Roland Emmerich es uno de esos directores que despierta tanta simpatía como aversión. El cineasta alemán (además de productor y guionista) agrada sobremanera a los amantes de las películas comerciales de acción. Estas se caracterizan por sus vistosos efectos especiales y por abordar historias de catástrofes a escala mundial. ¿A quién no gusta? Bueno, digamos que a todos aquellos a quienes no deja completamente indiferentes.
Emmerich ha estrenado este año 'Stonewall', su decimoquinto film como realizador, que dudosamente llegará a nuestras pantallas. Sí que pasará por los cines españoles una de las secuelas más esperadas por los fans de la ciencia ficción, 'Independence Day: Resurgence', cuyo estreno está previsto para el 1 de julio de 2016.
El cine Emmerich ha sido atacado por la crítica con dureza en repetidas ocasiones. Son fundamentalmente tres los aspectos sobre los que han recaído los reproches: el abuso de efectos especiales, las imprecisiones científicas y la poca profundidad de sus personajes. Todo ello, además, es rematado por una trama que resulta, con bastante frecuencia y pese al género al que pertenece, poco verosímil y de fórmula fácil.
¿Un creador de clásicos modernos?
Con todo, el director alemán es autor de algunos de los títulos más sonados desde principios de los 90. 'Independece Day', 'Stargate', 'Soldado Universal' o 'El día de mañana' son películas que, pese a quien pese, todos reconocemos. Unos cuantos, incluso, recordarán ciertas escenas, como por ejemplo la explosión de la Casa Blanca bajo un rayo alienígena.
¿El problema esencial? El escaso o nulo calado emocional. Porque las películas de Emmerich son puras golosinas visuales, artefactos de entretenimiento, tal y como las ha defendido él mismo en no pocas ocasiones. "¿Y qué pasa con eso?", preguntarán algunos, "¿qué pasa si queremos ir al cine solo para entretenernos?". Pues que más de una de esas golosinas ha resultado ser demasiado amarga, intragable o indigesta.
Las 6 peores películas de Roland Emmerich
'El secreto de los fantasmas'
Es la mayor rareza en la carrera del realizador. Estrenada en 1987, en plena fiebre del cine fantástico juvenil, 'El secreto de los fantasmas' bebe de otras películas del mismo género ('Cristal Oscuro') y de films de terror ('El resplandor'). Bebe y se atraganta. El guión es demasiado pueril (además de lento y sin giros interesantes), los escenarios son poco atractivos y, además, el mayordomo (un entrañable muñeco verde) se parece demasiado a Yoda.
'2012'
Partiendo de la profecía apocalíptica de los mayas (que pronosticaba que el fin del mundo llegaría en 2012), Emmerich escribió el guión de '2012' junto con Harald Klose ('10.000'). Básicamente, la película es una sucesión de escenas en las que John Cusack se salva de maremotos, explosiones, grietas en la tierra y desprendimientos siempre por los pelos. Estrenada en 2009, tiene una duración desproporcionada: dos horas y media.
'Soldado Universal'
Protagonizada por Jean-Claude Van Damme y Dolph Lundgren, 'Soldado Universal' fue criticada, entre otras muchas cosas, por parecerse demasiado a 'Terminator'. Recordemos que James Cameron había estrenado 'Terminator 2: El juicio final' solo un año antes, en 1991. Por entonces se dijo que Emmerich había intentado aprovechar el tirón de la misma, lo cual parece bastante lógico. Pero el tiro le salió por la culata. Multitud de escenas ridículas, diálogos risibles y un ritmo aletargador, impropio de un film de acción.
'Godzilla'
Hacer un remake de un clásico como 'Godzilla' siempre comporta sus riesgos. Con todo, Emmerich decidió aventurarse y coescribir la historia y el guión de la misma. Estrenada en 1998, la película fue destrozada por crítica y público. Un argumento bochornoso, malas interpretaciones e, incluso, mediocres efectos especiales, todo ello con el desmesurado presupuesto de 125 millones de dólares. Y, lo que es peor: consiguió triplicar lo invertido (recaudó 379 millones).
'Stonewall'
Estrenada este mismo año, 'Stonewall' está basada en hechos reales. El cineasta ha pretendido reproducir los acontecimientos que, el 28 junio de 1969, acaecieron en un bar de Greenwich Village, en el Lower Manhattan neoyorkino. Aquella noche, un grupo de policías irrumpió violentamente en el Stonewall Inn, un local conocido porque su clientela era mayoritariamente gay y transexual. La fecha ha pasado a la posteridad como una efeméride, pues supuso un punto de inflexión en el devenir de la comunidad homosexual. Emmerich aborda la historia como si de una de sus catástrofes se tratara: sin sensibilidad, sacrificando la verosimilitud en pos de la una épica que no logra alcanzar, cayendo una y otra vez en toscos y ridículos arquetipos.
'10.000'
'10.000' es considerada la joya de la corona del director alemán (en cuanto a desbarres se refiere). Se trata de una historia de amor ambientada en el paleolítico, aunque muchos siguen pensando que esta película es, en realidad, una broma de Emmerich hacia el conjunto de la humanidad. El guión es un disparate y las erratas científicas abundan tanto como los tópicos. Si intentas tomártela en serio, te hará sonrojar (al principio) y enfadarte (desde el principio, también). Y si no, te costará reírte. Al menos, este film consiguió que casi todo el mundo estuviese de acuerdo: es una película muy mala, la peor del realizador.