Aunque en España no llegó hasta el mes de septiembre, 'El silencio de los corderos' está a puntito de celebrar 30 años de su premiere en Nueva York el próximo 30 de enero de 2021 y Variety ha organizado un encuentro virtual entre sus dos protagonistas: Anthony Hopkins y Jodie Foster. Ambos empezaron hablando de sus últimos proyectos, 'El padre' de Hopkins y 'The Mauritanian' de Foster (esta sin estreno previsto en nuestro país) antes de comentar una de sus películas más famosas y el inicio del mito de Hannibal Lecter.
'El silencio de los corderos', basada en el best seller de Thomas Harris, no necesita presentación, pero en ella Foster interpreta a una joven agente del FBI, Clarice Starling, encargada de lidiar con la cabeza del Dr. Hannibal Lecter, un perverso caníbal psicópata, para que le ayude a atrapar a otro asesino en serie. Según los actores, ambos se conocieron durante la primera lectura de guion en Londres y procuraron no entablar ninguna relación previa para meterse con más realismo en la de sus personajes: "No hablamos demasiado antes de la mesa redonda", recuerda Foster, "Y cuando te lanzaste hacia Hannibal Lecter, sentí un escalofrío recorrer la habitación. En cierto modo, fue como si estuviéramos casi demasiado asustados para hablar después de eso". Pero Hopkins lo recuerda diferente: "No podía creer la suerte que tenía, era a mí al que le daba miedo hablar contigo. Solo podía pensar «acaba de ganar un Oscar»", haciendo referencia a su galardón por 'Acusados' de Jonathan Kaplan.
Entre las anécdotas que comparten en la entrevista, descubrimos que al recibir el guion, y por el título, Hopkins pensó que se trataba de una película infantil, pero más interesante es la importancia que ambos interpretes dieron a la voz y la dicción de sus personajes: "Recuerdo esa voz tan específica que pusiste. Con un matiz casi metálico", apunta Foster, "Y Chris Newman, uno de los mezcladores de sonido, llegó incluso a mejorarlo, fue capaz de resaltarlo un poco". Sobre su propia entonación, la actriz de 'Taxi Driver' quería que Clarice pareciese más culta que ella, con más estudios, aunque a su propia madre le parecía un protagonista demasiado tímido y tranquilo para ella: "Tiene cierta calma. Es casi una vergüenza para ella no ser más grande ni más fuerte, es una persona tratando de superar el fracaso del cuerpo en el que nació", cuenta sobre la escena de Clarice en el ascensor rodeada de hombres, "Entendí que esa era su principal baza. En cierto modo ella era igual que las víctimas: otra chica más en la ciudad. El hecho de que pudiese identificarse con las víctimas es lo que la convierte en heroína".
La inspiración tras el personaje
Sobre las referencias que utilizaron a la hora de construir a sus personajes, Hopkins cita dos influencias muy diferentes: el HAL 9000 de '2001: Una odisea del espacio' y uno de sus maestros de la Royal Academy of Dramatic Art: "Lecter es como una máquina. Se aproxima como un tiburón silencioso. [...] Christopher Fettes (el profesor) tenía una voz cortante que podía hacerte pedazos. Su análisis de lo que estabas haciendo era muy preciso, es un método que me ha acompañado toda la vida".
Hopkins se tomaba tan en serio al personaje que hasta el equipo le consideraba un poco "extraño": "Jonathan (el director) me preguntó: «¿Cómo quieres recibir a Clarice? ¿Quieres estar leyendo o pintando o recostado?» Le dije: «Me gustaría estar de pie. Puedo olerla venir por el pasillo»", además, en un momento entre tomas llegó a espetarle: "¿Qué estás haciendo en mi celda?", como si hablase el propio Lecter, lo que emocionó muchísimo a Demme: "Dios mío, eso es Hopkins. Eres tan raro". Fue un cumplido.
Historia del cine
Dirigida por Jonathan Demme, 'El silencio de los corderos' se estrenó para todo el público de Estados Unidos el 14 de febrero de 1991 y se convirtió en un éxito casi inmediato, acumulando más de 270 millones de dólares en todo el mundo, una cifra muy alta especialmente en aquel momento para una película con una calificación para mayores de 18 años. Además, en la gala de los Oscars de aquel año arrasó llevándose 5 premios de sus 7 nominaciones: mejor película, mejor actor y actriz protagonistas, mejor director y mejor guion adaptado, es decir, las categorías más importantes.
Una de las características más atractivas de la película es que, aún siendo de terror, la tensión y el miedo no se basaban en sangre y sobresaltos, las pesadillas las provocaba algo mucho más cerebral y retorcido, el relato de la maldad en estado puro (aunque la historia de Lecter haya terminado buscando ciertas simpatías en el público a través de sus secuelas). La película ha pasado a la historia como una de las más importantes del séptimo arte, es un icono de la cultura popular y desde 2011 forma parte del catálogo de la National Film Registry para su preservación por ser considerada un logo cultural, histórico y estético. "Estoy segura de que a día de hoy todavía hay gente que se te acerca y te dice eso de «¿Te gustaría un buen Chianti?»", le preguntaba Foster a Hopkins: "Oh sí, lo siguen haciendo".