La cosa va de culos, o mejor dicho, ¿de culo? Después de Chris Pratt promocionara su próxima película 'Passengers', que se estrenará el 30 de diciembre en España, utilizando su trasero como reclamo ("Vais a querer verla, es muy buena y podéis ver mi culo en ella"), ahora le toca el turno a su compañera de reparto, Jennifer Lawrence. Y más concretamente, a sus nalgas.
Aunque una cierta fama de borde con la prensa la precede, lo cierto es que la actriz ganadora de un Oscar por 'El lado bueno de las cosas' ha compartido en más de una ocasión alguna que otra anécdota graciosa en la que no salía muy bien parada. Durante el paso de los protagonistas de 'Passengers' por el programa británico The Grahan Norton Show, a Lawrence no le quedó más remedio que rememorar aquella historia de lo más loca que le sucedió mientras estaba rodando en Hawai 'Los Juegos del Hambre: En llamas'.
"Estábamos rodando en Hawai y había unas rocas sagradas...", comenzó a explicar la intérprete de 'Joy' en el programa. "Se supone que tú no no puedes sentarte en ellas porque tus genitales no deben entrar en contacto con las rocas. Sin embargo, durante toda esa jornada de rodaje yo llevada ropa húmeda y me moría de ganas de rascarme el trasero".
¡Cuidado!
El inicio de la historia sin duda no tiene ningún desperdicio, pero cómo acabó la anécdota es todavía aún mejor. Pongámonos en situación: Jennifer Lawrence se está restregando contra una roca sagrada en Hawai porque no soporta más el picor en su culo. ¿Qué podría salir mal? El hecho de que fuera irrespetuosa con otra cultura se queda en un segundo plano cuando Lawrence contó que casi mata a alguien.
"Una de las rocas con las que me estaba rascando se desprendió", añadió la actriz entre risas ya inevitables. "Entonces una piedra gigante rodó montaña abajo y casi mata al encargado de sonido en el set, dejando todo su puesto destruido... Fue dramático, todos los hawaianos estaban diciendo '¡Oh Dios mío, es la maldición!', mientras yo estaba en una esquina soltando: 'Yo soy tu maldición. La desprendí con el culo'".
7 razones por las que adorar a Jennifer Lawrence
Porque es muy graciosa
Cuando es entrevistada, siempre tiene una respuesta, las más de las veces simpática o ingeniosa. Utiliza la ironía y el sarcasmo como herramientas recurrentes en su discurso. E incluso cuando tropieza en una gala y cae, sale airosa de la situación con una sonrisa. Además, ¿qué otro actor o actriz regala a las cámaras muecas como lo hace Lawrence?
Por su elegancia
O, quizá, deberíamos decir su 'porte'. Bien con un traje en una gala, bien con unos vaqueros en una entrevista o bien fotografiada en chándal mientras hace la compra, lo cierto es que a la muchacha todo le sienta bien.
Porque es buena actriz
Ha demostrado tener un amplio registro: desde que se diese a conocer con su papel de adolescente madura en el thriller 'Winter's Bone', cuando apenas contaba con 20 años, hasta su representación de Katniss, la actriz de Kentucky ha dejado claro que es capaz de ponerse en la piel de multitud de personajes de muy diversa índole. Drama, comedia o thriller, por ahora no ha flaqueado ante ningún género. Además, varios premios de peso la abalan: su papel en 'El lado bueno de las cosas' le granjeó el Oscar y el Globo de Oro como Mejor Actriz, y se llevó otro Globo de Oro, como Mejor Actriz de reparto, por su genial interpretación de Rosalyn Rosenfeld en 'La Gran Estafa Americana'.
Porque se ríe de sí misma continuamente
Y no solo de manera explícita, en las entrevistas. En los últimos meses, hemos visto cómo florecía y se afianzaba la amistad entre Lawrence y la también actriz y comediante Amy Poehler. Juntas, han protagonizado multitud de situaciones y escenas cómicas, demostrando la poca vergüenza que les supone manifestarse en público tal y como son. La actriz es una bromista compulsiva, y tanto le da reírse con el resto de compañeros de profesión como de sí misma (cuando tropieza en unas engalanadas escaleras o cuando le hacen una pregunta íntima).
Porque podría ser tu vecina
Su rostro tiene algo... familiar, entrañable. Ello, sumado a su naturalidad y desparpajo, provoca una sensación de cercanía que después se extrapola a los papeles que representa. Además, sus rasgos, un tanto alejados de los cánones de belleza arquetípicos, la colocan en un lugar privilegiado: podría ser de cualquier lugar, lo que acentúa su faceta camaleónica. En definitiva, Lawrence empatiza de manera casi instantánea con el público, algo esencial para una intérprete.
Porque cuando toca, se pone seria
Cuando comenzó el flujo de imágenes filtradas en el movimiento hacker conocido como The Fappening, ella fue una de las principales afectas; las fotografías de J. Law desnuda y en escenas íntimas corrieron como la pólvora por la red. Y ella, lejos de ruborizarse o esconderse hasta que la tormenta pasara, dio la cara, condenando la acción y explicando lo que creyó era necesario explicar acerca de las comprometidas imágenes. Y a todos nos quedó clarísimo, y desde entonces nadie tiene nada que reprocharle al respecto. Además, está el asunto de su activo papel pro-feminista, tan en boga en Hollywood. Cuando toca, la actriz no se calla y arremete contra quien o lo que toque, y lo hace con elocuencia.
Porque disfruta haciendo lo que hace y transmite vitalidad
Ella misma lo ha confesado: se siente viva cuando interpreta (y no tanto en las galas de rigor), y eso se ve reflejado en pantalla. Además, la mayoría de la veces sus papeles son de mujeres fuertes, con carácter y personalidad, y es inevitable no pensar que una parte de la auténtica Lawrence reside en ellos. En definitiva, son varias las facetas (algunas ya apuntadas) las que explican por qué la actriz transmite vida: su determinación y manera de desenvolverse (dentro y fuera de la pantalla), su belleza, su simpatía y su espontaneidad, entre otras muchas.