Hay dos tipos de ceremonia de entrega de premios. Aquellas en las que los invitados están sentados en un patio de butacas, todo muy correcto y formal. Y aquellas en las que están sentados en mesas, con comida para picar, que suele venir acompañada por bebidas. Alcohólicas probablemente. Estas últimas, como los Globos de Oro, suelen ser las preferidas por las celebrities, no solo por el ambiente más distendido sino porque nos dan momentazos como estos.
Además del adorable Jacob Tremblay, los que se llevaron al público de calle con sus discursos fueron Amy Schumer y Judd Apatow. Estuvieron sembrados, y aunque siempre suelen serlo, no podrán negar que esa noche las copas fueron sus musas. Un ejemplo es el maravilloso ataque de sinceridad que tuvo Apatow, criticando que 'Marte (The Martian)' ganara el Globo de Oro a la mejor comedia hace unos días: "¡Solo tenemos un premio, Matt! Es lo único que tenemos, soy como un empollón en el patio del colegio y me has robado el dinero para la leche".
Schumer, por su parte, tuvo una noche de locura, llevándose el premio a la mejor actriz en una comedia y el premio MVP, que la reconoce como una de las mujeres más prometedoras y exitosas de la industria, gracias a su película 'Y de repente tú' y su programa 'Inside Amy Schumer'. En sus discursos demostró ser de lo más sincera y mordaz, incluso adorable, pero, como siempre, lo que dejó claro es que es graciosa a más no poder.
Tacones fuera, obviamente
La bebida lo amplificó un poco más, saludando de forma aleatoria a gente del público, poniendo voces, admitiendo que su discurso estaba siendo muy largo, en el que incluso agradeció a los representantes que despidió. Se acordó de agradecer a sus padres ("supongo") y de su hermana, a la que llamó "estúpida". También cumplió uno de esos "must" que toda actriz con una copita de más sube al escenario, y fue quitarse los tacones sin pudor alguno. El gran momento llegó cuando le dijo a Lily Tomlin que debería haber ganado el premio ella y que le encantaría "bajar a su pilón", y luego cogió a la azafata y le preguntó de dónde era, cuando le dijo que de Florida, ella respondió: "¡Eso es asqueroso! Fuera del micrófono. Florida no debería pertenecer a los Estados Unidos!". Todo en tono jocoso, evidentemente. Incluso se acordó de las víctimas del tiroteo del cine de Lafayette, Louisiana. Nunca cinco minutos dieron para tanto.