Una de las tareas más complicadas a las que se podría enfrentar un apasionado del cine sería hacer un ranking de las películas de Pixar. Definir los últimos puestos sería lo más sencillo, pero a medida que se fuera escalando en la lista comenzarían los quebraderos de cabeza. Las producciones de este estudio se han convertido ya en generacionales, dirigiéndose a todas las edades y marcando emocionalmente a sus espectadores. A la hora de ordenar las favoritas de cada uno, con toda seguridad, 'Monstruos, S.A.' tendría un puesto privilegiado.
La película protagonizada por Sulley y Mike, trabajadores de una compañía energética sustentada por los sustos, es un paradigma de buddy movie. Su estreno se produjo en 2001 y en aquel momento se alzó victoriosa como la cinta de animación más taquillera del estudio, logro que se iría quedando pequeño debido al enorme éxito de sus sucesoras. El mensaje de tolerancia entre especies que se desconocen entre sí, los momentos musicales de Mike Wazowski, la atmósfera de Monstruópolis, el humor en el momento exacto... Todos los factores conjugaron como debían, y no ha envejecido en todo este tiempo.
Como consecuencia de su gran acogida, Pixar decidió realizar una precuela, 'Monstruos University', que aterrizó en los cines en 2013, con una recepción menos efusiva. Lo cual no le resta mérito a los personajes que hicieron de la película original una experiencia inolvidable, uno de los trabajos más completos de un estudio que amasa emociones con una sensibilidad fascinante. Por ello hemos recordado varias curiosidades relativas a uno de los mejores relatos de Pixar:
Curiosidades de 'Monstruos, S.A.'
Reunión de genios
La idea que daría origen a la película acompañó durante años a sus responsables, ya que surgió en una comida en 1994, durante la elaboración del primer largometraje de Pixar, 'Toy Story'. Pete Docter, Andrew Stanton, Joe Ranft y John Lasseter fueron los componentes de esa improvisada reunión en la que emergieron los monstruos como tema de conversación, y saliendo de la mente de esos cuatro grandes talentos no sorprende el triunfo que supondría su estreno en el año 2001.
Correteando por el estudio
Durante el proceso de doblaje de la película no todo fue calma delante del micrófono, sino que los técnicos tuvieron que ingeniárselas para grabar la voz del personaje más imprevisible de la cinta, Boo. Mary Gibbs fue la encargada de prestar su personalidad a la humana del relato, y al igual que su personaje, no paraba quieta por el estudio, por lo que decidieron perseguirla por la sala mientras jugaba para luego extraer de ahí sus frases para la película.
Alteraciones de guion
Como en todo proceso de larga elaboración, los personajes y la trama van sufriendo cambios a favor del mejor avance de la película. En el caso de 'Monstruos, S.A.' cabe destacar que el distintivo pelaje azulado con manchas moradas de Sulley iba a tener un color mucho más apagado en versiones anteriores del guion. Sulley iba a ser un mero trabajador de la compañía, en vez de un exitoso asustador, de pelaje marrón. Mientras que Mike sería ayudante de Randall, por lo que la historia iba por unos derroteros bastante diferentes, siendo George Sanderson, el miedoso monstruo anaranjado, el protagonista original de una historia que viró finalmente a favor de Sulley.
Promesa de redención
Con su característica personalidad, bailes, canciones y desventuras, Mike Wazowski se ganó su sitio en el altar de los mejores personajes creados por los genios de Pixar. Un personaje que en España cobró vida gracias a la excelente labor de doblaje de José Mota, mientras que en la versión original la responsabilidad recayó sobre el popular humorista Billy Crystal. El actor neoyorkino rechazó en su momento conceder su voz a Buzz Lightyear en 'Toy Story', decisión de la que se arrepintió tremendamente al ver el resultado final. Crystal se puso en contacto con el estudio de animación y se le prometió un papel en uno de sus próximos proyectos, que finalmente llegaría en forma del esférico Wazowski.
Infinito cuero cabelludo
Una de las grandes innovaciones que aportó 'Monstruos, S.A.' a la animación fue el extremo detalle con el que se consiguió retratar al peludo Sulley. 2.320.413 cabellos cubrían al azulado y afable monstruo, los cuales provocaban que el proceso de renderización de cada fotograma pusiera a prueba la paciencia de los animadores, ya que la media de tiempo de espera era de 11 a 12 horas por cada una de las imágenes en las que aparecía el guardián de Boo.
No llegues tarde al cine
Los tráilers, sumados a los numerosos anuncios, son una tradición en las salas de cine. Y cuando la presencia de internet no estaba tan establecida como ahora, en una butaca se veían las primeras imágenes del próximo blockbuster del año. Por eso cuando se filtró que las proyecciones de 'Monstruos, S.A.' estarían acompañadas por el primer teaser de 'Star Wars: Episodio II - El ataque de los clones', centenares de seguidores de la franquicia de George Lucas compraron su entrada para la película de Pixar, pero se marcharon de la sala una vez satisfechos con los segundos del avance intergaláctico. Poco sabían del fallo que estaban cometiendo, sobre todo teniendo en cuenta cómo resultó ese segundo episodio.
Piensa diferente
Uno de los principales responsables del nacimiento de Pixar tal y como conocemos al estudio fue Steve Jobs, que invirtió cinco millones de dólares en la compañía y produjo 'Toy Story', su primer largometraje. En 'Monstruos, S.A.' no se olvidaron de él y le hicieron dos guiños en forma de eslóganes publicitarios. El "Piensa diferente" popularizado por Jobs mutó en "Asusta diferente..." en la revista que aparece al final de la cinta y en "Piensa divertido" como nuevo lema de la empresa de sustos/risas tras dejar de aterrar a los infantes.
Comunicando
John Goodman no fue la primera opción para doblar a Sulley, ya que los creativos del estudio hicieron pruebas previas con otra peculiar voz de Hollywood. Bill Murray fue considerado para el rol protagonista, y el codirector Pete Docter le llegó a ofrecer el papel al legendario actor. El problema fue que Murray fue más difícil de contactar que Bob Dylan, lo cual fue tomado por Pixar como un rechazo, y pasaron página con Goodman, una gran elección.
