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PRECRÍTICA

'Anticristo', el paraíso terrenal [revisited]

Lars Von Trier vuelve a la carga con una película tan bella estéticamente como polémica en su contenido.

Por Óscar Martínez 19 de Agosto 2009 | 20:41

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Dirigida por Lars Von Trier, 'Anticristo' está protagonizada por Willem Dafoe y Charlotte Gainsbourg, quienes encarnan a una pareja que se retira a una perdida cabaña en el bosque tras la muerte de su hijo.

Baluarte del movimiento Dogma y artillero de la transgresión tanto conceptual como estética, el danés responsable de títulos como 'Rompiendo las olas', 'Los idiotas' o 'Manderlay' regresa este fin de semana a nuestras pantallas con 'Anticristo', un particular psicoanálisis a la guerra de sexos revestido de mística.

'Anticristo', el paraíso terrenal [revisited]

En ella, Von Trier tributa los 'Secretos de un matrimonio' de Bergman (sí, no hay ni una sola crítica que no lo haya comentado ya) con una alegoría revertida de la expulsión del paraíso terrenal, todo ello aliñado con una explícita provocación heredera del Miike más transgresor. Ante semejante panorama, uno no sabe bien si tomárselo a broma o sucumbir ante su supuesta genialidad, si bien cabe decir que el nuevo film de Von Trier peca de cierta pretenciosidad al pretender abarcar excesivos frentes a un mismo tiempo. Por ello, la radiografía conyugal del danés se nos antoja, a fin de cuentas, tan simple como efectista, enfrentando la -supuesta- racionalidad masculina con la -también supuesta- emocionalidad y pasión eminentemente femeninas, cuyo enfrentamiento físico y psicológico tiene como detonante el sentimiento de culpa procedente del fallecimiento de su hijo.

'Anticristo', el paraíso terrenal [revisited]

El paraíso terrenal [revisited]

Alegoría con ínfulas ecuménicas, Von Trier juega argumentalmente con la dualidad entre géneros -el antagonismo psicológico y la atracción sexual más animal-, mientras que sitúa el contexto de la historia en una nueva coyuntura mucho más sutil y propia del medioevo, la existente entre cristianismo y paganismo, religión y mística. No en vano el danés ubica la acción de 'Anticristo' en una cabaña perdida en mitad del bosque, en un entorno atemporal donde los elementos paganos conviven con la culpa cristiana, en un lienzo que oscila entre El Bosco y Tarkovski fotografiado de manera maravillosa por Anthony Dod Mantle, habitual colaborador tanto del danés como del británico Danny Boyle, y que a su vez nos brinda una onírica secuencia de apertura de brillante factura estética.

Por desgracia, Von Trier sucumbe al exceso estético, recreándose en imágenes alegóricas y retratos pictóricos diversos, al mismo tiempo que busca de manera constante -como ya es habitual en él- la provocación por la provocación, ya sea mediante escenas sexuales explícitas o a través de una violencia más propia del cine del incomprendido cineasta nipón mencionado algo más arriba, pudiendo incluso llegar a compararse con la pseudofilosofía gore más radical, en la línea de 'El rey de la muerte', de Jörg Buttgereit. De este modo, la deconstrucción psicológica de hombre y mujer que nos ofrece Lars Von Trier se nos muestra, en el fondo, tan paupérrimo como subjetivo, además de flirtear con más o menos descaro con la abierta misoginia, en un onanístico viaje a las tinieblas más próximo a la propia egolatría del director que al tema que presuntamente pretende narrar.

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