Adam Sandler, criticado por tocar a Claire Foy ('The Crown') en una entrevista

Que Paul Thomas Anderson es uno de los directores más atrevidos y personales nacidos en el seno de la industria en los últimos años es una evidencia tan grande como el incontestable talento que atesora y que le permite jugar en la liga de los clásicos contemporáneos. Lo que ocurre, es que nadie imaginó que un actor tan limitado y frecuentemente insoportable como Adam Sandler podría protagonizar su particular visión del drama romántico. Pero sucedió.

'Embriagado de amor', terrible traducción del evocador título original, 'Punch Drunk Love', nos presentó la faceta más desconocida del actor, encargado de dar vida a Barry, un tipo extraño y solitario incapaz de enamorarse hasta que conoce al personaje de Emily Watson, con quien protagonizará una trama siempre imprevisibles, tan absurda como sorprendente. Y, pese a tratarse claramente de un trabajo menor en la impecable obra de Thomas Anderson, 'Embriagado de amor' consigue un significativo puesto en la trayectoria del director al conseguir un resultado mucho más satisfactorio de lo esperado por parte de Sandler. Por si alguien tiene dudas, aquí está la mejor interpretación de su carrera.

Aunque nos encontremos en este especial para hablar de Adam Sandler, la inclusión en la lista de 'Sígueme el rollo' tiene dos culpables directas que nada tienen que ver con el actor: Jennifer Aniston y Nicole Kidman. La primera de ellas, experta en la materia, se desenvuelve con la soltura propia de una reina que visita por enésima vez un palacio que conoce al dedillo, demostrando que la comedia romántica es mucho más que una especialidad para ella. Es su auténtico hábitat natural. En el caso de Kidman, se trata de ese talento innato con el que siempre ha conseguido merendarse al resto de compañeros de reparto que solamente pueden observar, atender, tomar nota y aprender.

Al lado de ambas, Sandler hace de Sandler, poca sorpresa aquí, pero se le nota más seguro de sí mismo, como si la compañía de Aniston y Kidman funcionara como envidiable red sobre la que dejarse caer. Por eso, y por su ausencia total de pretensiones más allá de hacer pasar un buen rato al espectador menos exigente, 'Sígueme el rollo' funciona de manera más que considerable.

Pocas películas han reflexionado de una manera tan exhaustiva y contundente sobre el oficio de la comedia como 'Hazme reír (Funny People)', el trabajo más personal de Judd Apatow hasta la fecha. Una propuesta que, como ocurre con la mayoría de cintas protagonizadas por Adam Sandler, tenía la siempre complicada misión de vencer una cantidad infinita de implacables prejuicios. En este caso, su más que notable interpretación era el vehículo imprescindible para que Apatow consiguiera hacer brillar en la pantalla la gloria y la miseria de una estrella dedicada a intentar hacer reír, sus complejos e inseguridades, sus necesidades y exigencias, su miedo y egocentrismo, en resumen, sus luces y sus sombras.

Un objetivo ambicioso, algo que por desgracia se ve reflejado en la desproporcionada duración de la película, que sin embargo funciona en la mayoría de ocasiones, especialmente en aquellas en las que la melancolía hace acto de presencia. Muchos espectadores salieron profundamente decepcionados al esperar una comedia marca de la casa, pero ahí reside gran parte del poder de 'Hazme reír (Funny People)', mirar fijamente a los ojos que la observan desde la butaca y mostrarle el otro lado del espejo. La cruz frente a la carcajada.

Cuidado, terreno peligroso. Ya decíamos en un principio que escoger diez películas de Adam Sandler como lo mejor de su filmografía no sería una tarea sencilla y supondría arriesgar en más de una ocasión, cediendo terreno a esa subjetividad que, ya sabemos, la carga el mismísimo diablo. Por eso, espero que se permita la inclusión en este especial de una película como 'Zohan: Licencia para peinar', cinta en la que habitan las claves más características de la carrera del actor, tanto las positivas como las negativas. Pero, a fin de cuentas, la comedia lo que busca es hacer reír, despertar la carcajada en el espectador si las cosas van mejor que bien, y aquí ese objetivo se cumple.

La delirante trama protagonizada por un agente israelí de los servicios secretos del Mossad que finge su muerte para poder trasladarse de Israel a Nueva York y cumplir allí el sueño de su vida: convertirse en peluquero y estilista, le sirve a Sandler para desmelenarse por completo, mostrando un entusiasmo contagioso a la hora de ejecutar el arte de hacer el tonto. Todo es absurdo, poco debate en esa línea, pero algunos terminamos llorando de la risa con este disparate. Con perdón.

En ocasiones, la valentía demostrada está por encima de los resultados finales. Puedes llevar sobre tu espalda una mochila o un paracaídas pero el mero hecho de saltar ya es digno de aplauso y reconocimiento. Especialmente si podrías no hacerlo y seguir descansando tu cabeza sobre la comodidad más abrumadora. Por eso, cuando se lanza a un actor como Adam Sandler a la basura a la primera de cambia se hace mediante un movimiento que esconde un alto nivel de ignorancia y, especialmente, pereza. 'Ese tipo es insoportable, siempre está haciendo bobadas en películas insoportables'. Y así. Y no. Y para nada.

Hay que saber mirar por encima de las murallas construidas desde los prejuicios y la crítica más fácil para descubrir trabajos como esta 'En algún lugar de la memoria', en la que Sandler interpretaba a un hombre que había perdido las ganas de vivir tras el fallecimiento de su familia en el 11-S. Un personaje que, bajo su apariencia de bombón para entregar un recital de intensidad dramática de primer nivel, escondía más de una trampa. Pero Sandler las esquiva todas con una interpretación basada en la contención y la sutileza por encima de la solemnidad y el exceso. Encuentra el punto exacto que requiere su personaje y engrandece una película que, con sus más y sus menos, supone una parada obligatoria en la filmografía del actor.

'50 primeras citas' es la mejor comedia romántica protagonizada por Adam Sandler hasta la fecha. Un logro que la sitúa, evidentemente, entre los trabajos más redondos y representativos de su carrera. Y lo mejor de todo es que su éxito reside de manera casi exclusiva en la naturalidad, la sencillez y la ternura melancólica del final de un verano.

No hay más gags de la cuenta, las tonterías más bobas brillan por su ausencia y los esfuerzos están orientados en construir una trama con encanto, sentido del ritmo y capacidad para desprender romanticismo sin dejarse caer sobre una montaña de azúcar. Un conjunto de metas que se logran con sorprendente eficacia y que convierten a '50 primeras citas' en algo más que la colaboración más memorable entre Sandler y una maravillosa Drew Barrymore. Una estupenda película de inicio a fin que se disfruta con una sonrisa omnipresente.

De acuerdo, tampoco vamos a luchar por un imposible, 'Little Nicky' no es una buena película, no tiene nada de gran cine de su interior y está construida, básicamente, de gags estúpidos que se suceden de manera torpe y confusa. Pero, ¿eso la convierte en una mala comedia? En absoluto. Apoyada en un reparto que demuestra pasárselo pipa en cada escena, esta historia protagonizada por el hijo pequeño e idiota de, nada más y nada menos, que Satanás, funciona por pura falta de vergüenza, por conocimiento de causa y por abrazar con pasión y sin pizca de reticencia la búsqueda del chiste más vulgar y soez.

Si no quieres participar en esta fiesta, 'Little Nicky' será para ti algo similar a una bajada a los infiernos cinematográficos más insoportables, pero si estás por la labor, aquí tienes un buen puñado de carcajadas. Tontas todas, sí, pero no pidamos milagros a una película protagonizada por un descendiente del demonio interpretado por Adam Sandler.

¿Es posible que una película sea una de los mejores trabajos de uno de sus protagonistas y uno de los puntos más bajos de la carrera de otro? Sí, 'Ejecutivo agresivo' es la demostración exacta de esta teoría que parece tan imposible como incoherente. Por un lado, tenemos a un Adam Sandler disfrutando cada momento como si estuviera en 'El Padrino' mientras que, en el otro extremo de la balanza, nos encontramos con Jack Nicholson y su clásico rostro de '¿qué demonios hago aquí?'.

Afortunadamente, el protagonista de 'Alguien voló sobre el nido del cuco' o 'Chinatown', entre otra docena de obras maestras, termina contagiándose de su compañero de reparto y entiende que tiene frente a él una oportunidad de oro para dar rienda suelta a su vis cómica más excesiva. Por supuesto, Sandler alucina con tener a su lado a una leyenda vida, mostrándose bastante comedido para tratarse de una comedia tan cercana al espíritu de su cine. Pero, claro, es lo que tiene trabajar a la sombra de un gigante. En definitiva, 'Ejecutivo agresivo' no forma parte de la zona más brillante del reinado Nicholson pero, en casa Sandler, es algo parecido a un hito.

Un año después de la valiosa 'El chico ideal', otra película que podría estar perfectamente incluida en este especial, y de la muy inferior 'El aguador', Adam Sandler estrenaba 'Un papá genial', la primera película realmente notable de su trayectoria.

Una propuesta cuyo argumento hemos visto una y mil veces, un tipo que frenará su terrible inmadurez al tener que hacerse cargo de un niño que le enseñará a darse cuenta del sentido de la responsabilidad, pero que está contado con el encanto y la sencillez suficiente para cumplir de manera holgada con sus objetivos. No hay nada nuevo bajo el sol, pero estamos ante una cinta que se disfruta sin reservas y en la que Sandler compone uno de sus personajes más memorables. Un estupendo entretenimiento con las dosis justas de emoción y diversión.