gloria' y 'La chaqueta metálica', se acercó al thriller con 'Eyes Wide Shut' e incluso realizó el drama histórico 'Barry Lyndon'. Su único acercamiento al terror fue con 'El resplandor', y quiso hacerlo gracias a la novela homónima de Stephen King.
"Es lo único que me han mandado que me pareciera bueno, o que me gustase", dijo Kubrick en una entrevista para Vicente Molina Foix. "En muchas de las cosas que leo tengo la sensación de que después de cierto número de páginas voy a cerrarlo y pensar en que no voy a gastar mi tiempo. Pensé que la trama, las ideas y la estructura eran mucho más imaginativas que nada que hubiera leído del género. Me pareció que se podía hacer una gran película".
Fue una pena para Stephen King ver cómo Kubrick hizo lo que quiso con 'El Resplandor'. De sobra es conocida la mala recepción de la película por parte del escritor, quien había entregado a Kubrick un primer guion que el director decidió desechar. Aunque consiguiese matar las expectativas de King, Stanley Kubrick había hecho una gran película de terror que abordó, en parte, a través de textos de Freud y H.P. Lovecraft.
"Freud, en su ensayo sobre lo siniestro, escribió que el sentido de lo siniestro es la única emoción que es más poderosa expresada en el arte que en la vida, lo cual encontré muy esclarecedor", dijo. "Y leí un ensayo del gran maestro H. P. Lovecraft en el que decía que nunca debes intentar explicar lo que ocurre, mientras que lo que ocurra estimule la imaginación de las personas, su sentido de lo siniestro, su sentido de la ansiedad y del miedo".
Actuaciones memorables
En 1975, pocos años antes del estreno de 'El resplandor', Jack Nicholson aparecería en una de las películas con una de sus mejores actuaciones: 'Alguien voló sobre el nido del cuco', con la que ganó el Óscar a mejor actor. Con ella se fraguó una verdad como un templo: Jack Nicholson hace muy bien de loco.
La película de Kubrick se sirve del talento puro de Nicholson para representar a un hombre que pierde la cabeza paulatinamente mientras está encerrado en un hotel escribiendo su libro. La película es inimaginable sin él y, sin embargo, Stephen King nunca le quiso como Jack Torrance. El escritor consideró que, como el papel de loco de Nicholson en 'Alguien voló sobre el nido del cuco' era muy reciente, el público creería que Jack Torrance está loco en todo momento de la película, mientras que en realidad la locura se va manifestando poco a poco.
Shelley Duvall (Wendy Torrance en la película) es el segundo gran pilar de la película. Su personaje se convierte en el miedo personificado. Nada puede expresar el pánico ante la pérdida de cordura de Jack Torrance mejor que los ojos de Shelley Duval.
Eso sí, la pobre tuvo que pasar por un calvario orquestado por Kubrick en el set de rodaje, ya que el director no dejaba que nadie del equipo hablase con la actriz y la sometió repetidas veces a humillaciones que acabaron por causarle un estado de tremenda ansiedad constante. Quizás Duvall no necesitó actuar tanto como parece y estaba realmente asustada.
La toma perfecta
De sobra es conocido el afán perfeccionista de Stanley Kubrick, que era capaz de repetir cada plano hasta la saciedad con tal de conseguir sacar lo que buscaba de cada toma. Pero claro, ¿qué podemos esperar de un cineasta que llegó a mandar cartas al Pentágono para saber cómo era su sala de emergencias o que para grabar 'Barry Lyndon' pidió a la NASA un parte meteorológico del día de la batalla de Waterloo además de lentes para poder rodarla por completo con luz natural?
Total, que cuando vemos una película de Kubrick sabemos que tenemos delante el producto de su obsesión, de su necesidad de plasmar lo que tiene en su cabeza de la forma más fiel posible. El rodaje de 'El resplandor' no fue una excepción, y las jornadas de trabajo acababan con el equipo extasiado. Sin duda, el resultado de este esfuerzo resultó en la gran película que conocemos, con sus grandes actuaciones, su fotografía y su puesta en escena, pero el hecho de que el rodaje durase 51 semanas (que en teoría iban a ser 17), seguro que hizo que más de un directivo se tirase de los pelos.
La búsqueda de la toma perfecta llevó al director a repetir 127 veces la escena en la que Shelley Duvall, bate en mano, se aleja horrorizada de Jack Nicholson subiendo por unas escaleras. Gracias a esto, 'El resplandor' es la película que tiene una de las escenas más repetidas en la historia del cine. Está claro que Kubrick exprimió al máximo su proyecto.
Lejos de la novela
Stephen King lleva 40 años odiando la adaptación de 'El resplandor'. Stanley Kubrick hizo lo que quiso, ni siquiera aceptó el guion que había escrito King para la película, pero fue capaz de sacar a la luz un producto que ha funcionado a la perfección, tomando de la novela exclusivamente lo que le interesaba. Lo que funciona muy bien en una novela no tiene por qué encajar bien en una película, y Kubrick era consciente de ello.
Una de las diferencias más llamativas entre la película y el libro es la presencia del laberinto. En la novela de King, este laberinto no existe y, en su lugar, hay un jardín con enormes setos con forma de animales, tales como leones, perros... En el libro, estos setos forman parte de la historia cobrando vida. Kubrick se planteó utilizarlos, pero los descartó en preproducción por no parecer lo suficientemente reales. En su lugar, el laberinto se convirtió en una parte esencial, llegando a influir en el hotel, cuyos pasillos laberínticos por los que el pequeño Danny pasea en triciclo son inolvidables.
Además, en la película, los personajes están simplificados y Kubrick elimina partes sobrenaturales y, en sus palabras, pseudopsicológicas. Molina Foix, en la entrevista que hizo a Kubrick, le llegó a comentar que había reducido en gran medida el terror, a lo que el director contestó lo siguiente: "No estoy de acuerdo. De hecho, a parte de la escena donde el niño ve la sangre por todas las paredes y cuando escucha el pequeño ruido en el tubo de desagüe cuando juega en la nieve, creo que hay más terror en la película que en libro. La gente lo ha dicho. En el libro, por ejemplo, nadie es asesinado".
Como curiosidad, Stephen King, ante su desagrado con la película, decidió producir una miniserie sobre 'El resplandor' que se estrenó en 1997 y que pasó muy desapercibida. Y por cierto, en ella sí aparecieron los grandes arbustos vivientes.
Viaje a la luna
Si ya has visto tantas veces 'El resplandor' que casi pierdes la cabeza y te gustaría ver algo nuevo, lo tuyo son las teorías loquísimas que hay acerca de la película. Bien es sabido que en las películas de Stanley Kubrick casi nada está ahí puesto por casualidad y esto llevó a Rodney Ascher a hacer el documental 'Room 237', que recoge distintas interpretaciones (insisto, loquísimas) de la película.
El documental debe su nombre a la habitación del hotel en la que Danny tiene prohibido entrar. Según uno de los teóricos, este número fue elegido por Kubrick por ser el mismo del estudio en el que habría rodado la presunta llegada del hombre a la Luna, que se sitúa a 237.000 millas de la Tierra. Ah, y Kubrick hizo llevar a Danny Lloyd un jersey en el que salía el Apollo 11.
El resto de teorías van desde señales que Kubrick supuestamente dejó para representar el Holocausto hasta alusiones al expolio de los indígenas americanos. Total, que al menos te echas unas risas.