Las comparaciones son inevitables. En apenas un año, han llegado a la cartelera dos biopics de dos de las estrellas musicales inmortales del siglo XX, protagonizadas por jóvenes actores en alza y tanto con opciones a los Oscars como polémicas por el tratamiento de las partes más crudas de los artistas. De hecho, 'Rocketman' y 'Bohemian Rhapsody' han compartido hasta al director. Muchas de estas confrontaciones son bastante destructivas, tanto por los supuestamente injustos premios al film de Freddie Mercury como por el detrimento que estos pueden suponer para las nominaciones de la película de Elton John. Ante este panorama, el propio Taron Egerton ha aportado algo de paz en este debate a través de su perfil de Instagram.
Con el paso del tiempo, 'Bohemian Rhapsody' puede definirse como un éxito, tras ganar 4 de los 5 Oscars a los que estaba nominada, y también como un taquillazo, acumulando más de 900 millones de dólares con tan solo 52 de presupuesto. Por su parte, ajena a cualquier tipo de disputa, 'Rocketman' cuenta con notas altísimas tanto en Metacritic como en Rotten Tomatoes y ya suena para los Oscars 2020. Desde luego, los fans de Elton y Freddie pueden ir disfrutar tranquilos de productos audiovisuales tan interesantes como diferentes.
Aunque no se pueda huir de las comparaciones, sí se pueden afrontar desde una posición no tan simple ni tremendista, por muy seductoras que suenen. Como ha hecho el protagonista de 'Rocketman' en la fotografía, una opción es aunar ambas no para excluirlas, sino para disfrutarlas, cada una a su manera. Por ello, en lugar de diferenciar cuál es mejor o peor (para eso están las críticas de una y de otra), es realmente interesante analizar las distintas posiciones creativas desde las que cada biopic se ha acercado a su figura musical. Porque como en la mayoría de cosas en la vida, la clave reside en saber disfrutar de la diferencia, sin exclusión.
Análisis de las diferencias entre 'Rocketman' y 'Bohemian Rhapsody'
El objetivo
Un detalle muy a tener en cuenta al comparar ambas películas es que, en el caso de 'Bohemian Rhapsody', la figura musical no seguía con vida. Por ello, la posición de respeto desde la que partía el equipo les llevó más hacia el homenaje a Freddie Mercury que a una profundización en sus dramas más oscuros. Viendo el film, es fácil venirse arriba y corear cada número con su protagonista, aunque lo que muchas críticas apuntaron es que esta buena intención llevaba incluso a blanquear al personaje.
Por su parte, 'Rocketman' hace el camino inverso: en lugar de elevar a su figura, la baja hasta nuestro nivel y hasta sus infiernos más personales. Así, la película funciona como un psicoanálisis a Elton John, profundizando en su persona, no (sólo) en el mito. Con este punto de partida, sus dos horas de duración están llenas de los miedos, dudas, fallos y errores del cantante, junto con toda la gente a la que le falló y le fallaron.
La narración
En consecuencia a estos propósitos, es curioso cómo en ambos filmes la escena inicial plantea ya lo que va a ser el curso de la narración. Con Freddie, toda la película lleva a ese anticipado concierto final donde redimir y rendirse ante el cantante. Por ello, la película es un recorrido de un trozo concreto de su vida hasta ese momento de mitificación, sin entrar en la crudeza de más adelante. Así, el guion opta por un repaso cronológico más tradicional y realista, que desde luego conecta mucho con la banda y su trabajo. Así, explica muy bien cómo se construyó el mito (no la persona).
El comienzo de 'Rocketman' juega con que creas que también va a arrancar con un gran momento de su protagonista. Pero no. Como se ha dicho, el objetivo no es ensalzarle, sino confesarle, y por eso esta primera escena marca lo que es la película: una terapia a Elton John. Esta manera tan original de hilar toda la historia como por episodios y recuerdos hace que conectes no solo con la música, sino con la persona que hay tras ella. En la sala entra el hombre llamativo con esos grandes trajes que todos conocemos. Sin embargo, conforme avanza la película y el propio Taron Egerton va narrando, su personaje se va derrumbando y desnudando literal y metafóricamente ante nuestros ojos; así, hasta un clímax muy potente, sin grandes alardes escénicos pero cerrando la narración consecuentemente a lo que ha sido: un psicoanálisis interno. Por último, el final responde a la pregunta que ha movido la película: de dónde viene y cómo solucionar esa necesidad de buscar amor y satisfacción en todo tipo de gente y sustancias.
La implicación de la banda
A aquel respeto póstumo de 'Bohemian Rhapsody', se le suma el hecho de que la propia banda llevaba mucho tiempo intentado levantar el proyecto. Y como ha confesado Brian May, les costó lo suyo. Así, con esta implicación de Queen en el rodaje y promoción ¿quién iba a criticar demasiado a una persona famosa fallecida? Obviamente, el grupo quería engrandecer la memoria de su vocalista. Y desde luego, Freddie Mercury lo merecía.
Aunque nosotros podíamos merecer más. Y eso lo da 'Rocketman'. Menos mal que no han esperado al fallecimiento de Elton ya que, por consecuencia, se permiten esta libertad que también el cantante ha confesado haber dado. Él no ha estado implicado en el rodaje más allá de aparecer como productor ejecutivo en los créditos, componer una canción para los mismos y fases iniciales. Así, se distancia de la película y el equipo puede hacer lo propio con su música, con el mito, para crear su propia narrativa antes explicada y conocer a la persona detrás del personaje.
La implicación del director
Otro punto en común entre ambos biopics musicales es el director. Aunque en 'Bohemian Rhapsody' solamente aparezca acreditado Bryan Singer, lo cierto es que Dexter Fletcher fue el encargado de rodar todo el metraje que faltaba tras el despido del director de 'X-Men'. Curiosamente, él mismo era el realizador añadido al proyecto de Queen cuando el protagonista iba a ser Sacha Baron Cohen. Entonces, ¿por qué regresar a este barco por la puerta de atrás? Según ha confesado a THR, el director quería "llegar a algún lado, y quería que ellos pensaran «Necesitamos rehacer una película. ¿A quién podemos confiar tanto dinero? Bueno, él definitivamente puede hacerlo»".
Sin embargo, para el realizador inglés, este era el encargo necesario como condición para que pudiera realizar el auténtico film por el que estaba luchando: el biopic de Elton John. Fletcher ha confesado sentirse a gusto con el film de Freddie Mercury pero no tan conectado emocionalmente como con 'Rocketman'. Además, este film de Paramount suponía repetir con Taron Egerton, con quien ya tenía una conexión de trabajo tras 'Eddie el Águila'.
La gran interpretación
Freddie y Elton pueden estar satisfechos: ambas interpretaciones han sido magníficas. Sobre Rami Malek poco más hay que decir de lo que se le ha alabado y galardonado ya. Entre todos los focos y aplausos que le otorga la película, el actor de ascendencia egipcia consiguió dar retazos de la fragilidad y bipolaridad de su personaje, además de sorprender con esa prótesis. Hablando de su voz (nunca mejor dicho), el hecho de que él no cante en la película es una oportunidad que aprovecha también para lucirse. Tiene mucho mérito ajustar todos los músculos de su cuerpo a una voz en off sin que suene a karaoke. Además, esta fue sin duda una decisión acertada, ya que Freddie aquí es el mito inigualable, hasta en la voz, y supieron priorizar en el casting la interpretación a la entonación. Además, el público vibró al escuchar a Freddie, no iba a analizar su personalidad con unas covers.
Eso lo hace Taron Egerton, una estrella en esos dos aspectos de su personaje. Ya sabíamos que cantaba bien los temas de Elton, como demostró en '¡Canta!' con 'I'm still standing'. Pero además, también sabe interpretar cantando, y consigue que los momentos musicales no sean exclusivamente de lucimiento escénico, sino de introspección personal, en consonancia con el objetivo de la película. Aunque no se haya grabado la música en directo, el protagonista de 'Kingsman: Servicio Secreto' sabe aportar matices al cantar y al doblar. Y desde luego que lo bajan del altar, tan solo en una frase del film: "Me he drogado y me he follado a todo lo que se mueve. Y lo he disfrutado". Eso sí, un aspecto que sí tiene en común con el equipo de 'Bohemian Rhapsody' es el enorme trabajo en maquillaje, peluquería y vestuario, que esperamos que también esté presente en los Oscars.
El uso de la música
Lejos de ser algo superficial, el hecho de apostar por la construcción del mito en 'Bohemian Rhapsody' aporta algo que todos los fans de Queen agradecieron: conocer a fondo su música, cómo se crearon icónicos temas como 'Another one bites the dust' a partir de una improvisada base de bajo o 'We will rock you' para tratar de implicar al público en los conciertos. Aunque no conozcamos profundamente la mente de Freddie, sí aprendemos más de su estilo musical, algo que 'Rocketman' sacrifica por su distinta finalidad. Aquí, la música es el centro de la trama, el medio con el que avanza y el final de todo, como buen homenaje que se precie. De ahí que hasta hayan hecho una versión Sing-Along.
Por su parte, 'Rocketman' apuesta por la de-construcción del mito, y para ello opta por la fórmula del musical. Por lo tanto, la música no es el centro de la trama, sino el medio para contarla. Excepto con el emocionante momento de 'Your song', la creación de las canciones no interesa tanto como las relaciones entre compositor y cantante. La música aquí es consecuente con el objetivo mencionado anteriormente, y sirve para profundizar en la psicología de los personajes, para expresar la distancia entre la familia o qué es lo que seduce a Elton con su primer amor. Por ello, se permiten la licencia típica de este género de rodar escenas que no están ocurriendo en la historia pero narran los sentimientos de los personajes. Todo con canciones de Elton tan bien seleccionadas que hasta parecen haber sido escritas para ese momento exacto del film. No vamos a conocer cómo estas se compusieron ni por qué, pero sí vamos a conectar con ellas igual que en 'Bohemian Rhapsody' pero en otro sentido, unidas directamente con la vida del personaje real.
El villano
Si de algo puede acusársele a 'Bohemian Rhapsody' es de cierto maniqueísmo con su villano. El actor de 'Downton Abbey', Allen Leech, carga con toda la culpa moral que no quieren acabar de atribuirle a Freddie. Al tener al protagonista en un altar, había que echarle la culpa a otro y resarcirle. Pero igual que en 'Rocketman', es el interés amoroso del cantante quien le lleva por el mal camino de las fiestas, el alcohol y las drogas.
El actor encargado de distanciar a Elton de la música en el film es Richard Madden. A pesar de cumplir la misma función, su John Reid es más príncipe y galán, sin delatarse como el roba amigos desde el principio como le ocurría a Leech. Sin embargo, el gran (y honesto) acierto del film de Dexter Fletcher es elegir al mismo villano de 'El Gran Showman': el propio protagonista, la ambición por triunfar y el daño que ello puede tener en los demás. Por el daño que su rutina hizo a su entorno y a su carrera, y por la narrativa de auto-análisis, él sería el auténtico villano, y él abraza la culpa. Esa es la motivación de toda la película desde la primera escena. Entonces, como es tradición, llega el enfrentamiento final entre protagonista y antagonista; pero, ¿qué pasa cuando ambos son el mismo personaje? Atentos a la magia tan emotiva de la resolución de la película.