Todas las películas son vendidas como lo más nuevo de la Historia del Cine, lo cual provoca que las grandes producciones de culto no sean consideradas como tal hasta que el tiempo pasa y la gente sigue manteniendo su fascinación. 'El club de la lucha' es un gran ejemplo de ese carácter perenne, una película que no ha perdido ni un ápice de fuerza en su mensaje crítico contra una sociedad alienada por el capitalismo y las relaciones deshumanizadas.
David Fincher se encargó de llevar a la gran pantalla el frenético libro homónimo escrito por Chuck Palahniuk, manteniendo el espíritu de la novela a pesar de los múltiples cambios en su desarrollo. El propio autor quedó maravillado por el resultado final y afirmó que la película suponía una mejora en su relato. En 1999 se produjo su estreno, con el gran atractivo de contar con una estrella como Brad Pitt en su reparto, pero con la dificultad de calar en el público con un tono tan poco habitual.
El trabajo de Pitt y Edward Norton, aunado a la distintiva dirección de Fincher, que se adaptaba a cada trabajo para captar de la mejor manera posible su esencia, resultaron en una de las películas de referencia del séptimo arte. 'El club de la lucha' ya es un título icónico e instaurado en nuestra cultura popular, rara avis que se ha impuesto al cine más comercial e inocuo, el que vende la novedad sin poseerla. Para conmemorar el aniversario de este film imprescindible, hemos recopilado varias de sus curiosidades más llamativas:
Curiosidades de 'El club de la lucha'
A discreción
Durante el rodaje el alcohol no solo circuló de vez en cuando en pantalla, como cuando Tyler y el protagonista se pelean por primera vez, sino que los propios actores lo cataron para transmitir mejor la sensación etílica en pantalla. En la escena en la que ambos se dedican a jugar al golf borrachos en el suburbio donde ubicaron su sede, tanto Brad Pitt como Edward Norton se emborracharon realmente para golpear las pelotas, que iban directamente dirigidas al camión de catering de la producción.
Publicidad engañosa
Con la película finalizada ante ellos, los ejecutivos de Fox no tenían demasiado claro cómo iban a atraer el público a ver algo tan diferente de lo habitual. Fincher les propuso que la campaña guardara la esencia anti-comercial de la película, algo que no se atrevieron a hacer. En cambio, los avances de 'El club de la lucha' prestaron especial atención a la presencia de Brad Pitt y a las escenas de pelea entre los miembros del clandestino club. Algo que no se correspondía precisamente con el mensaje real que buscaba transmitir la película, que llegó a ser promocionada en los descansos de UFC y del Pressing Catch.
Sin paciencia
El proceso de rodaje no fue un camino de rosas para nadie. Si no que se lo digan al director de fotografía, Jeff Cronenweth, que fue golpeado en la cabeza por una botella de cerveza durante la grabación de una escena en un barrio residencial. El causante de la herida fue un vecino harto del ruido procedente de la calle, que decidió que cualquiera de los responsables de los sonidos era mejor destino para la botella que el contenedor del vidrio. El resultado fue una brecha en la cabeza de Cronenweth y un arresto para el indignado señor.
Dolor sin artificios
David Fincher no solo tiene la habilidad de sorprender al público con sus decisiones, sino que los actores con los que trabaja también son sus víctimas. En una escena de la película el personaje de Norton tiene que golpear a Tyler en el oído, algo que sucedío tal cual, sin dobles ni escorzos engañosos. El director le dijo a Norton que no fingiera el golpe como estaba previsto, lo cual resultó en un dolor genuino de Pitt y en un disfrute del propio Norton como se aprecia en la película.
Tras los créditos
Por mucho que un guion parezca el idóneo para comenzar a rodar a partir de él, los cambios son inevitables, aunque no se reflejen en los créditos. El encargado de firmar la adaptación fue Jim Uhls, pero otras cinco personas añadieron y modificaron fragmentos en la historia. Pitt, Norton y Fincher fueron tres de ellos, con alguna escena en la que primó la improvisación. Mientras que los otros dos fueron Cameron Crowe, reconocido por 'Casi famosos' y 'Jerry Maguire', y Andrew Kevin Walker, que había escrito el guion de la obra maestra de Fincher, 'Seven'.
Reparto alternativo
Las neuronas de los productores siempre están procesando varios nombres de actores famosos para cada rol, los cuales pueden verse alterados significativamente en el casting final. Matt Damon y Sean Penn fueron valorados para encarnar al personaje protagonista, pero Fincher quedó tan fascinado con el trabajo de Edward Norton en 'El escándalo de Larry Flint', que no barajó otra opción. En cuanto a Tyler, Brad Pitt encontró competencia en un actor de aspecto bastante diferente, Russell Crowe, al cual resulta imposible imaginarse como Durden tras el impresionante trabajo de Pitt. En el apartado de Marla, los primeros nombres que se pusieron sobre la mesa fueron los de Winona Ryder y Courtney Love, pero la disputa final se produjo entre Reese Witherspoon y Helena Bonham Carter, siendo esta última la que se hizo con el oscuro personaje.
Por último, Fincher fue el cuarto plato del estudio, que previamente había contactado con Peter Jackson, Bryan Singer y Danny Boyle.
Anti-publicidad encubierta
La sociedad encadenada por las multinacionales es uno de los temas obvios de 'El club de la lucha', pero no es tan evidente la forma que tiene Fincher de mostrárselo al público. El realizador incluyó en cada escena de la cinta un recipiente de Starbucks, algo que puede pasar desapercibido precisamente por lo que critica la cinta. La compañía no tuvo problema con prestar su logo a la película, pero sí que rechazó que la marca apareciera en la escena de la destrucción de una cafetería, por lo que se tuvo que recurrir a otro nombre.
Subversivo por naturaleza
El personaje femenino de la película, Marla, interpretado por Helena Bonham Carter, no tenía nada que envidiar a sus compañeros en términos de estar totalmente fuera de lo común. Durante una de las escenas del film, Marla pronuncia una de las frases más controvertidas del mismo: "No me habían follado así desde el colegio." La cual fue escrita por el propio Fincher para sustituir, a petición de Laura Ziskin, presidenta de Producción de Fox 2000 Pictures, la afirmación que aparecía en el guion original: "Quiero tener tu aborto." La definitiva estremeció aun más a Ziskin que la original, pero al haber llegado a un trato con Fincher de no poder cambiar la nueva frase, al final el bueno de David se salió con la suya.
Se va de las manos
En principio, el presupuesto de la película iba a ser de 50 millones de dólares, cifra que Fincher superó poco después del comienzo del rodaje, ascendiendo a 67 millones. Lo cual suscitó las quejas del productor ejecutivo Arnon Milchan a Fincher para que redujera el gasto, a lo que se negó el director defendiendo la integridad de la película. El productor de Regency, que aportaba 25 millones a la producción, decidió marcharse del proyecto, pero para no perder esa importante suma, el jefe de Fox le pidió que regresara y le envió los dailies de cada día de rodaje para conseguirlo. Tres semanas después, y viendo la calidad del material, decidió volver e incrementar su aportación a 34 millones. Hay que destacar que buena parte de ese dinero fue parar a los bolsillos de Brad Pitt, que se embolsó 17,5 millones por interpretar a Durden, mientras que Norton cobró 2,5 millones por el coprotagonista.
