Adrien Brody ha ganado el Oscar a Mejor Actor por su aclamado papel como László Toth en la abrumadora película de Brady Corbet 'The Brutalist'. Se ha impuesto a Timothée Chalamet, su gran rival en la 97ª edición de los Premios Oscar, y suma su segunda estatuilla tras la obtenida en 2003 con otra cruda interpretación, la de Wladyslaw Szpilman en 'El pianista'.
En su discurso, Brody ha recordado precisamente aquella victoria de hace 22 años para protagonizar uno de los momentos con los que se ha ganado la risa de los presentes en la ceremonia. Cuando la Academia ha introducido la música durante el discurso del actor, es decir, su cortés forma de comunicar a los ganadores que deben terminar de hablar porque se alargan más de lo acordado, el ganador dos veces del Oscar ha pausado sus agradecimientos para pedir que quitasen la melodía: "Por favor, por favor, quitad la música, ya he hecho esto antes, gracias. No es mi primer rodeo, seré breve, lo prometo". Y funciona, la música desaparece para que Brody continúe, pero el actor no es tan breve como promete y tras otro minuto y medio la Academia vuelve a la música. Esta vez, el intérprete sí que hace caso a la señal y se despide. Para lo que también ha recordado su icónico papel en 'El pianista' es para agradecer poder seguir viviendo de "una profesión muy frágil":
"No importa en qué momento de tu carrera estés, no importa lo que hayas logrado, todo puede desaparecer, y creo que lo que hace que esta noche sea tan especial para mí es ser consciente de ello y mi gratitud por todavía trabajar de lo que amo. Una cosa que mi personaje dice en 'The Brutalist' es que la cima de una carrera es tener la oportunidad de empezar de nuevo. Agradezco la oportunidad de ser suficientemente afortunado para que durante los siguientes 20 años de mi vida pueda demostrar que soy digno de papeles tan significativos".
Adrien Brody's acceptance speech for Best Actor at the #Oscars #TheBrutalist pic.twitter.com/ySjGsQhOgz
— Culture Crave ? (@CultureCrave) March 3, 2025
En 'The Brutalist', Brody se pone en la piel de László Toth, un arquitecto húngaro que viaja a Estados Unidos tras sufrir las consecuencias de ser judío en Europa durante la II Guerra Mundial. Allí comenzará una monumental obra que le acompañará toda su vida en un viaje cargado de altibajos, sinsabores, heridas sin cerrar y esperanzas de sanar que le han valido al actor sumar a su palmarés el BAFTA, el Globo de Oro, el Critics Choice Award y ahora el Oscar.
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Con este premio, Adrien Brody consigue también cerrar sus propias heridas con la industria del cine, que nunca terminó de darle el lugar y el peso que su papel en 'El pianista' hacía presagiar. En una entrevista con eCartelera por 'The Brutalist', el intérprete admitía entre la resignación y el dolor que "ha pasado muchísimo tiempo desde la última vez que se me trató con este nivel de respeto y reconocimiento por el trabajo que he hecho toda mi vida".
Imbatible
La estatuilla le permite a Brody mantener un par de datos brutales, nunca mejor dicho, en relación a los Oscar. El primero es que sigue formando parte del selecto grupo de actores con un 100% de efectividad en los Oscar. El actor ha estado nominado dos veces, y ha ganado ambas.
El segundo está relacionado también con Timothée Chalamet. Si este hubiera ganado por 'A Complete Unknown', se habría convertido en el actor más joven de la historia en hacerse con el Oscar a Mejor Actor. Este año era su última oportunidad, por lo que el récord lo seguirá ostentando... sí, Adrien Brody, quien tenía 29 años y 343 días cuando recogió el premio por 'El pianista'.