Ya está en marcha la undécima edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla, que va desgranando títulos de su extensa programación, en la que hemos descubierto estos primeros días una especial presencia de la tragedia romántica abordada desde distintos ángulos y con resultados dispares. Tras una inauguración protagonizada por el thriller 'La ignorancia de la sangre', del que os hablaremos en los próximos días con motivo de su estreno comercial en España, el certamen ha puesto en marcha las secciones competitivas, en las que ya hemos podido rescatar algunas pequeñas joyas.
La británica 'Lilting', dirigida por el camboyano Hong Khaou, no inventa la pólvora con su historia de amor homosexual centrada en la muerte de un joven asiático y la posterior relación -de confrontación primero y redención después- entre su madre y el que era su novio. Sin embargo, el film encuentra el tono adecuado para transmitir las desoladoras emociones de sus personajes de manera sutil y elegante, con un extraordinario trabajo de Ben Wishaw y Pei-Pei Cheng, acompañado de una excelente y luminosa fotografía de Urszula Pontikos. Una apuesta a reivindicar dentro de la sección 'Nuevas Olas'.
Más desolador si cabe es el concepto del romanticismo del protagonista de la austriaca 'Amour Fou', un joven poeta hastiado de su propia existencia, en busca de la mujer que esté dispuesta a acompañarlo en su ansiado suicidio. Ambientada en la Prusia pre-revolucionaria, la película de Jessica Hausner pervierte el elegante envoltorio del cine de época para narrar un contenido pero aterrador viaje a los rincones más oscuros y desolados del alma. Un trabajo cuya memorable puesta en escena no oprime un guion que tiene tiempo para retratar con certeza personalidades, pasiones y contexto histórico. Sin duda un excelente film, fuerte candidato a entrar en el palmarés.
Cine nórdico de resultados dispares
Vencedora por goleada en cuanto a acumulación de tragedias y rotunda perdedora en resultados artísticos, la danesa 'Sorrow & Joy' es una equivocadísima elección del país nórdico de cara a los Oscar del próximo año. Hablamos de un drama con un terrible punto de partida: un esforzado director de cine cuya vida se desmorona cuando descubre que su mujer ha asesinado a su hija de apenas unos meses. Suena difícil de digerir y lo es, no ya por la crudeza de su propuesta, sino por la nula sutileza de su guion, su simplista retrato de la enfermedad mental y el uso escandalosamente arbitrario de los recursos narrativos por parte de su director Nils Malmros, que convierten al film en un auténtico desastre del que tampoco se salvan sus desubicados intérpretes.
Y dejando a un lado el romanticismo trágico, lo que plantea 'Turist' del sueco Ruben Ostlund es la fragilidad de las relaciones afectivas. La inadecuada reacción instintiva de un padre de familia -que abandona a los suyos para salir despavorido ante la amenaza de una avalancha- enturbiará las idílicas vacaciones de una familia sueca en una estación de esquí, dejando al descubierto los miedos e inseguridades inherentes a la vida en pareja y la delgada línea entre la estabilidad y la hecatombe. La película es interesante en su planteamiento y tiene destellos de brillante humor negro, pero también es reiterativa y nos distancia en exceso de las emociones de unos personajes a los que Ostlund dibuja como antipáticas marionetas condenadas al conflicto en un entorno del que no pueden escapar.