Llega el año nuevo y, con ello, los malditos propósitos, metas a corto plazo que seguramente acabemos cumpliendo muy a largo a plazo. Hay gente que este año se ha propuesto dejar de fumar, la comida basura o las redes sociales. Si los personajes de ficción fueran reales, nosotros tendríamos un consejo para sus propósitos de año nuevo: POR FAVOR, DEJEN DE BEBER ALCOHOL COMO SI EL MUNDO ACABASE MAÑANA.
Según un estudio reciente, James Bond bebe 4'5 Martinis de media en cada una de sus películas, siendo 'Quantum of Solace' la que lo corona como alcohólico profesional con una media de seis. Que el martini será muy elegante y todo lo que tú quieras, pero que así uno no combate el mal en la Tierra. Digo yo.
Y es que la ola de porreros en televisión en esta últimas décadas ha sido tan grande que nos ha impedido ver que nuestros personajes de ficción siguen bebiendo como cosacos. ¿Hay algún bufete de abogados en cuyo despacho no haya una botella de licor? ¿O alguna reunión de amigas en el que falten los mojitos? ¿O algún policía que no se tome su copa después de terminar su turno? No nos fijamos en todo esto porque está sumamente normalizado y, a no ser de que consista en una historia sobre adolescentes, el enfoque de los creadores es complaciente, pero la cifra de personajes que consumen alcohol con asiduidad en la televisión actual es alarmantemente alta.
Lo de las series procedimentales o de oficio es de manual. Los personajes o están en el bufete/comisaría/hospital/lo que sea o están en el bar de al lado. O están trabajando o están poniéndose tibios. Y es que cómo sino se explicarían muchos de los líos amorosos de 'Anatomía de Grey' sin el concepto "noche de borrachera mala". Los guionistas tendrían que quebrarse la cabeza para encontrar un modo rápido de liar a los personajes de forma verosímil. O cómo habría aguantado la de 'The Good Wife' todo el problema de los cuernazos de su marido, trabajar con su ex y llevar los casos legales más arriesgados de la historia sin una copita de vino al final del día. Imposible. O cómo la protagonista de 'Insatiable' habría decidido prender fuego a su amante sin... bueno, no, eso no lo explica ni el alcohol ni el mejor de los guionistas.
¿Para qué llamarlo entretenimiento cuando realmente queremos decir adicción? Hoy, en eCartelera, os regalamos una lista de borrachos de la televisión que se podrían catalogar perfectamente de alcohólicos profesionales grado 'El hijo de Marlon Brando y Bette Davis bailando Paulina Rubio: escenas eliminadas'. Como dirían los de 'Cómo conocí a vuestra madre', es hora de hacer una buena intervención.
8 personajes de ficción que son alcohólicos (aunque no lo parezca)
Alicia Florrick
Como hemos mencionado antes, la vida de Alicia es complicada. Primero es la mujer de un político corrupto que le ha puesto los cuernos, pero ella no puede decir nada porque hay que conservar la imagen y eso. Se separa medio en secreto y empieza su vida como abogada después de tirarse casi 20 años sin ejercer, lo que le supuso un gran esfuerzo memorístico (¿alguno de vosotros se acuerda de lo que era el clima atlántico? Pues eso). Segundo, nada más entrar en el bufete se encuentra a su ex-novio de la universidad reconvertido en abogado de éxito y uno de los solteros más codiciados de la ciudad. Duro. Muy duro. Para más inri, como abogada le tocan los casos más difíciles del mundo (delicias del cerebro del tándem King) como defender a psicópatas o narcotraficantes. Claro, con todo este follón, ella cuando llega a casa lo único que quiere es pasar un rato con sus hij...beber vino. Luego, que si ve espíritus. Ay, hija.
Princess Margaret
Mira, una cosa es ser de la realeza y otra hacer lo que te salga del potorro. Que sí, que tú querías ser la reina de los británicos y llevar la corona más pesada de la tierra y billetes con tu cara y protagonizar una serie de Netflix pero, chica, todo no se puede.
Princess Margaret, la hermana "descocada" de la reina, también tiene sus traumas internos fuertes. Después de que su hermana le robase todo el protagonismo, se ve obligada a terminar su relación con el amor de su vida porque es de baja alcurnia y está divorciado. Eso causa una gran desazón en ella que le provoca querer practicar un estilo de vida contrario al dictado. Este estilo de vida se resumen en dos cosas: tabaco y alcohol. El aliento de Joaquín Sabina no es nada comparado con el olor emanado de la moqueta de la Casa Real Británica. Pero, ojo, Princess Margaret es una alcohólica con estilazo. Sus escenas de borrachera son dignas de una peli de Jean-Luc Godard.
Quinn King
Y de una princesa a una reina. Quinn tiene uno de los trabajos más estresantes de la actualidad: ser la showrunner de un reality show. Entre eso, su ex andando por allí, Rachel enloqueciendo de nuevo y su crisis de los 40, la mujer no da más de sí. Por eso, cada vez que va a su despacho se echa una copita de ginebra, para rebajar un poco la tensión. Gracias a esos chupitos que se trinca en plena mañana, Quinn es capaz de convencer a Rachel de que haga otra atrocidad enorme, al director de la cadena de que su programa es imprescindible y al concursante más mono de que le coma el papo en su despacho. En la última temporada de UnREAL se preveía que su alcoholismo había llegado a tal punto que tendría que convertirse en uno de los conflictos del personaje pero, afortunadamente, los guionistas decidieron ser más originales y dejaron a Quinn como la déspota alcohólica desapercibida a la que todos amamos.
Eva Kviig
Si hay una alcohólica en la historia de la ficción que de verdad ha pasado desapercibida esa es Eva de Skam. La primera gran protagonista de la serie que marcó un hito en la televisión internacional empezó a tener sus problemitas ya en la primera temporada cuando, después de su enésima pelea con Jonas, se emborracha y se lía con Chris "por error", uno de los "Penetrators" (también el nombre del grupito de chicos era como para tomarse algo). En las siguientes temporadas todas las fiestas del instituto se caracterizan por: Vilda en estado de alerta, Nora con su política de no alcohol, Sana soltando borderías y Eva borracha liándola parda. Pero Eva es de nuestras borrachas encantadores, de estas que cuando esta pedo quiere dar amor a todo el mundo y, por eso, la adoramos. Un brindis por ella. Grande Eva.
Meredith Grey, Olivia Pope, Annalise Keating ...
Las series de Shonda Rhimes llevan años concienciando al espectador de tres cosas: el sexo mola, la diversidad racial es la hostia y el alcohol es DIOS. Literalmente, no hay ni un personaje en sus series que no beba. En el hospital Grey-Sloan se beben hasta el alcohol etílico. ¿Que te deja el novio? Alcohol ¿Que no sabes cómo dejar al novio? Alcohol. ¿Que te aparece una hermana secreta? Alcohol. ¿Que te toca una beca porque tienes un cerebro privilegiado? Alcohol ¿Que se te muere un paciente? Alcohol. En el universo de "Cashonda" Rhimes todo se arregla a base de alcohol. Tal es así que en la sala de guionistas de sus series tienen en la pizarra como una cartelito que dice "alcohol" en la sección de "motivos recurrentes-personajes". Según un estudio reciente, ver una serie suya equivale a beberte una copa de Chardonnay. Hay gente que ha sido detenida por conducir después de ver 'Anatomía de Grey'.
Cuidado con Shonda, que ésta lo que quiere es emborracharnos y convertir el mundo en una orgía multirracial gigantesca (aunque igual no estaría mal, ahora que lo pienso).
Barney Stinson
El más loco del grupo de 'Cómo conocí a vuestra madre', Barney Stinson, era también un alcohólico de aupa. Porque lo de bebedor follador es un clásico y no se puede ser una cosa sin la otra. Siempre era el que animaba a beber a los demás, el que se pillaba los mayores pedos y el que se despertaba en charcos de cerveza al día siguiente de una fiesta. Cuando decía "legendario" en realidad Barney quería decir "nos vamos a pillar una cogorza brutal". Y así lo hacía, y de esta manera es como se inventaba las reglas y teorías más divertidas de la serie. Lo genial de Barney es que era un borracho con clase: bien vestido, con pasta, siempre rodeado de mujeres... Estos elementos hacían que su adicción al alcohol pasase desapercibida pero, no os engañéis, si tratáis de chocar el "high five" con él a las cinco de la mañana es bastante probable que no atine.
Diane Nguyen
Diane se piensa que por estar al lado de un alcohólico consumado como Bojack nadie se dará cuenta de su problema, pero en eCartelera lo hemos hecho. Durante varias temporadas, Diane ha sido la Lisa Simpson de la serie, la chica sosegada y sensata que siempre conserva la calma y da los mejores consejos a Bojack. La veíamos en varias fiestas un poco pasada de vueltas, pero en esta última temporada su alcoholismo ha quedado demostrado. El divorcio y su nuevo y poco estimulante trabajo han hecho de la vida de Diane una espiral que ha desembocado en la mujer fría y cruel cuya actitud, probablemente, es la misma que llevó a Bojack en sus inicios por los derroteros de esa misma adicción. El mensaje de BoJack Horseman está claro: infancia de mierda + alcohol = drama, mucho drama.
Rick Sánchez
El comportamiento del científico Rick Sánchez tiene una explicación clara: ESTÁ BORRACHO TODO EL RATO. Al lado de él, Don Draper y Karen Walker son unos niñitos jugando con el minibar de sus padres. Como todo genio loco, Rick aprovecha cualquier instante para emborracharse. Ese estado de embriaguez permanente es el que le anima a cometer barbaridades como la clonación, la piratería o el bioterrorismo, por no hablar del abuso a su propio nieto al que obliga a acompañarle en sus locas aventuras mientras le eructa en la cara cada cinco minutos.
Y es que, aunque no lo parezca, Rick es un anciano con el corazón partido, de hecho, en la primera temporada se revela que su famosa coletilla "wubba lubba dub dub" en lenguaje de pájaros significa "estoy sufriendo, ayúdame". Pobre Rick.