Da igual pasado, presente o futuro. Margaret Atwood siempre se encarga de devolver a las mujeres de sus libros, sea la época que sea, la voz que les han arrebatado. Lo hizo con 'The Handmaid's Tale', dándole el espacio a Offred para reclamar su propio nombre; y lo repitió con otra criada arrinconada por la sociedad, 'Alias Grace', cuya adaptación a la pequeña pantalla ya está disponible en Netflix desde el 3 de noviembre, con el aval de la serie revelación que ha protagonizado Elisabeth Moss en HBO España.
La plataforma de streaming adapta una nueva novela de la autora canadiense en una miniserie de seis capítulos, escrita, dirigida y producida por dos mujeres: la también actriz Sarah Polley y Mary Harron. Y esta vez la protagonista se basa en un personaje histórico, Grace Marks, una joven condenada y que parece ser culpable, a juzgar por los 15 años que ha estado encerrada en prisión, acusada del asesinato de Thomas Kinnear, el dueño de la casa donde trabajaba, y su ama de llaves, Nancy Montgomery.
Sarah Gadon da vida a un personaje protagonista menos "blanco" que el de Offred en 'The Handmaid's Tale', pero que sirve también para hablar de cómo la sociedad relega a la mujer a un segundo plano, cómo se la responsabiliza y culpabiliza muchas veces de las acciones de los hombres, y cómo ellas tienen que ser esas damas de modales delicados, lenguaje contenido y pensamiento simple e ingenuo.
La narración de la protagonista femenina dirige el relato contando su historia y lo que recuerda de los asesinatos al doctor Simon Jordan (Edward Holcroft), el encargado de hacer un informe favorable para que la criada pueda obtener el indulto. Así, se construye la historia de un personaje que es, a la vez, protagonista y antagonista: impulsando la trama al relatar sus vivencias y poniendo obstáculos a Jordan al callar ciertos capítulos. En esa joven que emigró de Irlanda a Canadá, afrontó la muerte de su madre, las torturas psicológicas y físicas de su padre, cuidó de sus hermanos y acabó trabajando de sol a sol en dos casas como criada, hay una marcada dualidad que produce una enorme intriga en el espectador para esclarecer si Grace Marks es culpable o inocente.
Con las sesiones que el doctor Jordan y Grace tienen, vamos uniendo las piezas del pasado de Grace Marks, donde la violencia invisible de los hombres le arrebatan en más de una ocasión lo poco que tiene. Conocemos al personaje que es su gran refugio emocional, Mary Whitney, la criada que le enseña los quehaceres como criada en su primer trabajo en Canadá y de la que tomará el nombre poco después.
Las raíces femeninas
Las buenas migas que hacen Grace y Mary Whitney, junto al tercer personaje femenino clave de la trama, el interpretado por Anna Paquin ('True Blood') para personificar los aires de grandeza de Nancy, acaban construyendo en 'Alias Grace' un relato de sororidad (y venganza) en torno al sufrimiento femenino; mientras que la relación entre el doctor Jordan y Grace cambia las tornas en lo que a la relación de poder entre hombres y mujeres se refiere, otorgando en el clímax de la serie las licencias que una mujer no puede tomarse en público.
La nueva serie de Margaret Atwood, que también protagoniza un cameo cuando Thomas Kinnear, Nancy Montgomery y Grace Marks acuden a la Iglesia, cuenta con un mensaje feminista de igual importancia al de 'The Handmaid's Tale' y con el que podemos extrapolar lecciones que sirvan a nuestra actualidad, ya que el discurso social sobre, por ejemplo, la violencia sexual a la que se ven sometidas las mujeres sigue anclado en el pensamiento que exhibe la ficción.
Igual de interesante es ver cómo, en sintonía con 'The Handmaid's Tale', la protagonista habla de los peligros que una cama puede implicar para ti si eres mujer y las concesiones "horizontales" que los caballeros de la época se toman sobre ellas. Con una factura visual que en algunos planos recuerda al relato de Offred, 'Alias Grace' es un laberinto, construido a base de personajes femeninos, del que querrás averiguar la salida cuanto antes. Si es que puedes.
10 series que abordaron la soltería femenina
'Sexo en Nueva York'
Cuando hablamos de una serie en que aparecen mujeres solteras es imposible que 'Sexo en Nueva York' no se nos venga a la cabeza. La de HBO fue una adelantada a su tiempo por muchas razones, no sólo por mostrar a chicas hablando de sus filias y fobias sexuales sin tapujos, sino también por enseñar unos estilos de vida de solteras diferentes, válidos y complementarios. Tenemos a la chica que aspira a conseguir un hombre con el que casarse y ser una señora de su casa, la independiente preocupada por tener una vida profesional, la que sólo está interesada por los hombres en la cama y la que acaba siendo una mezcla de las tres anteriores. Cuatro mujeres a través de las que ver la soltería de manera diferente. Aún así no deja de ser curioso que tres de ellas acabaran casándose, cuando incluso esto iba contra la idea inicial de la serie.
'Miranda'
No vamos a negar que aunque lo de ser una mujer soltera e independiente con más aspiraciones que las de casarse el final feliz de muchas series pasa por un altar (o un juzgado). En 'Miranda' la preocupación del tema del matrimonio queda claro desde el principio y preocupa a más gente que a la protagonista. En el piloto conocemos a su madre, obsesionada con casar a su hija, de la que avergüenza porque no lo haya hecho a estas alturas. Vemos no sólo lo que supone para una mujer de más de 30 poco agraciada y metepatas estar soltera, sino la mella que provoca en su madre. Y hay que admitirlo, no es la única madre que tiene problemas para asumir que cada vez sea más probable que no irá a la boda de su hija o que no tendrá nietos. De ahí las cómicas situaciones en que madre e hija se ven inmersas a fin de cambiar el estado civil de Miranda.
'Parks and Recreation'
La búsqueda del amor es válida, pero no tiene que determinar toda tu vida. Eso lo tiene claro Leslie Knope, que lo mismo se afana en hacer el bien por su comunidad que celebra -e inventa- el Galantine's Day, una festividad que tiene lugar el 13 de febrero y tiene como finalidad conmemorar otra clase de amor, el que se tiene entre amigas. Y de paso nos recuerda que es tan importante cuidar las relaciones sentimentales como las amistades. Algo que no debería olvidársele a nadie, soltera o casada.
'Rockefeller Plaza'
Liz Lemon fue una de las primeras protagonistas de series de televisión cuya trama principal no giraba en torno a con quién salía o con quién se acostaba. Era una mujer que trabajaba como un hombre y de hecho se lo recordaban constantemente en el programa. Se encargaba de que todo saliera y de paso de cuidar de sus actores principales, un rol que más de jefe era de madre. Era la que solucionaba los líos y la que ponía algo de sentido común en 'Rockefeller Plaza'. Eso no era demasiado compatible con tener una vida amorosa plena -algo que estaba latente, aunque al final lo consiguiera.
'The Mindy Project'
Mindy Kaling creó una serie desenfadada que recuerda a las comedias románticas en que una chica está obsesionada por encontrar el amor de su vida y no ceja en su empeño. Esa chica es ella y 'The Mindy Project' repasa en clave de humor algunos de esos tópicos más repetidos sobre cómo encontrar marido y ser felices para siempre. La serie evoluciona y lo consigue, aunque encuentra algunas dificultades porque aunque con pareja y niño no acaba de entrar en el mundo de las mujeres casadas.
'Good Girls Revolt'
Las mujeres independientes, con indiferencia de su estado civil, han existido siempre. En 'Good Girls Revolt' nos acercan a una redacción de los años 60, en que las chicas son ayudantes y no pueden firmar los artículos -aunque el mérito de casi todos ellos sea suyo. Las hay solteras, casadas, comprometidas, incluso una con el marido destinado a la guerra de Vietnam. Y acaba por verse que las inquietudes y necesidades de todas ellas son muy parecidas, con independencia de si llevan o no anillo en algún dedo. Una muestra de que el estado civil no coaccionaba la vida de muchas ya hace unos cuantos años.
'Las chicas Gilmore'
Al hablar de mujer soltera tendemos a pensar en una chica joven sin cargas, pero no siempre es así, porque también están las madres solteras, una forma de familia cada vez más extendida. Lorelai Gilmore es la madre soltera más perfecta de la televisión, aunque sus asuntos amorosos acabasen centrando buena parte de las historias de la serie. Aún así su prioridad siempre fue su hija, su trabajo y sus amigos -por este orden, lejos de los antiguos estereotipos de mujer de más de 30 preocupada por conseguir una relación estable. De hecho se muestra en varias ocasiones recelosa del compromiso que supone una boda.
'Better Things'
La maternidad siendo madre soltera -o divorciada- es muy diferente en 'Las chicas Gilmore' y 'Better Things'. La realidad del personaje de Pamela Adlon es algo distinta y aunque deja claro que sus tres hijas son lo más importante se ve que una mujer sin marido puede tener vida más allá de la cocina de su casa. Su carrera es importante, pero como también lo son las relaciones con sus amigos y tener cubierta la parcela sentimental. Y así trata de encontrar el equilibrio entre todas ellas. La pareja es una parte más de su vida y tiene clara qué quiere y qué no piensa aceptar.
'Borgen'
¿Qué hace 'Borgen' en un listado de series sobre soltería? Vale que aquí lo que manda es la política y que las relaciones sentimentales quedan en segundo término, pero resultan de lo más interesantes por mostrar lo diferentes que son dos realidades: las de un hombre y una mujer. Y eso en un país nórdico, que lo creíamos mucho más avanzado en cuestiones de género. Ellas las viven igual, pero la sociedad las juzga de manera diferente, poniendo en tela de juicio el divorcio de la primera ministra del país o cuan diferente es la responsabilidad de la conciliación familiar en caso de ser una fémina, ya seas la máxima responsable de Noruega o una periodista.
'Grace & Frankie'
Si es difícil ser soltera a los 30 imaginaos a los 70 y después de toda una vida casada con una persona que a la edad de jubilarse decide salir del armario. 'Grace & Frankie' aporta una visión muy distinta, la de una mujer -bueno, dos- que se queda sin pareja en la tercera edad y encima le cuelgan la etiqueta de no haberse enterado de que su marido era gay. Las protagonistas redescubren la soltería y se enfrentan a ella sin tapujos ni remordimientos, buscando nuevas relaciones y soluciones a los problemas de la edad. De ahí que inventen vibradores adaptados para mujeres mayores. Una visión de futuro y esperanza para las solteras, tengan la edad que tengan.
