Sí, sí, lo has leído bien: Angela Lansbury es sexy. Bueno, quizás usar el presente no es lo más adecuado en su 90 cumpleaños, pero quien tuvo retuvo y la sonrisa no la borra ni la mayor cantidad de arrugas. Siempre recordaremos su Mrs. Marple y su sucesora, la Señorita Fletcher, dos detectives que peinaran canas allá por los 80, pero antes de eso hubo mucho más: Broadway, plumas, piernas al aire y heroínas de época, mujeres seductoras y atormentadas.
Ya sabemos todos por 'Anastasia' -la película de animación, no la cantante- y sobre todo por 'La bella y la bestia' que cantaba bien. No habrá otra Señora Potts como ella en la memoria de Disney, y su férrea educación inglesa le dio las claves para bordar el doblaje...Pero es que la querida Angela llevaba moviendo cadera y garganta mucho tiempo.
¿Quién iba a resistirse en el dorado Hollywood a unas piernas así? En 1946 estrena 'The Harvey Girls' y 'Till the clouds roll'...y amigos, siéntese porque hay plumas, balancines y purpurina: empieza el espectáculo.
Espectáculo que retomaría en 1955 en 'Una calle sin ley', que nos trajo por fin a España la sorprendente sensualidad de la dulce y simpática chica -y nominada al Óscar- de 'Luz que agoniza' (George Cukor) en un olvidable western que la vistió esta vez de morado para menear negativas sobre el escenario.
En medio de las cabareteras hubo tiempo para encarnar a la inolvidable Semadar en 'Sansón y Dalilah', robando cada plano entre tules y uvas en los salones
y como una suerte de ¿Caballero del zodiaco? en sus prácticas de caza. De leones. Aunque aquí ni Victor Mature se le resista.
¿Es sexy o no es sexy una mujer presa de los celos y con una pistola en la mano?
Porque en 'Una vida en juego' de 1954 borda el blanco y negro con camisas a medio abrir y oh-la-la, unas escenas de piscina que no le hacen sombra a las de cualquier de posado de la mismísima Marilyn.
Si las piernas importan, el sentido del humor todavía más. No hay nada más atractivo que saber reírse de uno mismo, sobre todo si te dan la oportunidad de hacerlo en la gran comedia 'El bufón de la corte' (1956) enfundada en un escotado vestido de princesa. Hay balcones, caballeros e hipnosis. A recuperar.
Y si te ríes de ti, te ríes de la industria: te unes a Joan Collins y Dana Wynter y recuerdas tus años de club para ironizar sobre los asistentes a la gala de los Oscar de 1959. Como ahora, pero vestidas de largo y con anteojos. Y con mucho, mucho flow para mover los brazos. A single lady.
Ay, ay, la madurez. Porque esto no puede acabar sin que la Señorita Fletcher enseñe un poco de canalillo. Es como ver a tu abuela fumarse un porro. Pero oye, cada edad tiene su encanto, y ella dese luego lo ha sabido demostrar.
Bonus track: el vídeo. No se nos olvida.
Un clip de consejos sobre salud y belleza en el que la verdad, Angela, a lo mejor enseñas más de lo que querríamos ver.
¡A tu salud!