Este 19 de mayo se celebra la boda del año, el príncipe Enrique de Inglaterra y la actriz estadounidense Meghan Markle contraen matrimonio en la capilla de San Jorge, en el icónico castillo de Windsor. El enlace supondrá la unión de dos mundos que parecían opuestos, el de la realeza y el de la vida hollywoodiense. Con un final propio de comedias románticas, ¿cómo surgió este amor?
El noviazgo se hizo oficial el 8 de noviembre de 2016, mediante un comunicado. Sin embargo, su relación empezó en junio del mismo año. Según apuntó Bekia, fue en mayo del 2016, cuando el príncipe Enrique viajó a Toronto para promocionar los Juegos Invictus 2017, conoció a la actriz, que vivía en la ciudad canadiense debido a su participación en la serie 'Suits'. Según consta en varios medios, se conocieron mediante un amigo en común (se comenta que fue la diseñadora Misha Nonoo). El hijo del príncipe Carlos y Diana de Gales admiraba el trabajo de la actriz en la serie emitida por USA Network.
Un noviazgo que empezó siendo secreto
Su relación se llevó en secreto hasta que a finales de octubre, el medio británico The Express se hizo eco de una imagen que compartió Markle en su cuenta de Instagram llevando una pulsera que, durante ese verano, llevó el príncipe. Pronto empiezan llegan las fotos, el tabloide sensacionalista The Sun publica varias instantáneas de la pareja paseando por Londres. Debido a las fuertes presiones de los medios británicos, Enrique hizo oficial su noviazgo el 8 de noviembre mediante un comunicado de Kensington Palace en el que el príncipe denunció el acoso que padeció la intérprete de 'Suits' por parte de la prensa amarilla.
"Desde que era joven, el príncipe Enrique ha sentido el cariño que la gente siente por él. Se siente afortunado de tener a tanta gente apoyándole y sabe lo afortunado que es y la vida privilegiada que lleva. También es consciente de que hay curiosidad sobre su vida privada. Nunca se ha sentido cómodo con esto, pero ha intentado desarrollar una barrera para protegerse del interés de los medios en ese sentido. [...] Rara vez ha tomado medidas sobre historias falsas que se han escrito sobre él, y ha trabajado duro para desarrollar una relación profesional con los medios de comunicación centrada en su trabajo y en sus intereses. Pero se ha cruzado una línea roja. Su novia, Meghan Markle, ha sido objeto de una ola de acoso. En parte ha sido públicamente -en la portada de un periódico nacional- comentando sus rasgos étnicos en artículos de opinión, con contenido claramente sexista y racista", rezaba el comunicado.
Desde ese momento, la relación ha contado con el favor de la opinión pública, aunque no estuvo exenta de polémica, sobre todo relacionada con la familia de la actriz, al sufrir duros ataques por parte de sus hermanastros, que la llegaron a calificar de "arribista". Sin embargo, su relación no se vio empañada por controversias ajenas a ella y, finalmente, tras año y medio de relación, el 27 de noviembre de 2017, Clarence House anunció el compromiso del príncipe Enrique con Meghan Markle.
Un compromiso real propio del siglo XXI
Una relación y un compromiso que demuestra el cambio generacional de la realeza británica. El hijo más rebelde del príncipe Carlos lleva ya varios años con una vida plenamente asentada y alejada de polémicas, sobre todo desde que ingresó en el ejército. Su prometida y ya prácticamente esposa, Meghan Markle, es una mujer divorciada, estadounidense, de sangre mestiza e hija de una instructora de yoga afroamericana y un fotógrafo. Si en antaño todos esos elementos de la vida personal de la actriz, además de no pertenecer a la realeza, hubieran motivado el rechazo para la casa real (no hay que olvidar el caso de Wallis Simpson con el príncipe Eduardo). Pero se está en el 2018 y el compromiso fue unánimemente celebrado, primero con la bendición de la reina Isabel II de Inglaterra y el duque de Edimburgo, posteriormente por la primera ministra Theresa May y Jeremy Corbin, líder de la oposición en el Parlamento y, por supuesto, por la opinión pública. Una historia de amor que, pese a compararse con los cuentos de hadas, está más cercana a la de las comedias románticas hollywoodienses, que entremezclan la vida real con la magia propia del séptimo arte.
