La maquinaria de Hollywood se resentiría de no ser por los nuevos actores que ejercen su función de renovados engranajes dentro del organigrama industrial. Y aunque buena parte de esas caras refrescantes pueda caer en el olvido sin dar demasiado de sí, también nos encontramos con profesionales como Oscar Isaac, capaces de adueñarse de las palabras, las imágenes y hasta del espíritu de las películas en las que participan.
Este actor de origen guatemalteco se ha incorporado a las trincheras hollywoodienses algo más tarde de lo habitual, pero en este momento no cabe duda de que es uno de los principales atractivos en la meca del cine. Su progreso, contrastado por papeles de todo tipo que le han permitido exhibir su buen hacer y su eléctrico carisma, ha llevado a que ahora mismo hablar de Oscar Isaac sea algo tan habitual como mencionar a Channing Tatum o Chris Pratt, pero con un aura independiente a su alrededor.
Isaac ha comenzado 2016 alzándose con su primer Globo de Oro, con el que se ha reconocido su encomiable trabajo en la miniserie de HBO 'Show me a Hero'. Ese premio servía para celebrar el impresionante 2015 de Isaac, repleto de estrenos trascendentes que le han consolidado definitivamente en nuestra memoria y en la agenda de los ejecutivos de las majors. A pesar de todo esto, puede que todavía no te hayas parado a apreciar a Oscar Isaac, por eso te ofrecemos varias razones por la que deberías empezar a recordarle, porque inevitablemente ya ha tenido que pasar ante tus ojos:
7 razones por las que debes amar a Oscar Isaac
El baile del año
Una de las películas indies que mejores críticas cosechó el año pasado fue 'Ex Machina', y de ella no solo pervivirá su merecida, a la par que sorprendente, victoria en la categoría de mejores efectos especiales de los Oscar. Ya que fue otro Oscar el que dio uno de los toques más memorables de la cinta, cuando el científico al que interpretaba Isaac se marcaba un baile que dejaba por los suelos a la danza de Leonardo DiCaprio en 'El lobo de Wall Street'. Ese momento tan desenfadado como tenso ejecutado perfectamente, demuestra la capacidad del actor de hacerse notar en cada producción en la que participa, y en 2015 no fueron pocas. Además, competir con la deslumbrante interpretación Alicia Vikander no era tarea fácil, pero Isaac jugó sus mejores cartas en forma de pasos de baile algo impredecibles.
Voz de oro
Antes de dedicarse de lleno a la actuación, Isaac desempeñó una labor de éxito igual de improbable, la de líder de una banda de música. Blinking Underdogs era su nombre, y él ejercía de cantante y guitarrista, ni que decir tiene que aquella experiencia le vino de perlas para hacerse con papeles destacados posteriormente. En 'Sucker Punch' protagonizó un sensual y agresivo momento músical junto a Carla Gugino. Aunque fue en '10 Years' donde mostró más sinceramente su faceta como cantante y compositor, con la canción 'Never Had', con la que muestra sus sentimientos hacia el personaje de Kate Mara. Esas dos cintas sirvieron de anticipo para la gran revelación de Isaac, 'A propósito de Llewyn Davis', en la que interpretó a un cantante de folk tratando de superar el fracaso constante. Sus interpretaciones de 'Fare Thee Well (Dink's Song)', 'Hang Me, Oh Hang Me' y 'The Death of Queen Jane', dejan la sensación de que si no hubiera triunfado como actor no le habría faltado trabajo en el mundo de la música.
El niño de sus ojos
La opinión del público y de la crítica puede ser muy volátil, por lo que no hay mejor base para afianzar la carrera de un actor que el prestigio de los directores que deciden contar con él, ya que ellos son los verdaderos especialistas a la hora de comprender, explotar y promover el talento. Y si algunos de los creadores más interesantes y diversos de nuestro tiempo, como David Simon, Alejandro Amenábar, Ethan y Joel Coen, Ridley Scott, Nicolas Winding Refn y Steven Soderbergh, han querido a Isaac como una de las figuras más notables de algunas de sus producciones, ¿cómo no le vamos a querer nosotros?
Si ella le ama...
El talento fluye por Hollywood más allá del aura omnipresente de marketing que envuelve a la industria y que tiene como objetivo más la autocomplacencia de los estudios que la visibilidad de esos artistas, pero algunos de ellos logran emerger con fuerza, y puede ser que de forma simultánea. Ese ha sido el caso de Oscar Isaac y Jessica Chastain, de los que se puede decir sin riesgo a lamentarse en el futuro que son dos de los actores más vitales e importantes de su generación. Estos dos colegas y amigos estudiaron arte dramático juntos en la reconocida escuela Juilliard, y años después han llegado a coincidir en 'El año más violento', en la que despliegan un recital interpretativo, que nos genera la necesidad de querer abrazar a los profesores de estas dos fieras en Juilliard.
Han Solo 2.0
El séptimo episodio de 'Star Wars' no ha ocultado sus intenciones de recrear los tiempos de gloria de la franquicia, lo cual ha supuesto la creación de "nuevos" personajes que beben de los arquetipos mostrados en la trilogía original. La analogía más obvia se produce entre el carismático Han Solo y Poe Dameron. Poe fue uno de los primeros personajes a los que vimos en el regreso de las aventuras galácticas a la gran pantalla, estableciendo una transición generacional entre ambos personajes que se intensificará, obviamente, en la octava entrega de la saga. Pocos actores podrían ajustarse a las botas de Harrison Ford, y Isaac ha afrontado el reto de forma totalmente natural.
El villano del momento
Por si supiera a poco su presencia en el universo de Disney, en el apartado temático de 'Star Wars', Isaac también ha dado el salto a otra franquicia de renombre: la de los mutantes de Marvel. Tras la renovación de la saga 'X-Men' ejecutada por Matthew Vaughn, ahora este equipo se encuentra en una nueva etapa de transición, y el personaje interpretado por Isaac será clave en el futuro de la franquicia. Tanto que la película lleva su nombre: Apocalipsis. Esta película servirá para ver la antítesis de Poe Dameron, ya que Isaac pondrá en jaque a los mutantes con sus jinetes y sembrará el terror en el mundo. Poco tiene que ver con su afable relación con BB-8.
Rompiendo barreras
En un país en el que una persona de la altura mental e ideológica de Donald Trump está obteniendo un apoyo considerable para asaltar el poder político, no sorprende que la exclusión sea un factor dominante en la industria del cine. Si Chris Rock hacía un llamamiento al incremento de oportunidades para las minorías, sobre todo a la afroamericana, hay precisamente un grupo que, a pesar de su considerable presencia en la sociedad estadounidense, en el ámbito audiovisual no tiene una cabida proporcional: el de origen latino. Y Oscar Isaac, criado en Miami pero de ascendencia cubana y guatemalteca, es el gran ejemplo de la integración lograda a partir del esfuerzo. Al igual que colegas como Michael Peña, que gracias a su talento han conseguido ascender en la industria quitándose la estúpida etiqueta de las minorías, como si todo fuera un asunto de cuotas, Isaac ha sabido luchar por el reconocimiento, y obtenerlo, más allá de su procedencia y su bagaje cultural. Factores que deberían sumar en un entorno multiétnico como el norteamericano, por mucho que se estimule el rechazo a aquello que no tiene profundas raíces en el terreno nacional. Y Oscar Isaac es uno de los ejemplos a seguir.