Guy Ritchie no ha inventado nada. Tampoco lo ha necesitado. Su cine, desde sus comienzos hasta sus últimos proyectos, ha ofrecido una personalidad tan marcada como profundamente influida por otros directores. No significa que los méritos sean menores, todo lo contrario, no es nada sencillo conversar constantemente con el estilo y el lenguaje cinematográfico más reconocible para conseguir productos entretenidos, divertidos y carismáticos. Ser muchas personas y, al mismo tiempo, ser uno mismo.
Su carrera, tan breve como intensa, ha pasado por distintas fases, pero siempre ha mantenido a un número de fieles que incluso en sus peores momentos, que los ha habido, se han mantenido optimistas. La taquilla, tan suya, no siempre le ha recibido con los brazos abiertos pero, tanto la crítica como el público, han recibido siempre sus propuestas con interés. Uno sabe lo que se va a encontrar cuando se siente en una butaca para ver una película de Guy Ritchie. Puede funcionar mejor o peor, pero identificarás al cineasta que hay detrás.
Una trayectoria de ocho trabajos en los que el director ha pasado de la mafia al clásico literario, del naufragio al espionaje, del logro al fracaso. A continuación, es turno de ordenarlas de mejor a peor, ofreciendo un viaje por todas y cada una de las películas que dan forma a una carrera tan irregular como puntualmente imprescindible.
Los 8 films de Guy Ritchie
'Snatch. Cerdos y diamantes'
Si necesitas recurrir a una película para definir el cine de Guy Ritchie, no dudes lo más mínimo, aquí tienes lo que estás buscando. El director y guionista cogía las virtudes más destacadas de su debut y las elevaba hasta el infinito con una de las películas más divertidas, contundentes y deslumbrantes que un siglo recién iniciado, hablamos de los 2000, vería en su primera década. Aquellos que citaban constantemente a Tarantino y Scorsese como principales referentes, tenían otro festín de aciertos y guiños destacados que, lejos de ser homenajes gratuitos, se complementaban a la perfección en un auténtico chute de adrenalina, tensión y nervio al género criminal. Ritchie tocaba techo con su segunda película, su mejor trabajo hasta la fecha, y de paso conseguía que Brad Pitt sumara otro personaje inolvidable a su carrera. Piezas desordenadas de un puzzle que terminaba adquiriendo una deslumbrante coherencia con uno de esos clímax que crean escuela. Ritchie y sus cerdos y diamantes conquistaron el mundo con la bandera inglesa en los dientes. Una película imprescindible.
'RocknRolla'
Tras el fiasco en todos los niveles de 'Barridos por la marea' y el indescifrable laberinto que proponía 'Revolver', Ritchie necesitaba una película que le devolviera, sino a la cima en la que su carrera se había quedado después de 'Snatch. Cerdos y diamantes', si que al menos a un reinicio imprescindible. La solución fue tan evidente y facilota como lograda y divertida: 'RocknRolla' era Richie en estado puro, una historia que se comportaba como Richie, se movia como Richie y escupía diálogos como Richie. No busquéis riesgo, ni novedad, ni originalidad, ni nada que no hubiésemos visto antes en sus dos primeros trabajos, pero tampoco creáis que la comodidad nos privaba de una historia trepidante y entretenida hasta decir basta. Un cineasta que se sumergía de cabeza en sus orígenes para rescatar una esencia que parecía perdida. De repente, las dudas desaparecieron y todos aquellos que dieron por muerto a Richie se reencontraron con todas sus señas de identidad. Un regalo para sus fanáticos, un más que notable thriller con acción y alta comedia para todos los demás. Bienvenido de nuevo, Guy.
'Sherlock Holmes 2: Juego de sombras'
El éxito mundial que tuvo la primera entrega de las aventuras de Sherlock 'Downey Jr.' Holmes, propiciaron la aparición de una secuela que llegaba dos años después que su predecesora. A estas alturas, con el beneplácito de millones de espectadores sobre sus hombros, Ritchie no se complicó la vida y repitió paso por paso los movimientos y decisiones que habían hecho de 'Sherlock Holmes' un devorataquillas. Esta segunda entrega dobla la apuesta, sube el nivel y suple la ausencia de factor sorpresa con acción trepidante. El reparto sigue derrochando carisma y el misterio principal consigue mantener siempre la atención en una montaña rusa de humor, espectáculo y ligeras gotas de clasicismo inesperado. En definitiva, una continuación que supera las expectativas y se convierte en el mejor blockbuster de su director hasta la fecha.
'Lock & Stock'
La década de los noventa llegaba a su final y se reservaba alguno de sus mejores momentos para el desenlace. Entre ellos, la llegada de Guy Ritchie a un panorama cinematográfico que se encontraba de golpe con un narrador inquieto que plantaba cara a un género, el cine de mafiosos, que desde la aparición de un tal Tarantino, no había ofrecido un espectáculo igual. Su primer trabajo, 'Lock & Stock' era, más allá de una brutal declaración de intenciones, un derroche de personalidad adaptado al polémico arte de la referencia constante. Es decir, no había nada nuevo bajo el sol pero, lejos de molestar, uno se encontraba realmente a gusto bajo sus rayos. Aquella primera historia de tramposos y capos que se enfrentan mediante cartas, persecuciones e insultos mezclados con alcohol, cigarrillos y sangres, se convirtió de manera casi automática en joya de culto. Un estatus que, lejos de desaparecer, se ha engrandecido con el tiempo. Y con toda justicia.
'Sherlock Holmes'
Con la primera entrega de 'Sherlock Holmes' ocurre algo parecido al caso que estructura su trama. Se pierde muchas veces, camina por rincones demasiado intrincados y utiliza recursos, como la magia negra, que no terminan de encajar. El aburrimiento, en algunos momentos, se acerca peligrosamente y te dan ganas de tirar la toalla, de salir de la película y esperar que llegue la siguiente escena de acción marca de la casa. Pero, de repente, las piezas encajan, el ritmo se acelera, el espectáculo se desborda por la pantalla y la trama adquiere un sentido. De este modo, Ritchie se sacó una de las franquicias más inesperadas de los últimos años y nos permitió admirar algunas de las mejores escenas de su carrera. No es poca recompensa para un proyecto rodeado de dudas desde su nacimiento.
'Operación U.N.C.L.E'
La última película de Ritchie hasta la fecha, 'Operación U.N.C.L.E', sorprende, y mucho, por apostar de manera tan rotunda por la contención, el detalle y hasta la delicadeza. Un juego de espías, organizaciones criminales, secuestros, mentiras y persecuciones que, por tener, tienen hasta científicos malvados de manual. Un homenaje sentido y honesto al género que, por desgracia, termina siendo un irregular espectáculo a pequeña escala con dos piedras como protagonistas: Henry Cavill y Armie Hammer. Afortunadamente, el encanto y sensualidad de Alicia Vikander y un acabado visual elegante y mimoso con los detalles terminando salvando los muebles. Tras un prólogo correcto, la película decide descansar en ratos muertos, lagunas de ritmo que dejan a la película en tierra de nadie. A última hora, demasiado tarde, Ritchie decide imprimir algo de su talento visual, elevando el nivel. Un pasatiempo con destellos, una pequeña gran decepción.
'Revolver'
Cualquier cosa que hubiera hecho Ritchie después de 'Barridos por la marea', CUALQUIERA, habría subido el nivel a una carrera (semi)herida de muerte. Las paparazzis hablaban más de él que los medios dedicados al séptimo arte y las portadas de las revistas del corazón se habían convertido en la prisión de un cineasta asfixiado por la fama. Por eso, cuando se anunció su regreso al cine de mafiosos con Jason Statham y Ray Liotta a la cabeza, muchos nos entusiasmamos soñando con su resurrección. Y el golpe fue de los que duelen. 'Revolver' es un caos total, un despropósito con pretensiones, ambición desmedida y ansiedad por ofrecer algo completamente diferente a lo que relacionábamos con el cine de Ritchie sin querer sacrificar su personalidad del todo. Visualmente era un caramelo tan hipnótico como soporífero, una historia mal planteada, desarrollada de manera desastrosa y finiquitada desde el error absoluto. No, el ave fénix seguía hundido en sus cenizas.
'Barridos por la marea'
Pensemos que fue por amor. No nos queda otra. Las razones que llevaron a Ritchie a meterse de lleno en una de las peores películas de la historia del cine, pues de eso se trata, se resumen en una palabra: Madonna. La idea era dar forma a un vehículo de lucimiento en el que la reina del pop brillara como una auténtica estrella en medio de una isla desierta. Para ello, se sirvió de la italiana 'Insólita aventura de verano', una comedia simpática y tontorrona que, al lado de 'Barridos por la marea', es poco menos que una obra maestra. Si nos ponemos a enumerar errores, necesitaría mucho más que un párrafo. Ni dos, ni tres. ¿Virtudes? Pasa rápido. Duele, pero se olvida al instante. Ritchie tocó fondo. Marino, terrenal y artístico.