Bizarro, en castellano, es un adjetivo que se aplica a algo o a alguien muy valiente, no como en inglés, donde "bizarre" significa extraño o extravagante. Para adjetivar esta temporada de 'Agentes de SHIELD' vamos a tener que tomarnos una licencia lingüistica y utilizar las dos acepciones.
'Agentes de SHIELD' siempre ha sido una serie valiente, lo que empezó como una ampliación televisiva del universo cinematográfico Marvel, ha acabado convirtiéndose en una serie muy libre sin miedo a alterar el status-quo cuando lo han necesitado, tratando los temas que les ha dado la gana.
Algunos pueden pensar que la serie comenzó a tener sentido en su segunda temporada cuando los hechos de 'Capitán América: El soldado de invierno' pusieron todo patas arriba. Y tienen parte de razón, pero antes de eso la serie ya había comenzado a construir lo que se ha convertido en su alma y razón de ser, el equipo. Es verdad que la alineación ha cambiado a lo largo de las temporadas, pero la esencia del grupo se ha mantenido. Y eso se nota en el gusto que pasamos los espectadores cuando Coulson (Clark Gregg), May (Ming-Na Wen), Skye (Chloe Bennet), Fitz (Iain De Caestecker), Simmons (Elizabeth Henstridge) y compañía, consiguen articular un plan que les sale bien, colaborando y aprovechando las habilidades de todos. Y eso ha pasado desde los tiempos de Ward (Brett Dalton), luego con Bobbi (Adrianne Palicki), o con Yo-yo (Natalia Cordova-Buckley). Es el núcleo de la serie, el equipo.
Cada nueva temporada miramos atentos qué películas van a salir de la Casa de las Ideas, porque ya damos por hecha la conexión de estas con la serie. Y esta temporada parecía que iba a estar marcada por el estreno del verano pasado de 'Doctor Strange (Doctor Extraño)', cuando la magia entró con fuerza en el universo Marvel. En 'SHIELD' introdujeron la magia con uno de los personajes más curiosos de los rincones más oscuros de los cómics: el Motorista Fantasma. Ya conocíamos al personaje por las dos películas de Nicolas Cage, pero esta es una nueva encarnación. La historia de Robbie Reyes, sus deseos de venganza y su coche de fuego marcaron completamente la primera mitad de temporada de la serie.
Incluso demasiado, parecía que la serie daba un giro inesperado y pasaba a centrarse en la historia de este personaje, que para ser francos, no ha sido del gusto de todo el mundo. Pero no teníamos ni idea de lo que vendría luego.
Jeb Whedon y su equipo nos tenían reservadas unas cuantas sorpresas y si el principio de temporada estuvo marcada por 'Doctor Strange', a mitad de temporada entraron en terrenos que recordaban a 'Vengadores: La era de Ultrón', pasaron por una distopía parecida al evento de Marvel Cómics llamado 'Secret Empire' y han acabado juntándolo todo y lanzándonos a una próxima temporada que va a empezar muy cerca de 'Guardianes de la Galaxia Vol. 2'.
Parece que hayamos visto al menos dos series diferentes, pero sólo lo parece. Si buscamos dónde hacer la partición no lo encontramos, el Motorista trae el Darkhold, el libro mágico aparece al mismo tiempo que Aida, desaparece el motorista y se empieza a crear el Framework. No hay dónde hacer el corte.
Varias series en una
El problema de los cambios tan pronunciados de tono y tema es que hacen más evidentes los problemas de un segmento en comparación al otro. Y el segmento del motorista ha quedado como el más aburrido de la temporada. Los agentes de SHIELD y el espíritu demoníaco de la venganza encarnado no parecen una combinación lógica, y una vez pasado el primer impacto visual de los magníficos efectos especiales entra en una peligrosa senda de repetición y cansancio. Y lo peor, a veces parecía que más que contarnos una historia nos estaban preparando para un spin-off, y ese tipo de trucos se notan mucho, como cuando desaparecieron Bobby y Hunter por motivos completamente aleatorios.
Donde los guionistas han demostrado el pulso y el cariño que le tienen a los personajes ha sido en la utilización de los Life Model Decoys. Al contrario que el motorista, los LMD son parte del universo original del SHIELD de los cómics, y se nota. Los LMD se prestan a un tipo de giros y sorpresas muy propio de las aventuras de espías, como si estuviéramos viendo una película de Tom Cruise quitándose máscaras.
La pericia de los guionistas dio un paso más allá en la creación de la que resultó la villana definitiva de la temporada, al juntar los LMD con los peligros de la inteligencia artificial, con constantes referencias a Ultron, y a la genial ocurrencia del Framework. Así dan pie a la gran sorpresa de la temporada, ese grupo de capítulos llamados 'Agents of Hydra'.
La excusa del Framework, ese mundo artificial donde se encuentran atrapados los personajes, permite a los guionistas dar pie a su creatividad en dos ejes, las referencias a la actualidad política norteamericana y las meta-referencias a la propia serie.
De la misma manera que en otras series de tono similar, como 'Supergirl', pero de manera más grave, la distopía en la que un gobierno fascista gobernaba EE.UU. resonaba mucho con su actualidad política. Si bien al principio de manera sutil, el uso de eslóganes calcados a los de Trump y el uso de conceptos como las post-verdad y las fake news dejaban claro el posicionamiento de la serie.
En el segundo eje, el de las auto-referencias los productores han decidido dar gusto a los fans, recuperando a actores y a personajes muy queridos por el público. Hay que destacar la aparición de Ward (Brett Dalton), desde la primera temporada este personaje está a punto de desaparecer de la serie para siempre, pero siempre encuentran la manera de que vuelva, para alegría de todos. Las reacciones de Coulson, convertido por fin en ese profesor de instituto que siempre ha parecido, eran las mismas que los espectadores cuando descubrimos las oscuras y enrevesadas tramas de la serie. Hay que destacar el gran cambio que sufre Fitz, perfectamente enraizado en la historia del personaje y llevado a cabo por uno de los mejores actores de la serie, Iain De Caestecker.
Y claro, Madame Hydra, esa villana que fue introducida muy poco a poco, casi como anécdota, y que acaba siendo una superpoderosa enemiga que conjuga todos los temas tratados en la serie, es una LMD, potenciada por el Darkhold, jefa de Hydra y con poderes inhumanos. Además han acertado de pleno con el casting, la actriz Mallory Jansen ha sabido sacarle el jugo a todas las cambiantes etapas del personaje y se ha llevado el aplauso de todos nosotros.
Por lo demás la serie evoluciona a buen ritmo, las relaciones avanzan, y se transforman a buen ritmo, incluso la de Coulson-May, que llevan camino de convertirse en el "shippeo" definitivo de la serie, con permiso de Mack y Yo-yo.
En cuanto a la última escena de la temporada, y a las pistas que nos da de hacia dónde irá la serie ya os decimos que los agentes han viajado desde el infierno del Motorista a un cielo fuera de nuestra atmósfera. La palabra que susurraron todos los fans de los cómics al ver a Coulson en el espacio fue "S.W.O.R.D.", la agencia secreta de agentes que protegen la tierra de ataques extraterrestres. Quién sabe, a lo mejor vamos a tener la oportunidad de conocer a la Agente Brand el año que viene.