'50 primeras citas' llegó a los cines en 2004 y acabó recaudando unos nada desdeñables 196 millones de dólares en todo el mundo. La historia de una mujer que cada mañana se despierta sin recordar nada del día anterior nos conmovió a todos hace ya 15 años. Sin embargo, el director, Peter Segal, ha confesado que el guion original era muy distinto al producto que conocemos.
Uno de los elementos característicos de la película protagonizada por Drew Barrymore y Adam Sandler es que transcurre en Hawaii, y las divertidas situaciones que crea Henry (Sandler) para impresionar a Lucy (Barrymore). Nada de esto hubiera ocurrido si se hubieran ceñido al guion original. Inicialmente, la película se situaba en Seattle, y la mayor parte del tiempo transcurría en una cafetería. "Tuvimos que abrir la película porque era demasiado claustrofóbica", ha comentado el director.
Para él, el cambio de escenario propició la llegada de las ideas más locas, que "se convirtieron en algunas de las escenas más desternillantes y memorables de la película". Además, el director confiesa: "Ahora no puedo imaginarme la película si no es allí (en Hawaii) porque la isla y su gente se convirtieron en personajes únicos y en una parte innata de la película que nunca planeamos originalmente".
Pero el cambio más importante fue el del final: "Lo más difícil en una película es encontrar un principio y un final fuertes, si tienes eso tienes una oportunidad, y creo que este es el mejor final que he hecho hasta ahora". Segal está muy orgulloso de cómo concluyó la película, aunque el original también era bastante emotivo.
En el desenlace que conocemos, Barrymore y Sandler tienen una hija y, junto al padre de ella, viajan al Ártico para perseguir los sueños del personaje de Adam. Sin embargo, la idea inicial era que hubiera un mural en el techo que resumiera el accidente y la vida de Lucy desde entonces para que, cuando despertara cada mañana, pudiera recordarlo y no asustarse al ver a Henry a su lado. "Era una forma de reintroducirla a su propia vida de nuevo", explica Segal, "Me llegó la idea, qué pasaría si Lucy, su padre y su hija estuvieran con Adam allí (en el Ártico) y me pareció simplemente muy emocionante y emotivo".
Un final agridulce
La película podría haberse llamado '50 primeros besos', pero "desde marketing pensaron que el término 'besos' desanimaría a los chicos", de modo que lo cambiaron por '50 primeras citas'. Lo que nunca se llegaron a plantear fue dar con una solución para la amnesia de Lucy: "Se te rompe el corazón por ambos personajes, por lo que tiene que pasar una y lo que tiene que enfrentar el otro, y creo que eso es parte del encanto y el sufrimiento de la película".
Las mejores comedias románticas de los 90
'La boda de mi mejor amigo'
Marcó un antes y un después en el mundo de las comedias románticas y en la carrera de Julia Roberts. Por un lado relanzó a la actriz, años después de haberse convertido en la novia de América gracias a 'Pretty Woman' y, por otro, demostró que no todas las películas románticas tienen que tener un final feliz. O mejor dicho: que el final feliz no es siempre chico y chica se quedan juntos. Por primera vez a una protagonista le daban calabazas, la vestían de morado cual si fuera una lavanda y todos aplaudíamos al ver que acababa bailando con su amigo gay. "Quizás no habrá matrimonio, quizás no habrá sexo... pero por Dios, seguro que habrá baile", se convirtió en toda una declaración de intenciones.
'Pretty Woman'
Una de las grandes películas románticas de todos los tiempos y la que lanzó a Julia Roberts al estrellato fue 'Pretty Woman'. Considerada un cuento de hadas actual -de por aquel entonces- era perfecta porque el chico rescata a la chica y al final se juntan y son felices. La escena de las ostras en la cena o el paseo que se da por Rodeo Drive permanecen en la memoria de todos los que la vimos. Años más tarde Julia Roberts y Richard Gere volverían a repetir, aunque no con tanto acierto, en 'Novia a la fuga'.
'Notting Hill'
Es sin duda una de las mejores comedias románticas de todos los tiempos, no sólo de la década de los 90. Y une a dos de los actores que más han trabajado en este género: Julia Roberts y Hugh Grant, quien ya apuntaba maneras como chico con cara de no romper un plato que se queda con la más guapa. Tuvo otro mérito: la normalización de personas discapacitadas en las películas, en otra historia de amor diferente con el personaje de Gina McKee.
'Cuatro bodas y un funeral'
Richard Curtis es el padre de la comedia romántica tal y como la conocemos hoy en día. Está detrás de los guiones de 'Love Actually', 'Notting Hill', 'El Diario de Bridget Jones'... pero casi todo empezó en 1994 con 'Cuatro bodas y un funeral'. Amigos treintañeros, relaciones de familia, la campiña inglesa, bodas muy pomposas... Lo tiene casi todo. Y a Hugh Grant también, claro está.
'Matrimonio de conveniencia'
Andie MacDowell hace doblete en nuestro recopilatorio de mejores comedias románticas de los 90 con una película que no está tan reconocida como las anteriores, pero que en su momento rompió moldes. En 'Matrimonio de conveniencia' se mostraban las vicisitudes de un emigrante para hacerse con la ansiada green card estadounidense. Pocos verían a MacDowell siendo pareja de Gérard Depardieu, pero como película romántica en que todo acaba bien no quedaba otra que se enamoraran y fueran felices comiendo perdices.
'French Kiss'
Hollywood era el principal valedor de las comedias románticas en los 90, pero queda claro que para ellos pocas cosas hay más románticas que el viejo continente, así que era habitual que recurrieran a él. En 'French Kiss' ofrecían una versión bucólica de Francia y cómo para una norteamericana como Meg Ryan resultaba difícil resistirse a los encantos de un francés con bigote que además era un estafador. Kevin Kline no es francés, pero la apariencia la daba.
'Cuando Harry encontró a Sally'
Fue una de las primeras comedias románticas de los 90 y una de las responsables de que Meg Ryan fuera considerada la reina de este género durante varios años. A día de hoy sigue fascinándonos y eso que su trama no puede ser más sencilla: chico y chica se conocen y no se soportan, la vida hace que se encuentren a lo largo de los años, uno se enamore del otro, la otra parte no está interesada, pero al final acaban juntos. Eso sí, la escena del orgasmo fingido en la cafetería fue algo que se salió de lo común y de las más memorables del cine de la década.
'Mucho más que amigos'
De una reina de las rom-com destronada a una que cogería el título años más tarde. Tras su paso por 'Friends' a Jennifer Aniston se le abrieron las puertas del cine, pero básicamente para hacer papeles parecidos al de Rachel. En 'Mucho más que amigos' recurrieron al estereotipo de chica se enamora de su mejor amigo gay. Y además tiene un añadido: está embarazada y él va a ayudarle con el niño. Lo tiene todo para encajar en el género, pero como otras muchas que la propia Aniston protagonizaría durante los siguientes años.
'Tienes un e-mail'
Comentamos que durante años Meg Ryan fue la estrella de las películas románticas (no sólo comedias, los dramas le iban muchísimo más) pero todo lo que sube baja y con el paso de los años tuvo que ir retirándose. Una de sus últimas rom-com fue 'Tienes un e-mail'. No es del gusto de todo el mundo, pero tiene algo especial y es que introdujo internet en el mundo de las relaciones de pareja y eso ha dado pie a numerosas películas en los años sucesivos.
'Algo para recordar'
La mejor muestra de lo que le gusta a Meg Ryan un buen drama romántico es precisamente esta película. Es imposible verla sin llorar, ya sea por la pena que nos da el viudo Tom Hanks o por verla a ella escondida en el escobero para poder escuchar el programa radiofónico de la noche. Un dramón de los que hay ver que con pañuelos de papel y tarrina de helado y luego soñar con quedar en el Empire State con la persona de la que te has enamorado y no conoces.
'Mientras dormías'
Y de dramón en dramón, porque menudo papel el del personaje de Sandra Bullock en 'Mientras dormías'. Está enamorada de un hombre al que no conoce y que un día queda en coma y, por cosas del destino (que sólo pasan en las películas románticas) toda su familia piensa en que eres su novia. El tema tenía más bien poca gracia, pero sí daban risa las situaciones en que ella se acababa metiendo. Como no podía ser de otra forma todo acaba bien, aunque las cosas no siempre salen como uno se piensa en un principio. Lección importante: si quieres a alguien díselo, no esperes a que lo atropelle un tren.
'Shakespeare in Love'
Las comedias románticas no suelen ser muy tenidas en cuenta por la crítica, por lo que el hecho de que 'Shakespeare in Love' se llevase en 1999 siete Oscar, incluido el de mejor actriz para Gwyneth Paltrow, tiene muchísimo mérito. Hay que decir que tampoco era una comedia al uso. El dramaturgo inglés tenía ciertos golpes, pero lo importante era la historia de amor de trasfondo. Nunca hemos vuelto a ver con los mismos ojos al autor de 'Romeo y Julieta'. Eso y el espectacular elenco que tenía detrás la película.
'10 razones para odiarte'
Y aunque las comedias románticas se suelen centrar en mujeres de 20 y 30 años no podíamos dejar de lado a una película de adolescentes, género que empezó a despuntar en esta década. '10 razones para odiarte' tiene a unas hermanas tan opuestas como poco se soportan, un padre controlador, un instituto con muchas hormonas alteradas y a un chico atormentado guapísimo,
Heath Ledger, todo lo que necesitamos para hacer una película romántica.
'Nunca me han besado'
De una serie de adolescentes a una en que la protagonista finge serlo. Drew Barrymore se curtió en las comedias románticas durante la década de las 90 y los primeros años del nuevo milenio. Una muestra de las primeras es 'Nunca me han besado'. A pesar de haber superado los años de instituto debía regresar a uno como periodista infiltrada para investigar un caso. La excusa perfecta para recuperar el tiempo perdido entre pupitres y taquillas y recrear una película para público adolescente.
'Algo pasa con Mary'
'Algo pasa con Mary' es una comedia y tiene tintes románticos, pero el hecho de ser de finales de los 90 hace que comparta poco más que eso con el resto de las películas de este ranking. Fue entonces cuando nuevas actrices, como Cameron Díaz, empezaban a copar los títulos más comerciales y las relaciones que se describían en la pantalla no eran tan idealizadas, ni pastelosas, como las de tiempo atrás. El flequillo levantado por el "fijador" ha pasado a la historia del cine y forma parte de esa comedia más gamberra que tanto triunfó por entonces.