Últimamente no pasa una semana sin que se anuncie algún nuevo reboot o remake de una película o serie de televisión. El público lleva tiempo quejándose de la falta de ideas de Hollywood en los últimos años, pero lo cierto es que la práctica del remake se remonta a la época dorada del cine, durante los 40 y los 50, y ha sido siempre mucho más frecuente de lo que se cree. Claro que el bombardeo actual supera con creces cualquier tiempo pasado.
Es diferente cuando hablamos de remakes en los que un director se encarga él mismo de rehacer su propia película. Aunque sigue ocurriendo (un ejemplo reciente sería '¡Menudo fenómeno!'), ya no es tan habitual. Sin embargo, si echamos la vista atrás, hay numerosos casos a lo largo de la historia del cine en los que un realizador es quien impulsa el remake de su propio trabajo y se queda a las riendas del proyecto, aunque esto no siempre ha dado buenos resultados.
Las motivaciones para que un cineasta decida hacer la misma película otra vez pueden variar. Los hay que, insatisfechos con su trabajo la primera vez, ven un remake como una segunda oportunidad para hacerlo mejor. Luego están los que se dejan llevar por el momento y necesitan actualizar una obra que ha envejecido mal. También tenemos a los directores no estadounidenses que aprovechan el interés de Hollywood en hacer remakes de sus películas para poner un pie en la Meca del Cine, trabajar con estrellas de renombre e impulsar sus carreras internacionales. Y por último, los hay que simplemente agradecen el cheque.
Experimentos fallidos (con excepciones)
Sea como fuere, la mayoría de remakes hechos por el mismo director de la película original resultan en decepción, pasan sin pena ni gloria o, como en el caso de 'Funny Games' de Michael Haneke, estrenada en 2008, indignan a cinéfilos en masa, que no admiten que un cineasta como él se copie a sí mismo. Es lógico, ya que por mucho empeño que le ponga un director, trabajar con material reciclado (sobre todo si ese material ya es considerado una obra maestra, como es el caso de la cinta de Haneke) no siempre da los resultados que se espera. Aunque por supuesto hay excepciones, directores a los que la jugada les ha salido bien y han "remakeado" sus propias películas con éxito.
En la siguiente lista encontraréis 9 ejemplos de auto-remakes a lo largo de la historia del cine. ¿Recordáis alguno más?
9 directores que hicieron remakes de sus propias películas
Alfred Hitchcock, 'El hombre que sabía demasiado' (1934/1956)
Según confesó a François Truffaut, Alfred Hitchcock nunca estuvo satisfecho con su labor en 'El hombre que sabía demasiado', que llegó a describir como "el trabajo de un amateur con talento". El mítico director británico empezó a barajar la idea de un remake a principios de los 40, ya en Hollywood, sin embargo, no fue hasta los 50 cuando le planteó el proyecto a Paramount, con la intención de cumplir las obligaciones de su contrato con ellos. El estudio aceptó la propuesta, con la condición de que la historia fuera actualizada. Para ello, se dice que Hitchcock prohibió al nuevo guionista, John Michael Hayes, que viera la versión británica.
Con unas cuantas variaciones, el argumento de la versión americana es muy similar al de la película original (el clímax es prácticamente idéntico). El remake se distanciaba de ella principalmente por su metraje más largo y su formato en technicolor.
Frank Capra, 'Dama por un día' (1933) / 'Un gángster para un milagro' (1961)
'Un gángster para un milagro' no era la primera película de Frank Capra que su director hacía dos veces. A comienzos de los 50 dirigió 'Lo quiso la suerte', remake de su film de 1934 'Estrictamente confidencial'. De un año antes es 'Dama por un día', película que proporcionó a Capra su primera nominación al Oscar a Mejor Director, y cuyo remake estuvo intentando vender a los estudios durante años, siendo rechazado porque el material era demasiado anticuado. Ante este contratiempo, Capra compró él mismo los derechos de la película y se la llevó a United Artists. Según cuentan, el rodaje del remake fue un infierno para Capra debido a la mala relación entre Glenn Ford y Bette Davis, que le provocó problemas de salud a raíz del estrés. 'Un gángster para un milagro' fue su última película como director.
Al igual que 'El hombre que sabía demasiado', este remake dura 40 minutos más que el original y fue filmado en color. La película contaba la historia de una mendiga que se hacía pasar por una dama de la alta sociedad con ayuda de un gángster al enterarse de que su hija regresa a Nueva York prometida a un miembro de la realeza. Con el tiempo extra del remake, Capra se permitía añadir mucha más información sobre la historia de cada personaje.
Yasujirô Ozu, 'Historia de las hierbas flotantes' (1934) / 'La hierba errante' (1959)
'Historia de las hierbas flotantes' fue uno de los trabajos más exitosos del prolífico director japonés Yasujiro Ozu. Se trata de una película muda, por lo que Ozu decidió volver a hacerla en versión sonora en 1959. El director ya había cumplido con su obligación contractual de hacer una película al año para Shochiku Studios, precisamente otro auto-remake, 'Buenos días', que adaptaba libremente otra de sus películas mudas, 'He nacido, pero...' (1932). Sin embargo, Ozu se comprometió a hacer 'La hierba errante' para otra productora, Daiei Studios, ese mismo año, ya que al tratarse de un proyecto "reciclado", podría trabajar más rápido.
Efectivamente, más allá de filmarla en color y con sonido, el remake no cambiaba mucho del guion original. En lo que sí variaba un poco era en el tono, menos melodramático en el remake, y la ambientación, de la lluviosa Kamisuwa de la original a Shijima durante una ola de calor en el remake.
Howard Hawks, 'Bola de fuego' (1941) / 'Nace una canción' (1948)
Al contrario que sus contemporáneos Alfred Hitchcock y Frank Capra, Howard Hawks no esperó demasiado para hacer un remake de una película propia. Apenas siete años después de 'Bola de fuego' se estrenaba su nueva versión musical (la original contenía solo un par de números), 'Nace una canción', realizada con prisa para aprovechar el boom de la música jazz que se estaba viviendo en esos momentos. Al igual que Capra, Hawks se arrepintió de hacer el remake por culpa de un rodaje tumultuoso a raíz del problemático divorcio de uno de sus protagonistas, Danny Kaye. Años después, Hawks explicó la razón por la que aceptó dirigir la película: "Porque me pagaban 25.000 dólares a la semana, por eso".
Michael Mann, 'Corrupción en Los Ángeles' (1989) / 'Heat' (1995)
Michael Mann dirigió en 1989 la TV movie 'Corrupción en Los Ángeles', pero el director la había imaginado como una película más compleja y profunda, por lo que la rehizo para el cine en 1995. La nueva versión de este drama criminal, 'Heat', incorporaba subtramas inexistentes en el telefilm, con las que Mann añadía matices a la historia y ofrecía un retrato más extenso de sus personajes. Aunque en esencia ambas películas son muy similares (con diálogos prácticamente calcados de la televisión al cine), 'Heat' se alzaba como una obra mucho más redonda, un laureado retrato del mundo criminal protagonizado por Al Pacino y Robert De Niro que se convertiría en una de las imprescindibles del cine de mafiosos de los 90.
Tim Burton, 'Frankenweenie' (1984/2012)
Tim Burton tenía un contrato con Disney para dirigir dos películas en Disney Digital 3D, y ambas fueron remakes. La primera fue una versión en acción real del clásico animado 'Alicia en el País de las Maravillas', y la segunda justo lo contrario, una versión animada del cortometraje en acción real del propio Burton, 'Frankenweenie'. Burton ya había decidido adaptar su corto en formato de larga duración varios años antes, concretamente en 2005, pero no fue hasta su trato con Disney cuando por fin impulsó el proyecto.
El remake de 'Frankenweenie' convertía la acción real en animación stop-motion, técnica que el propio Burton y Henry Selick habían revitalizado y popularizado en los 90 con 'Pesadilla antes de Navidad', y continuado en la siguiente década con 'La novia cadáver'. 'Frankenweenie' es toda una reunión burtoniana, con actores fetiche del director en el reparto de voces (Winona Ryder, Catherine O'Hara, Martin Landau) y gran parte del equipo técnico que hizo posible 'La novia cadáver'.
Ole Bornedal, 'El vigilante nocturno' (1994) / 'La sombra de la noche' (1997)
'El vigilante nocturno' fue un gran éxito en su país de origen, Dinamarca, y funcionó muy bien en el circuito festivalero de 1994. Por eso en Estados Unidos se fijaron en ella con la intención de hacer un remake. Si bien esta práctica es muy habitual, no lo es tanto que para la dirigir la versión yanqui se contrate al mismo director de la original. Bob Weinstein, que había comprado los derechos de este interesante y siniestro thriller, contrató a Steven Soderbergh para que re-escribiera el guion junto a Ole Bornedal.
El remake no se distancia mucho de la anterior película, más allá de la factura más sofisticada de la americana. Incluso el peinado de Ewan McGregor (actor muy de moda en ese momento), reproduce el del protagonista de la original, un joven Nikolaj Coster Waldau mucho antes de hacerse mundialmente famoso con 'Juego de Tronos'.
Michael Haneke, 'Funny Games' (1997/2007)
Michael Haneke siempre quiso que 'Funny Games' transcurriera en Estados Unidos. Sin embargo, el director austríaco no consiguió financiación para rodarla allí y tuvo que hacerlo en Austria. Haneke se quedó con las ganas de que su film llegase al público estadounidense (que ya sabéis que es algo alérgico a los subtítulos), por lo que cuando, casi diez años después, el productor Chris Coen le propuso por fin hacer un remake yanki, el director aceptó. Pero con una condición: la protagonista tenía que ser Naomi Watts.
Más que un remake, 'Funny Games US' es un facsímil de la original, ya que el guion es prácticamente idéntico y la película fue recreada casi plano por plano en el mismo decorado. Incluso se reutilizaron muchos de los objetos de atrezo que fueron empleados en la película de 1997. Haneke estaba empeñado en hacer reflexionar a los norteamericanos sobre la violencia (el público que más le interesaba utilizar como sujeto de su retorcido experimento fílmico), pero la jugada no le salió bien y la película no tuvo buena acogida.
Takashi Shimizu, 'La maldición (Ju-on)' (2002) / 'El grito' (2004)
En 2002, el remake estadounidense de 'La señal (The Ring)' había funcionado muy bien, por lo que Hollywood no tardó en rehacer otro de los éxitos del J-horror del momento, 'La maldición (Ju-on)'. Aunque su director, Takashi Shimizu, no estaba convencido al principio, finalmente accedió a dirigir el remake él mismo cuando se le aseguró que también se filmaría en Japón, y que podía conservar la mayor parte del equipo original de su país. La única diferencia era que la protagonista debía ser norteamericana, para funcionar como gancho con el público yanqui. La elegida fue Sarah Michelle Gellar, que acababa de salir de 'Buffy, cazavampiros' y buscaba un hueco en el cine (que desafortunadamente no encontró).
El caso de Shimizu es llamativo, porque inicialmente no quería hacerse cargo del remake por no encasillarse en 'Ju-on', pero acabó dirigiendo también la secuela americana. Contando las primeras entregas de la saga en vídeo y las secuelas cinematográficas (todas muy iguales entre sí), Shimizu básicamente hizo la misma película seis veces.