Takeshi Kitano es uno de los cineastas más representativos del celuloide japonés al ser uno de los más singulares y propios dentro de su industria. El cine de Kitano desprende aroma de cine de autor por su particular visión de la violencia, a la que retrata con una estética artística excepcional, así como también ha expuesto sin tapujos sus propias dudas morales en personajes tan opuestos como son los policías y la Yakuza.
Kitano nació el 18 de enero de 1947 en Adachi, Tokio. Antes de convertirse en el reconocido cineasta que es ahora, desarrolló una extensa carrera como comediante en la década de los 70 con su amigo Niro Kaneko. De hecho, de ahí partió su nombre artístico, Beat Takeshi. En 1983, Kitano lograría tener reconocimiento internacional gracias a su primer papel serio, 'Feliz Navidad, Mr. Lawrence' de Nagisa Oshima en la que compartió protagonismo con Tom Conti, Ryuichi Sakamoto y David Bowie.
Uno de los grandes del cine japonés
Tras ese trabajo, Kitano empezaría a querer dejar atrás su imagen de comediante. Por ello, cuando en 1989 protagonizó y dirigió 'Violent Cop', dejaría bien claro que su estilo como director sería completamente distinto a aquel showman que presentó 'Humor Amarillo'. La violencia, el humor en su vertiente más negra, el lirismo convertido fotografía, todo ello ha convertido a Kitano en un reputado cineasta, considerado uno de los más interesantes del cine japonés y que ha influido en otros cineastas como Quentin Tarantino, Tetsuya Nakashima o Takashi Miike. Además, su visión del costumbrismo, aunque tenga como referencia a Ozu o Mizoguchi, es completamente diferente a las de Yoji Yamada o Hirokazu Kore-eda.
Aunque Kitano también tiene sus influencias, Kurosawa, Kinji Fukasaku o el propio Nagisa Oshima han servido de referente para un cineasta ya consagrado. Por ser uno de los directores más interesantes, es momento de destacar 7 claves del cine de Takeshi Kitano.
7 claves del cine de Takeshi Kitano
El arte de la violencia
Kitano tiene un gusto propio para la violencia, una protagonista constante en su filmografía. Eso sí, el cineasta ha tenido visiones diferentes sobre ella a lo largo de su carrera. De estilo semejante al cine noir con 'Violent Cop o 'Boiling Point', a tener una mirada satírica y ácida como con 'Sonatine'. Aunque el realizador lo filma de manera bella, casi onírica.
No obstante, su violencia puede ser sutil a la par que brutal como se pudo ver en 'Brother' y, especialmente, en la delicada 'Dolls', en la que el amor es llevado al extremo y cuyas tramas desgarradoras dejaban una sensación profundamente desazonadora. Otro ejemplo es 'El verano de Kikujiro', donde la violencia es mostrada de manera lírica y minimalista pero sin dejar de ser espeluznantemente explícita.
También tiene su lado más salvaje, brutal y no apto para estómagos sensibles como es el caso de 'Outrage' y su secuela.
La Yakuza y las dudas morales
La Yakuza, la mafia japonesa, es una constante en la filmografía del realizador tokiota. Durante su etapa de comediante, Kitano retrató varias veces, de manera caricaturesca, a gángsters. De hecho, tras las funciones, alguna que otra vez fue invitado a tomar algo por parte de la Yakuza, de ahí que sepa describirla de manera tan detallada. Desde 'Violent Cop', su ópera prima, hasta 'Ryuzo and his Seven Henchmen', su último largometraje, la Yakuza ha sido más o menos protagonista en sus películas.
Aunque no sólo se trata de filmar cine de mafiosos. Las dudas morales también son otras de sus constantes. Por ejemplo, en 'Flores de fuego', Kitano interpreta a un policía que se ve obligado a pedir un préstamo a la mafia después de que su esposa enfermase gravemente. En 'Zatoichi' se puede ver cómo se gesta una vendetta, con todas las consecuencias que eso conlleva.
Planos fijos y elipsis
Kitano tiene un estilo inconfundible a la hora de filmar. Es capaz de mostrar una escena en la que, aparentemente, todo está calmado, no ocurre nada para, justo después, pasar a la más sonoras de las explosiones. Como se ha podido ver en 'Brother' o 'Flores de fuego'.
Pero no sólo eso, Kitano destaca por utilizar planos fijos, 'Dolls' en eso es su mejor exponente, y utilizar la elipsis y la fuerza de campo de manera que la violencia, que está contenida, salga de forma explosiva. De esta forma, la hace imprevisible y más sentida, puesto que en la realidad, la violencia es extremadamente dolorosa. De ahí, que sus críticos digan que el cineasta graba "como si no pasase nada". Con ese estilo, el cineasta desprende una firma de autor muy oriental, pero en la que se puede ver inspiración en el cine del iraní Kiarostami.
Análisis en retrospectiva
Kitano es un director al que le gusta autoanalizarse. Prueba de ello es que tras las aplaudidas 'Brother', 'Dolls' y 'Zatoichi', hizo una curiosa trilogía conformada por 'Takeshis'', 'Glory to the Filmmaker!' y 'Aquiles y la tortuga'. En ellas, el cineasta muestra una visión amarga y suicida de su propia persona como artista, llevando al personaje que interpreta a los grados más extremos de la autodenigración.
Una curiosa visión de un maestro cuya genialidad resulta muy difícil de llevar llegado a un tiempo. Una trilogía catártica, siendo el último largometraje, 'Aquiles y la tortuga', la más aplaudida de las tres cintas. Una demostración excelente de cómo los fantasmas internos de un creador pueden expiarse en forma de séptimo arte.
Corriente nihilista
Su cine, en su vertiente más desengañada o misántropa, tiene cierto carácter nihilista al mostrar el lado más oscuro y cínico de la sociedad, sobre todo cuando Kitano retrata a la Yakuza. En 'Dolls', el cineasta muestra las fatales consecuencias del amor, también de forma metafórica a través de las muñecas del Bunraku.
En 'Kids Return' enseña un futuro incierto mediante sus dos protagonistas, antiguos compañeros de clase. En 'El verano de Kikujiro' se puede apreciar una mirada amarga sobre la adultez desde la perspectiva de la más tierna infancia.
Comedia negra
Pese a que Kitano, especialmente tras sufrir un accidente de moto en 1994, tiene un carácter sobrio y oscuro como director, eso no impide que en sus películas haya momentos cómicos, algunos realmente surrealistas. Un ejemplo es la propia 'Violent Cop', que nació originalmente como parodia de 'Harry el Sucio'. También ciertas escenas de 'Sonatine', en el que se muestra a miembros de la Yakuza comportándose como niños pequeños.
Otro ejemplo es 'Getting Any?' en el que saca su lado más absurdo al mostrar a Asao, un soñador cuyo único propósito es tener relaciones sexuales con una mujer, lo que hará que se meta en situaciones que rozan lo inverosímil. La sátira es la gran habilidad del cineasta, que tan bien supo explotar durante su época de comediante y showman.
Exquisito gusto por la fotografía y la puesta en escena
Kitano es también pintor, lo que hace que desee cuidar hasta el mínimo detalle en sus películas. Ya en 'Escena en el mar' se aprecia ese gusto que tiene un gran sentido lírico. 'Flores de fuego' y 'El verano de Kikujiro' tienen una mirada muy elegante, especialmente relacionada con la violencia.
Aunque quizás el mejor ejemplo sea 'Dolls', donde los colores se convierten en el segundo protagonista, donde los tonos rosas de los cerezos en flor muestran lo efímero de la vida, y los tonos rojizos del otoño muestran el ocaso del ciclo del ser humano. Otro exponente es 'Zatoichi', su única película de época y en la que utiliza recursos estilísticos que deslumbran, especialmente por los movimientos guerreros del protagonista.