Jeff Goldblum está viviendo su momento de oro: desde su estrafalario papel en 'Thor: Ragnarok' hasta su vuelta a la saga de Parque Jurásico, pasando por su reconocimiento en el paseo de la fama de Hollywood (recreando la mítica pose de Ian Malcolm, claro). Lo que no supera a la estatua gigante que ha aparecido en Londres de él, también con la pose del doctor Malcolm.
Not what you expect to see outside work!!! #jeffgoldblum #jurassicpark #NowTV #pottersfield pic.twitter.com/OyS1W6ygLp
? Andrea Kechiche (@anj100) 18 de julio de 2018
"¡¡Esto no es precisamente lo que esperas ver al salir de trabajar!!".
Life finds a way of creating a 25ft Jeff Goldblum pic.twitter.com/kO0mUQX1Iu
? Chris Kidd (@realchriskidd) 18 de julio de 2018
"La vida se abre camino creando un Jeff Goldblum de siete metros".
Tan surrealista como suena, la estatua de casi 8 metros se encuentra al lado del Támesis y el Puente de Londres. Digna del museo de cera de Madrid, es una estrategia publicitaria de Now TV, compañía de televisión, Internet y telefonía británica. ¿El motivo? Celebrar el 25 aniversario del estreno de 'Parque Jurásico'.
25 years ago, Jurassic Park (and one of the best moments in movie history) was born ??
? NOW TV (@NOWTV) 18 de julio de 2018
A quarter of a century later, we introduce you to #JurassicJeff ??#JurassicPark pic.twitter.com/8yFZY5AtCU
"Hace veinticinco años, nació 'Parque Jurásico' (y uno de los mejores momentos de la historia del cine). Un cuarto de siglo más tarde, te presentamos a #JeffJurásico". No se sabe hasta cuándo estará la estatua, pero esperamos que todos los fanáticos se acerquen a verla. ¿Cómo reaccionará Jeff Goldblum al verla?
La carrera de Jeff Goldblum
Aunque ya había sido protagonista de películas como 'La mosca' o 'Las chicas de la Tierra son fáciles', el público se quedó con él gracias a su rol como el doctor Ian Malcolm. Años después, tras papeles en 'El Gran Hotel Budapest' o 'Mortdecai', Taika Waititi volvió a traerle a la gloria con el Gran Maestro de 'Thor: Ragnarok'. Más tarde fue reconocido con una estrella en el paseo de la fama, y próximamente podremos verle en 'Hotel Artemis', en cines el 3 de agosto.
Las 10 mejores escenas de la saga 'Jurassic Park'
Llegada al parque
Tras su inolvidable prólogo, otra de las escenas que perfectamente podrían haber aparecido en este especial, y una presentación de personajes tan sencilla como eficaz, 'Parque Jurásico' desvelaba el primer as de su manga atravesando un amplio terreno verde con varios jeeps coorporativos. En el asiento trasero de uno de los vehículos, Alan Grant era el primero en levantar la mirada y recibir el impacto de su vida. Se incorpora, se quita las gafas con un nerviosismo plenamente justificado y gira la cabeza de su compañera, Ellie Sattler, para que vea con sus propios ojos a un dinosaurio. Real, majestuoso, imponente, inolvidable.
Una escena que, con la colaboración estrella de la excelsa banda sonora compuesta por John Williams para la ocasión, finalizaba con una frase, pronunciada por el entrañable John Hammond, que es ya historia del cine: "Doctor Grant, mi querida doctora Sattler, bienvenidos a Jurassic Park". Emoción.
Primera aparición del T-Rex
El punto de inflexión de la trama de 'Parque Jurásico', sí, pero también una de las escenas más memorables de la película y de la carrera de Steven Spielberg, capaz de convertir cada detalle mínimo en un monumento a la intriga.
Un vaso de agua que se mueve de manera desconcertante, un T-Rex que se hace de rogar, unos jeeps parados bajo la lluvia, una verja electrificada que falla, una huella de dinosaurio en el barrio, una bengala salvadora, un rugido aterrador y, por encima de todo, una puesta en escena de quitarse el sombrero. Aterradora, ejemplar, perfecta.
La cocina de los velociraptores
Pocos blockbusters cuentan en su haber con una escena que se podría, y debería, estudiar en las escuelas de cine. 'Parque Jurásico' es uno de ellos. Todo lo que ocurre en esa cocina convertida en la mayor pesadilla posible de Lex y Tim es apabullante desde un punto de vista cinematográfico relacionado directamente con la tensión y el suspense.
Es Hitchcock con dinosaurios, 'Tiburón' con cuchillos, tenedores y sartenes, acción e intriga medidas a la perfección. Una lección de cine vertiginoso desde el dolor de músculos por parte de un Steven Spielberg inspiradísimo.
T-Rex al rescate
De acuerdo, nadie tiene la menor idea de la forma en la que el T-Rex consiguió entrar en el edificio central del parque, pero, maldita sea, ese plano que ilustra esta escena bien merece formar parte de las imágenes más inolvidables de la saga de 'Parque Jurásico'. Uno de los ejemplos más evidentes de que Steven Spielberg siempre sabe darle al público lo que quiere. Cueste lo que cueste. Incluyendo el realismo.
Pequeños y matones
Incluso aquellas personas que continúan pensando que 'El mundo perdido (Jurassic Park)' es un auténtico desastre, las hay, recuerdan con cierto cariño la escena inicial de la película, un prólogo realmente terrorífico. Una niña pasa la mañana tranquilamente con su familia en una playa hasta que decide darse un paseo para inspeccionar la zona. Mientras camina tranquilamente, surge de los matorrales un pequeño lagarto con ganas de jugar.
Ella, encantada con su descubrimiento, se divierte con el bichito de turno hasta que, de repente, empiezan a aparecer muchos más. Y llegan con hambre. La escena termina de la única forma posible, con el grito de una madre aterrorizada. Una declaración de intenciones por parte de Steven Spielberg en una escena perfectamente medida.
La llegada del equipo InGen
Nos encontramos ante una de esas escenas que, al igual que esta secuela, no ha hecho más que crecer con el paso del tiempo. Transformada por arte de magia y talento marca Spielberg en una especie de revisión jurásica de la estupenda 'Hatari', la llegada a la isla de este equipo de cazadores, expertos, científicos y militares de poca monta, está rodada con un clasicismo tan inesperado como disfrutable. Además, claro, deslumbra con algunos planos a la altura de su autor.
El ataque de los Rex a la caravana
Llegamos a la mejor y más laureada escena de 'El mundo perdido (Jurassic Park)'. Y con razón. Dos T-Rex y su cría, un grupo mínimo de personajes, un jeep, una caravana y un acantilado. Todos los elementos necesarios para que Steven Spielberg vuelva a demostrar que es, sencillamente, el mejor.
Ese cristal a punto de romperse sigue poniendo los nervios a flor de piel, dejándonos la mandíbula desencajada y el corazón en un puño. En definitiva, un instante de cine en estado puro que se sitúa entre las escenas más deslumbrantes jamás rodadas por el cineasta. Palabras (y rugidos) mayores.
La jaula de los pterodáctilos
Existe una más que justificada unanimidad al señalar 'Parque Jurásico III' como la peor película de la saga. Y con amplia diferencia. La entrega más absurda, involuntariamente cómica y desorientada de la franquicia de los dinosaurios, dirigida por un Joe Johnston incapaz de rozar el talón de lo que había conseguido Steven Spielberg con sus dos predecesoras, solamente contaba con una escena capaz de inyectar energía en la trama, acción, suspense, algo de nervio.
Ocurría en un escenario nublado, tétrico, casi gótico, en el que un conjunto de pterodáctilos les ponían las cosas muy difíciles al Doctor Grant y compañía. El momento más destacado y notable de una película que nunca debería haber existido.
Un nuevo parque
La escena nos muestra a un niño corriendo por su habitación de hotel. Su hermano mayor, hipnotizados por su teléfono móvil le pide que descansen un poco antes de ponerse en marcha, pero él no le hace caso y abre de par en par las puertas de la terraza. Entonces, explota la banda sonora inolvidable que John Williams compuso en 1993 y, de nuevo, estamos allí. Isla Nublar. Parque Jurásico. O casi.
'Jurassic World', tras sus miles de anuncios, trailers e imágenes filtradas, despliega su magia sobre nosotros, nos pone la piel de gallina y hace que el niño que un día se asombró hasta el infinito salte sobre su asiento. No es poca recompensa inicial para una película que consiguió, usando el paso del tiempo como su mejor arma, que el fanatismo prehistórico que inundó al mundo hace más de veinte años regresara con la misma fuerza, o más, que entonces.
Batalla final
Tacones aparte, la aparición del T-Rex, el dinosaurio más representativo de la saga de 'Parque Jurásico', para enfrentarse al Indominus rex en el clímax final de la estupenda 'Jurassic World' hizo que muchos nos levantáramos de la butaca para aplaudir.
Por supuesto que la escena tiene mucho de absurdo, pero, después de todo, aquí habíamos venido a reencontrarnos con los dinosaurios más grandes y terroríficos, y este desenfreno final de rugidos, mordiscos y cabezazos entre estas dos bestias jurásicas cumplía por completo con esa expectativa. Un desenlace que, además, encontraba una estupenda continuación en un plano final realmente abrumador.