Convertida en una de las actrices británicas más exitosas de los últimos tiempos, la carrera de Aimee Lou Wood no ha parado de cosechar éxitos desde que nos enamoramos de ella por primera vez en 'Sex Education', en el año 2019. Ahora, está triunfando como Chelsea en la tercera temporada de 'The White Lotus', que le ha abierto las puertas al público americano.
Aunque son de sobra conocidas sus declaraciones sobre su polémica dentadura, la actriz de 31 años se ha abierto esta semana en una entrevista que publica The Sunday Times. Wood creció en un hogar disfuncional, con un padre alcohólico y adicto: "Era casi muda y muy ansiosa, no podía sentarme a comer. Mi madre iba dejando comida por la casa y yo iba picando", ha declarado.

Unos hechos a los que encontró explicación hace unos años cuando "fui diagnosticada con TDAH con trazos autistas. Soy neurodivergente y me han aconsejado una evaluación en profundidad. A lo mejor el autismo es dominate y el TDAH es solamente una consecuencia de este". A esto, hay que sumarle un trastorno alimenticio que, afortunadamente, ya ha superado.
¿Cómo le afecta esto a su carrera? "No me gusta ir a las fiestas porque me asusta que no pueda controlar mis sentimientos y sentirme abrumada", confiesa.
Éxito por sorpresa
Su vida, recuerda, cambió por completo cuando su madre volvió a casarse. Entonces ingresó en un colegio privado y se metió al grupo de teatro. Y, de repente, tras un breve paso por el teatro, consigue su primer trabajo en televisión en 'Sex Education'. Una serie a la que le debe casi todo, pero que también la traumatizó al salir desnuda desde su primera aparición.

"Tengo la sensación de que era la única que hacía las cosas raras en la serie", recuerda ahora. Nada que ver con 'The White Lotus', donde comentaba sus escenas con el resto del reparto. Aunque también ayuda el haber vivido con todos ellos durante casi siete meses. Algo positivo en principio, hasta que todos empezaron a incorporar rasgos de sus personajes. "Estábamos aplicando actuación de método sin ser conscientes", confiesa. "Algunas noches en la cena alguno sacaba un diálogo de su personaje sin querer. Hemos perdido la cabeza un poquito".