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CRÍTICA

'Ana de día', una huida poco arriesgada

Crítica "Ana de día", dirigida y escrita por Andrea Jaurrieta, premio "Festival de Málaga: Sección oficial Largometrajes a concurso". Protagonizada por Ingrid García-Jonsson, Mona Martínez y Álvaro Ogalla.

Por Laura Ruiz García 9 de Noviembre 2018 | 09:30

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El próximo 9 de noviembre llega a la gran pantalla el debut de la directora navarra Andrea Jaurrieta, Ana de día. La película, protagonizada por Ingrid García Jonsson, cuenta una versión del mito alemán del Doppelganger, en la que una chica con una vida estable y tranquila descubre un día que alguien idéntica a ella la ha sustituido. Entonces, Ana decide liberarse de su versión tradicional para explorar otra parte de ella, Nina, y averiguar, por fin, si hay alguna manera de huir de uno mismo.

'Ana de día' plantea uno de los grandes dramas internos del individuo occidental y para ello no duda en hacer uso de todas las herramientas del lenguaje audiovisual.

En esta obra apenas hay diálogo. Toda la epopeya de Ana está contada a través de imágenes con un fuerte simbolismo. Escenas de la vida de la Ana y la de Nina se mezclan para darnos una visión muy acertada de la dualidad del personaje y de su naturaleza contradictoria.

Ana de día

Tanto la fotografía como la escenografía juegan a favor de crear este mundo de una huida catártica, casi pornográfica. Abundan elementos que juegan con lo nuevo y lo tradicional, y que nos recuerdan a escenas de Lynch y Vermut. La sencillez de los planos de día se contraponen a lo esperpéntico de la noche, las escenas en el cabaret al que Ana acude todos los días, un agujero negro lleno de gente perdida.

El montaje nos desliza fácilmente por este viaje y marca un ritmo que va in crescendo con secuencias realmente innovadoras hacia el tramo final. Conforme Ana se va transformando en Nina, el montaje se vuelve de una complejidad mayor, con escenas más cortadas y planos breves, proporcionando a la historia ese toque de locura, confusión y hasta terror.

La actriz principal, Ingrid García-Jonsson, cumple correctamente con el papel y los veteranos, como Fernando Albizu y María José Alfonso, demuestran su solidez una vez más. Todos ellos interpretan a personajes marginados de la sociedad, individuos que en un momento de sus vidas se vieron en la necesidad de escapar y acabaron refugiándose en solitarios pensiones o escondidos cabarets de la gran ciudad.

Ana de día

Por último, el film toca temas muy diversos, propios del arte postmoderno. A través del famoso tema de la identidad, Jaurrieta, abre pequeñas ventanas a problemas característicos de la sociedad occidental, sobre todo, en las grandes urbes, como la soledad, la drogadicción, la prostitución o el vacío emocional.

Un placer visual descompensado

A pesar de que 'Ana de día' deja claro que su autora tiene madera de cineasta, el filme no es todo lo arriesgado que una ópera prima debería ser. Parece arriesgada, lo intenta con mucha fuerza, pero no lo es. La originalidad de su forma es restada por la superficialidad de la historia y de su personaje.

Entendemos que se trata de una mujer que quiere huir y ser otra pero ¿por qué tiene que tintarse el pelo, comprarse un vestido corto y ejercer la prostitución? Hay muchas formas de oscuridad que no tienen por qué caer en los clichés de siempre. Por otro lado, los lugares por los que esta mujer perdida deambula también son los típicos de siempre: un motel y un cabaret, este último, el sitio que la directora usa para sacar los fuegos artificiales de la película y hacer alguno que otro "Lynch", buscando de esa manera un aprobado seguro.

Los referentes son inevitables a la hora de hacer una película pero en 'Ana de día' llaman demasiado la atención, desdibujando la huella de la propia autora, cosa inaceptable en un debut. Si, por ejemplo, comparásemos este debut con el también reciente de Celia Rico Clavellino, Viaje al cuarto de una madre, podríamos ver que mientras Rico acoge una forma más sobria pero arriesga en el guión y consigue emocionar, Jaurrieta, hace lo contrario, cuenta una historia complaciente y predecible, y centra lo llamativo de la película en la forma dejando al espectador al final de ella vacío, como su propia protagonista.

Nota: 6

Lo mejor: Todo el envoltorio visual.

Lo peor: No explora los temas desde una perspectiva original.

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