"¿Qué te pareció 'El árbol de la vida'?" es una excelente fórmula para dar conversación a un cinéfilo. La obra de Terrence Malick, ganadora de la Palma de Oro de Cannes, fue la película que hizo correr más ríos de tinta y que causó mayor polémica en todo el 2011. El film, que dividió fuertemente a los espectadores en admiradores y detractores, logró colarse entre un público que normalmente no se sentiría atraído por una película de Malick, gracias a una de las armas más potentes del sector cinematográfico: un póster promocional con el rostro de Brad Pitt.
Y es que aunque ahora las peculiares características del largometraje sean vox pópuli, en el momento de su estreno en nuestras salas muchos se encontraron con algo que no esperaban ver: una obra con matices filosóficos, un modo de narración y un montaje que se alejan de lo habitual y... dinosaurios. Resumir su argumento en pocas líneas es una tarea bastante compleja. La combinación de imágenes, música y textos hacen que 'El árbol de la vida' tome la apariencia de un gran poema fílmico. Y como todo buen poema, tiene tantos significados como espectadores. Cada individuo puede tener una lectura propia del film, descubrir matices diferentes entre los fotogramas y formar sus propias reflexiones alrededor de él. Una de las mejores cosas de esta película es que no sólo se puede disfrutar en el momento del visionado, sino que es una fuente inagotable para el comentario y el debate.
Se trata del quinto largometraje de Terrence Malick, uno de los cineastas más particulares de la actualidad. Es un personaje misterioso donde los haya: no concede entrevistas, evita los grandes eventos cinematográficos y apenas se pueden encontrar fotografías suyas. Sus estudios de Filosofía han marcado su filmografía, y en este trabajo esta huella ha alcanzado su máxima expresión. En 'El árbol de la vida' la historia de una familia en los años 50 se mezcla con fragmentos de la vida de uno de los hijos años después. Además, en los primeros minutos podemos encontrar imágenes que muestran el origen de la vida en la Tierra. Imágenes que tienen su origen en 'Q', un proyecto en el que Malick trabajó hace años y que dejó abandonado.
El director se mueve entre lo universal y lo particular, mostrando la pequeñez del ser humano y el deseo de este de ponerse en contacto con su creador y entender las claves de su existencia. En relación con este último punto, hubo quienes no dudaron en etiquetar a la película como "pro-cristiana" (equivocadamente, desde mi punto de vista), ya que una parte importante de la vida de la familia gira alrededor de Dios y aparecen pensamientos y cuestiones relacionadas con él. Sin duda, este uno de los puntos más jugosos para analizar y meditar, con el que quizá creyentes y no creyentes puedan sacar conclusiones distintas.
Un estilo personal
'El árbol de la vida' es también un relato sobre la madurez, los cambios y el aprendizaje. Un proceso que vemos a través del protagonista, Jack, acompañado por sus padres, interpretados por Brad Pitt y Jessica Chastain. Sean Penn, quien da vida a Jack en su etapa adulta, quedó bastante descontento con el resultado final del film, ya que su aparición había quedado enormemente reducida. Algo que es normal en el personal método de trabajo de Malick y que ha levantado reproches entre algunos de los actores que han trabajado con él (Christopher Plummer ya le sugirió al director que consiguiera un guionista).
El resultado final, que ronda las dos horas y cuarto de duración, es una joya. Para verla por primera vez lo mejor es eliminar de nuestra cabeza prejuicios e ideas preestablecidas, que nos impidan perdernos por los delirios poéticos de Malick y disfrutar de sus imágenes. Y si ya la habéis visto, os toca posicionaros... ¿os convenció 'El árbol de la vida' o, por el contrario, la incluiríais en la lista de "las peores películas del 2011"?