No es noticia cuánto cuesta levantar una película. En condiciones normales ya es toda una odisea, especialmente si hablamos de un documental grabado en una residencia de ancianos que pretende contarse como un thriller de investigación y por el camino acaba convirtiéndose en una comedia emotiva sobre el abandono de los mayores. "Aquello era difícil de comprar y más difícil todavía de vender", recuerda Marisa Fernández Armenteros. "Pero creíamos en Maite Alberdi".
Ella es una de las dos productoras españolas que ayudaron a levantar 'El agente topo'. En esta película única e inclasificable la cineasta chilena vuelve a fijar su cámara sobre un grupo de ancianos tras la magnífica 'La once', nominada como Mejor película iberoamericana en los Goya de 2016. La otra coproductora patria es María del Puy Alvarado, y junto con Fernández, la directora y la productora chilena Marcela Santibáñez, forman un equipo autobautizado como "las 4 Ms": Maite, Marcela, María y Marisa. Cuatro mujeres al frente de esta odisea que ha acabado con la película estrenada por BTeam en cines españoles, a pesar de cierta pandemia, y una nominación en los próximos Oscar como Mejor documental.
Bueno, no ha acabado: puede que se lleven el Oscar, porque después de estrenarse en Sundance en enero de 2020, ganar el Premio del Público a Mejor Película Europea en San Sebastián, ser elegida como una de las cinco mejores películas de lengua extranjera por la National Board of Review y haber sido nominada también en los Spirit Awards y en los pasados premios Goya, 'El agente topo' llegará a la gala de los premios de la Academia de Hollywood como una de las favoritas.
Y eso con el coronavirus de por medio. "Justo por estas fechas hace un año las chilenas nos estaban enviando el reporte de festivales que quedaban completamente cancelados", recuerda Fernández cuando le preguntamos por las consecuencias de la pandemia en la carrera comercial de la película. En Chile y otros países latinoamericanos 'El agente topo' se estrenó directamente en Netflix, donde ha sido un pequeño fenómeno. "En España se habría estrenado el año pasado y no este 19 de marzo. Habría tenido una visibilidad que no ha tenido", dice del Puy.
"Pero nos quedamos con lo bueno", puntualiza su colega. ¿Qué es lo bueno? Haber sacado adelante una película exitosa, con críticas inmejorables y muchos premios en las peores condiciones. Gracias, en parte, a los pocos festivales que se han celebrado que "han ayudado más que nunca a las películas, especialmente a las independientes", opina del Puy. Fernández la apoya: "Por ejemplo, nos hizo muchísima ilusión el Premio del Jurado Joven Indie de Abycine. En esta pandemia cada cosa que le ha pasado a la película la hemos vivido con el triple de alegría. Cada granito es oro".
Los festivales han ayudado, especialmente San Sebastián, que "resucitó 'El agente topo' después de la pandemia", asegura Fernández. Pero el barco no habría llegado a Ítaca sin el trabajo de las 4 Ms. "Es raro encontrarse un grupo de mujeres liderando un proyecto, es algo que a mí personalmente nunca me había ocurrido en mi carrera profesional, y está muy bien que suceda", añade del Puy. "Cuando estábamos las cuatro presentando la película en San Sebastián es el comentario que más nos hicieron, probablemente era la única película presentada por mujeres". Fernández explica que "sí hay hombres implicados: un coproductor alemán, uno holandés... Pero es verdad que en las reuniones éramos mujeres jóvenes".¿Qué peso ha tenido eso? "En las adversidades hemos remado todas en la misma dirección, no ha habido egos. Y es cierto que nosotras somos muy prácticas, y eso se ve en el modo de trabajar de las mujeres: la eficacia".
400 horas de rodaje y un montaje internacional
Hay quienes se preguntan si 'El agente topo' es un documental o no, pero María del Puy Alvarado no lo duda: "Es un documental con un elemento externo narrativo, como ha dicho Maite, una «mentira blanquita»". Esa "pequeña mentira piadosa, o elemento ficcionado" es el protagonista, Sergio Chamy. Un anciano que no es actor pero se presentó a un proceso de selección real que llevó a cabo un investigador privado para infiltrarse en la residencia de ancianos donde se grabó la película. "Pero sigue siendo verdad: metemos al personaje en la residencia y vamos viendo a través de él qué sucede. No deja de ser un documental de observación", insiste la productora. Y podría haber salido mal: "Maite no nos lo quiso contar en su momento para que no nos diera un «yuyu», pero nos hemos enterado hace muy poquito de que en la primera semana Sergio llegó a la residencia y dijo: «Oye, yo no soy un viejo como estos, no soy tan mayor, me quiero marchar»", cuenta entre risas Marisa Fernández Armenteros.
Finalmente Maite Alberdi convenció al protagonista de la película de que siguiera adelante y consiguieron rodar más de 400 horas a lo largo de tres meses. En ese tiempo la película, que se había planteado como un thriller de investigación para destapar unos supuestos maltratos por parte del personal de la residencia en los huéspedes, adquirió un tono muy distinto, de dramedia con toques muy emocionante. Algo que llegó gracias al "arte de la paciencia de Maite", según Fernández. "Deja la cámara hasta que salta la magia".
Con tanto material grabado, el montaje fue un proceso difícil que ha dejado por el camino muchas "joyas absolutas que darían para un making of fantástico", asegura la coproductora. Además, Alberdi tuvo que jugar un poco a los platillos chinos para mantener contentos a los cinco coproductores que estaban supervisando la edición desde distintas partes del mundo: "Maite tenía que controlar la duración de la película, y nosotros le decíamos que mantuviera muchas cosas. «Esto al público español le va a gustar mucho», le decíamos. Y el holandés: «Esto a los holandeses les va a gustar mucho más»... Ahí cada uno aportábamos lo que intuimos que creemos que sabemos de nuestros espectadores, que a lo mejor no sabemos nada. Nosotros insistíamos en que con lo del whatsapp el público se iba a reír mucho, y de hecho la llaman ahora la secuencia de las españolas, porque la pedíamos nosotras". (A su favor este español dirá que la escena en la que Sergio intenta aprender a usar whatsapp le pareció una de las más divertidas.)
En los Oscar... por segunda vez
Una odisea que está llegando a su fin, con 'El agente topo' en las salas de cine españolas desde el 19 de marzo y con la posibilidad de ganar un Oscar en la próxima gala de los premios de la Academia de Hollywood. Gracias a esta coproducción María del Puy Alvarado y Marisa Fernández Armenteros son la representación española de este año, ya que ni 'La trinchera infinita' ha logrado ser nominada como Mejor película extranjera ni Pedro Almodóvar ha conseguido estar entre los mejores cortometrajes con 'La voz humana'.
Para del Puy no es la primera vez: ella ya estuvo nominada en 2019 junto a Rodrigo Sorogoyen por el cortometraje 'Madre', que precedió a la película del director madrileño. "Estamos hablando ahora de mi segunda vez en los Oscar y no me creo que haya pasado la primera, lo veo con una distancia muy rara", asegura. "El otro día alguien me envió un video del cóctel de nominados, con Laura Dern presentándonos... Y me quedé cortocircuitada, dije: «¿Esta soy yo?»". La productora opina que, a menos que seas Almodóvar, Fernando Trueba o Penélope Cruz es raro imaginarte en los Oscar. "Yo decía constantemente: «Esto solo te pasa una vez en la vida y hay que disfrutarlo», es la frase que más dije en su momento. Pues mira: ya me ha pasado dos veces".
