Lars von Trier (Copenhague, 1956) es conocido tanto por ser un excelente realizador como por su faceta gamberra. Cada cierto tiempo, normalmente coincidiendo con el estreno de alguno de sus films, el cineasta es noticia por dar la nota, bien en declaraciones durante una rueda de prensa, bien porque sale a la luz información más o menos truculenta sobre su último rodaje.
Ya los inicios de su carrera estuvieron marcados por una vertiente reivindicativa. No en vano, en 1995 fundó junto con su compañero de profesión Thomas Vinterberg el movimiento Dogma. Este consistía, básicamente, en realizar películas que privilegiasen los valores cinematográficos esenciales, como la interpretación y el peso de la historia, en detrimento de los alardes tecnológicos cada vez más intrusivos.
Si bien el movimiento tenía mucho sentido por entonces, atendiendo al status quo imperante en la industria, y enriqueció las formas de hacer cine y enfrentar el quehacer fílmico, la doctrina concebida por Trier y Vinterberg tenía los días contados. Los propios padres del Dogma 95 hubieron de ceder pronto y dejar de lado las estrictas limitaciones que su canon imponía. No obstante, Trier, como si de una prolongación del movimiento se tratara, ha continuado atentando contra lo políticamente correcto, sobre todo a través de sus películas, pero también desde su faceta de artista renegado.
Lars von Trier ¿sobrio?
En 2014, Trier confesaba que estaba en tratamiento debido al alcoholismo y al consumo de drogas. Según contó, había escrito el guion de 'Nymphomaniac' sobrio, tarea que le llevó casi dos años, una cantidad de tiempo desproporcionada si la comparamos con los doce días que tardó en escribir 'Dogville' bajo los efectos de un buen colocón (no matizó de qué). En aquella entrevista, el cineasta manifestó su temor a hacer "películas de mierda", ya que a su parecer "no hay expresión creativa alguna de valor artístico que haya sido producida por un ex alcohólico o un ex adicto a las drogas".
En febrero de este año, Trier publicó un vídeo en su cuenta de Facebook en el que anunciaba que el rodaje de su nuevo film comenzará en otoño, y llevará por título 'The House That Jack Built'. Mientras esperamos a que el cineasta vuelva a manifestarse para dar detalles sobre la producción, os dejamos con algunas de sus anécdotas más memorables.
Los 9 momentos y facetas más locos de Lars von Trier
Baile oscuro
Una de las primeras polémicas desatadas por el cineasta surgió a partir del rodaje de 'Bailar en la oscuridad'. Su protagonista, Björk, declaró que el trato con Trier había sido tortuoso y asfixiante, y acusó al director de sexista y manipulador. Se sabe que la cantante sufrió varias crisis de ansiedad y estuvo a punto de abandonar el proyecto. Algo muy similar sucedió con Nicole Kidman, protagonista de 'Dogville'. Ambas juraron que jamás volverían a trabajar con el danés.
Sexo real
En 'Los Idiotas', Trier quiso que sus actores practicaran sexo real durante la grabación. Como puede verse en el film, dichas escenas forman parte del metraje final. Asimismo, las escenas de sexo en 'Anticristo' también son reales, aunque en esta ocasión fueron actores porno los que sustituyeron a los protagonistas.
Productor porno
La productora de Lars von Trier desarrolló una compañía subsidiaria dedicada al porno hardcore destinado al consumo femenino. Su nombre es Puzzy Power (aka HotMale) y fue fundada en 1997.
Vanidad desorbitada
En 1991, su film 'Europa' participaba en el Festival de Cannes optando a la Palma de Oro como Mejor película. El galardón se lo llevó, sin embargo, 'Barton Fink', la excelente cinta de los Coen. Por su parte, 'Europa' recibió el Premio del Jurado (ex-aequo). Cuando el cineasta danés, por entonces aún desconocido, subió a recoger el premio de manos del presidente del jurado, Roman Polanski, promulgó unas palabras que han pasado a la posteridad: "'Europa' ha sido producida, pensada y dirigida como una obra maestra... Gracias al enano por este premio". En efecto, con ese "enano" se refería a Polanski.
El mejor director del mundo
En 2009, y de nuevo durante la presentación de uno de sus films ('Anticristo') en Cannes, Trier se autoproclamó "el mejor director del mundo" durante una rueda de prensa. Los críticos fueron muy duros con su cinta (fue tachada de obscena y autocomplaciente, nada nuevo para el danés). Los periodistas, conociendo los desbarres a los que era tan dado el entrevistado, no dudaron en buscarle las cosquillas, instándole a que explicase el porqué de los excesos de la cinta protagonizada por Charlotte Gainsbourg y Willem Dafoe: "Yo no tengo que justificarme ante nadie, trabajo para mí mismo. Ustedes son todos mis invitados, no al revés [...] Es la mano de dios la que guía mis proyectos".
"Soy un nazi"
Este episodio quizá sea el más sonado en la carrera del cineasta. En 2011, con motivo del estreno de 'Melancolía' en Cannes, Trier hizo unas declaraciones demasiado atrevidas durante una rueda de prensa. Tras una serie de preguntas y respuestas con los periodistas, el director habló sobre sí mismo y reflexionó en voz alta: "Durante un tiempo pensé que era judío, y estaba feliz por ello. Pero luego conocí a Susanne Bier (danesa y judía), y ya no me hacía tanta gracia ser judío. Descubrí que en realidad soy un nazi. Mi familia era alemana. Y ello me produjo cierto placer. ¿Qué puedo decir? Entiendo a Hitler: me agrada un poco [...] No quiero decir que esté a favor de la Segunda Guerra Mundial, y no estoy ni en contra de los judíos ni de Susanne Bier. En realidad, estoy muy a favor de ellos. De todos los judíos. Aunque, eso sí, Israel es un dolor en el culo... En fin, ¿cómo puedo escabullirme de lo que acabo de decir? Ok, soy un nazi".
Persona non grata
Tras las declaraciones en Cannes, el cineasta fue declarado persona non grata por el Festival. Años después, en 2014, Trier asistió al Festival de Berlín para presentar 'Nymphomaniac'. Aprovechando la coyuntura, el director apareció con una camiseta que recordaba su destierro del certamen francés, en la que podía leerse el título obtenido tiempo atrás. Por supuesto, no dudó en posar orgulloso ante las cámaras.
Que dirija un ordenador
Para 'El jefe de todo esto', única comedia de Trier hasta la fecha, el cineasta utilizó un método de grabación muy poco convencional: el Automavision. Este consiste en colocar la cámara en una posición fija para cada toma, introducir ciertos parámetros en un programa informático y dejar que sea dicho programa el que elija el mejor encuadre posible para la grabación de las tomas. Es decir, que el realizador, el director de fotografía y el sonidista intervienen en la grabación solo hasta cierto punto; el resto, queda a merced de las decisiones de un ordenador, por lo que el resultado tiene mucho de aleatorio.
Estreno navideño
Por si el contenido de 'Nymphomaniac' no fuera por sí solo merecedor de polémica, el realizador danés decidió que la fecha de estreno debía ser un 25 de diciembre. Recordemos que justo entonces figuraba en la programación de medio mundo la película de animación 'Frozen', por lo que el tráiler del film, con escenas de sexo explícito, se proyectó en muchos cines ante la atónita mirada de niños y padres.
