EXPONER LA MENTIRA

Antes de ver 'Thunderbolts*' no te puedes perder una de las mejores interpretaciones de Florence Pugh en Netflix

El director Sebastian Lelio se unió con la actriz que interpreta a Yelena en 'Thunderbolts*' para elucubrar una de las películas independientes más interesantes de los últimos años.

Por David Castiella Morales 29 de Abril 2025 | 09:42
No he visto 'Juego de Tronos', y creo que eso me define como persona.

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Florence Pugh protagoniza 'El prodigio'
Florence Pugh protagoniza 'El prodigio' (Netflix)

La realidad es un concepto difícil de definir, siempre lo ha sido. Quizás hoy más cuando observamos a través y condicionados por el contenido de nuestros teléfonos móviles. Las redes sociales son una puerta al infinito espacio de posibilidades que se quieran configurar, unas gafas de realidad virtual a través de las cuales dialogamos, combatimos y miramos a las personas y el mundo que nos rodea.

La verdad siempre ha estado condicionada a los utensilios más poderosos de cada momento. La propaganda se ha extendido históricamente como un poderoso ente persuasivo, la radio jugó un papel fundamental en la Primera Guerra Mundial y el cine documental en la Segunda, con directores como John Ford acudiendo al campo de batalla para elaborar un discurso patriótico a través de las imágenes, al igual que la televisión durante la Guerra Fría.

Uno de esos utensilios y seguramente de los más antiguos, es sin duda la religión, y ahí se encuentra el foco de la historia de 'El prodigio', la película protagonizada por Florence Pugh que está en Netflix y deberías ver antes de 'Thunderbolts*' para darte cuenta de lo que es capaz la actriz.

En la región irlandesa de las Midlands, en 1862, una niña deja de comer pero permanece milagrosamente viva y en buen estado. La enfermera inglesa Lib Wright es llevada a un pequeño pueblo para observar a la niña y determinar la veracidad del milagro. ¿Acaso alberga el pueblo a una santa que "sobrevive con el maná del cielo" o existen motivos más siniestros?

Florence Pugh ofrece una interpretación magníficamente sobria
Florence Pugh ofrece una interpretación magníficamente sobria (Netflix)

A través de este punto de partida, Sebastián Lelio construye un discurso que rompe la cuarta pared para evidenciar así el proceso de la mentira y como esta se expande cuando encuentra cómo infiltrarse en la realidad, adquiriendo incluso más importancia que la propia vida.

La película se pliega sobre sí misma en numerosas ocasiones para exponer el mecanismo de la mentira, el inicio con el set de rodaje, el taumatropo del pájaro que se encierra en la jaula con el batido del papel o el propio juego perverso madre-hija. Todo ello crea una mirilla sobre la que el espectador ejerce un papel voyeurista, consciente del juego presentado pero incapaz de abandonarlo gracias a la maestría de Lelio por mantenerte dentro de la tensa dramática.

Más allá de estos juegos narrativos, la cámara de Lelio adapta toda la frontalidad que esconde la historia. Paisajes abiertos y embarrados que sin embargo contrastan con las cuatro oscuras paredes de una habitación donde una niña va perdiendo poco a poco cualquier atisbo de salud. La violencia psicológica del relato y su discurso hiriente especialmente hacia las mujeres y su papel en la sociedad se trasladan al cuerpo de la niña pequeña, convirtiendo el milagro en una pesadilla de crueldad inimaginable.

Tom Burke acompaña a Pugh en este trampantojo que es 'El prodigio'
Tom Burke acompaña a Pugh en este trampantojo que es 'El prodigio' (Netflix)

Florence Pugh aguanta el relato

Los verdes ojos de Florence Pugh secuestran las lágrimas de un personaje que debe mantener su fuerza por encima de sus emociones, porque de ello depende la vida de la niña, mientras Tom Burke llena la pantalla con su presencia cínica y de una honestidad hiriente, bufando en los recovecos del plano. Sin embargo, la determinación del personaje de Pugh la convierte en el único clavo ardiendo sobre el que sostenerse en una historia profundamente triste y sufrida.

Esa realidad ficticia completamente construida por un utensilio de control, en 'El prodigio' establece un importante paralelismo con nuestro tiempo y sobre cómo muchos de los discursos dañinos que imperan hoy en día, aún siendo obvios, no pierden su efectividad precisamente por haber conseguido, al igual que en la película de Lelio, impregnar cada rincón de la realidad.