En la ceremonia de graduación del pasado jueves, el grupo a capela Din and Tonics de la Universidad de Harvard homenajeó al compositor John Williams, presente en la ceremonia, cantando las canciones de sus bandas sonoras más famosas.
Después de la intervención del creador de Facebook, Mark Zuckerberg, los Din and Tonics comenzaron su actuación a grito de "a long time ago, in a galaxy far, far away" para arrancar cantando la mítica canción de la saga 'Star Wars', considerada por el American Film Institute como la mejor canción de la historia del cine estadounidense. Acto seguido enlazaron la melodía con la de 'Indiana Jones', 'Harry Potter' y otras muchas más mientras Williams, atento para adivinar las canciones, se reía a carcajadas. Puedes ver el vídeo a continuación:
John Williams es el responsable y creador de bandas sonoras tan icónicas como la de 'Tiburón', 'E.T., el extraterrestre', 'La lista de Schindler' o 'Harry Potter'. Ha sido nominado en 50 ocasiones al Oscar a mejor banda sonora original o mejor canción y ha ganado cinco estatuillas a lo largo de su carrera, además de 23 Grammys.
A sus 85 años de edad, el compositor está trabajando en la banda sonora de la próxima 'Star Wars: Los últimos Jedi', que se estrenará el próximo 15 de diciembre. La actriz Laura Dern, que dará vida a la vice almirante Amilyn Holdo en la película, publicó un tuit junto a Williams mientras grababa.
Watching John Williams at work is extraordinary. #thelastjedi pic.twitter.com/i78Dbo3Ej1
? Laura Dern (@LauraDern) 23 de mayo de 2017
"Ver a John Williams trabajar es extraordinario".
La película de los compositores
El próximo 16 de junio llega a los cines estadounidenses la película 'Score: A Film Music Documentary'. La película dirigida por Matt Schrader, ahonda en el proceso creativo de compositores como Hans Zimmer, Danny Elfman, Quincy Jones, Trent Reznor y, por supuesto, John Williams. Lamentablemente, parece que no hay planes de su llegada a nuestro país.
John Williams & Steven Spielberg: Sus mejores colaboraciones
'Lincoln': leyendas vivas
La última colaboración, hasta la fecha, entre Spielberg y Williams, 'Lincoln', nos muestra a un compositor que se convierte en un alter ego de la figura del decimosexto presidente de los Estados Unidos. Melancólica, reposada y sobria, la música de Williams, alejada de la espectacularidad que mostró en sus dos trabajos previos ('Las Aventuras de Tintín' y 'War Horse'), vuelve a resultar un logro en todos los aspectos: contundencia y calidez, emoción y elegancia. Exceptuando algunos compases de virtuosismo patriótico, la delicadeza es la seña de identidad de una banda sonora con un gran protagonista, el piano, guía de los mejores momentos de una película repleta de ellos. Su tema central, potente y, cómo no, con capacidad suficiente para instalarse sin problemas en la cabeza del espectador, confirma lo que no deja de sorprender por mucho que pasen los años: el eterno estado de forma de una leyenda viva de la Historia del Cine.
'Salvar al soldado Ryan': himnos
Una banda sonora que se abre con 'Hymn to the fallen', tiene que estar aquí. Poco más de seis minutos que están, sin lugar a dudas, entre lo mejor que ha creado Williams a lo largo de su extensa trayectoria. Solemne, emocionante, épica. Inolvidable. Su mera existencia ya justifica una banda sonora que, a pesar de tener esa posibilidad, no se acomoda en los logros del inicio y, al igual que ocurre con la película a la que representa, mantiene el listón de lo magistral hasta el último segundo. Una banda sonora exquisita, con aires patrióticos que no resultan forzados ni empalagosos, que tienen una justificación musical, artística. Un trabajo de evidente influencia posterior dentro del género bélico, capaz de combinar la dureza de la batalla con la delicadeza en el detalle de los traumas posteriores a una guerra. Con 'Salvar al soldado Ryan', Spielberg entregaba otra obra maestra y Williams no iba a ser menos. Una banda sonora convertida en himno a los caídos, a los supervivientes, a los espectadores. Y al cine.
'Atrápame si puedes': la elegancia del maestro
La importancia de ser elegante. Son muchos los compositores de grandes bandas sonoras los que, sin embargo, han cometido sus errores más evidentes a la hora de sustituir la grandilocuencia por la sutileza. Los cambios son evidentes, son dos universos completamente diferentes que no tienen porque entenderse y que requieren de distintos tratamientos. Williams, al igual que el cine de Spielberg, se ha ido adaptando a las necesidades de cada historia que se estaba contando demostrando una versatilidad envidiable. 'Atrápame si puedes', otra de esas películas que parecen condenadas a la etiqueta de 'trabajo menor', superó expectativas y se convirtió, por méritos propios, en una deliciosa comedia que sumaba enteros gracias a los delirantes hechos reales en los que se basaba. Una historia ambientada en los años sesenta en la que Spielberg y Williams vieron un patio de recreo en el que divertirse sin dejar de tomarse (muy) en serio el juego. En el caso del compositor, su banda sonora respira un aire de clásico total a través de unos temas que no desencajarían en cualquier película de Wilder, Hawks o Capra. Apoyado en una sensual selección de instrumentos de viento, auténticos protagonistas, Williams da forma a una obra capaz de sobrevivir más allá de la pantalla, manteniendo su capacidad para cautivar sin la ayuda de ninguna escena. La elegancia como arma fundamental. Caviar.
'Las Aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio': grandeza en viñetas
Existen bandas sonoras que demuestra, con muchísima claridad, lo bien que se lo ha pasado su responsable dándole forma. John Williams y su trabajo para 'Las Aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio', es una de ellas. Juguetona, divertida y en permanente movimiento, la música de Williams parte de un brillante tema principal para recuperar las facetas más juveniles y refrescantes del compositor. Un conjunto de temas que toman al piano como protagonista principal en sus mejores momentos y que conviven en perfecto estado entre épica, suspense y toques operísticos que, lejos de incomodar, completan una obra deslumbrante. El milagro que consiguió Spielberg otorgando vida al personaje de Hergé en una película maravillosa que merecía una partitura a la altura. Y la tuvo. Williams en todo su esplendor, omnipresente a lo largo del metraje, rejuvenecido y contagioso en su entusiasmo. Él se lo pasó pipa. Nosotros, más.
'A.I. Inteligencia Artificial': belleza y oscuridad
Spielberg recibió a la década de los 2000 con un regalo en forma de cuento de ciencia ficción. 'A.I. Inteligencia Artificial', proyecto heredado de Stanley Kubrick tras su muerte, es una de esas películas injustamente castigadas en las listas de las mejores películas del director. Las críticas en su contra aparecieron desde su estreno y se basaban, para variar, en la supuesta ñoñería gratuita y facilona que Spielberg aportaba a una historia de naturaleza oscura, triste, deprimente. Lo de siempre. Sin embargo, lo que muchos nos encontramos, y continuamos defendiendo a día de hoy con uñas y dientes, es una arrebatadora obra que plantea tantos debates éticos como lágrimas honestas. Por su parte, Williams planteó su banda sonora dividiendo los objetivos y cumpliendo con ambos. En un frente, la intriga por lo desconocido, el riesgo tras las decisiones, la locura de la perdida, lo grandioso que es el abismo. En otro, la melancolía unida a la soledad, los deseos imposibles, la búsqueda constante, la mirada triste de un robot en busca de un abrazo de buenas noches. Muchas metas que Williams soluciona con la efectividad de siempre y que, a pesar de que la belleza termina ganando por la mínima a la oscuridad, consigue múltiples triunfos en ambos sentidos. Una joya de culto que conviene reivindicar siempre que aparezca la ocasión y la última gran obra de John Williams. Casi nada.
'Indiana Jones en busca del arca perdida': escuchar más allá
No todo en una banda sonora es el tema principal. A veces ocurre, es indudable, pero conviene siempre mirar más allá de la melodía más representativa para descubrir el alcance real de la obra. La primera aventura de Indiana Jones, al igual que el resto de sus secuelas, le ocurre algo muy similar. No se pueden nombrar culpables, ¿quién no se vuelve loco con esa melodía protagonista que acompaña a uno de los iconos cinematográficos más incontestables de la historia? Pero no todo se queda ahí, hay mucho más que disfrutar en una banda sonora empapada de clasicismo, intriga y altas dosis de épica. Spielberg conseguía cumplir con creces su intención de rendir homenaje a la aventura más clásica y Williams afrontaba el reto desde la misma posición. El resultado, trepidante, imparable como un tren a toda velocidad, estaba muy por encima del mero tributo y conseguía brilla con luz propia. Una explosión musical que muchos se empeñan en resumir en el tema principal pero que, sin lugar a dudas, va mucho más allá.
'Tiburón': escuchar e intuir
El terror a lo desconocido, el suspense mantenido en una fina línea que separa nuestros miedos de nuestra curiosidad. Sensaciones que, en apariencia, parecen indescifrables pero que, en 1975, Spielberg supo convertir en imágenes y Williams en música. 'Tiburón', primer gran clásico del director, supuso un shock en la industria y en los espectadores de todo el mundo por la sabiduría con la que estaba rodada, un pulso firme y contundente que se extendía a todos los factores de un largometraje en el que primaba mucho más lo que se intuía que lo que se veía, lo podía pasar a lo que finalmente pasaba. Williams entendió esta filosofía a la perfección y la aplicó a una banda sonora que, más allá de su histórico tema principal, convertía lo simple en algo grandioso. Alejado de cualquier pomposidad y artificio, el compositor se sumerge de lleno en cada una de las escenas claves para aparecer siempre en el momento más oportuno, alejándose cuando cree que lo que nuestros ojos ven es lo suficientemente impactante y dejando pequeños destellos de genio en medio de la hipnosis colectiva. Uno siente los nervios, aprieta los dientes y, casi sin darte cuenta, Williams suelta un mordisco imbatible. Una lección para todos aquellos que confunden los sustos con una oportunidad para machacar oídos.
'La lista de Schindler': eterna vigencia
Para muchos, la mejor banda sonora de la carrera de John Williams. Pocos 'peros' se pueden poner a aquellos que realizan esta afirmación. 'La lista de Schindler', resumiendo: Obra Maestra, supuso la consagración definitiva de Spielberg como director 'serio' más allá del taquillazo y se mantiene con fuerza como la película definitiva sobre el Holocausto. Compleja, apasionante, devastadora historia que no ha perdido ni un ápice de fuerza y capacidad de conmoción más de dos décadas después, 'La lista de Schindler' es una de esas películas que se pueden contar con los dedos de una mano en las que todo, absolutamente todo, funciona al máximo nivel. Y la partitura de John Williams no es la excepción. Preciosa, delicadísima obra que araña y caricia al mismo tiempo, elegante en su sencillez, impactante en su grandilocuencia esporádica, siempre embriagadora en la desnudez emocional que propone con el omnipresente uso de un violín que se instala en el nudo de la garganta. Una banda sonora que está a la altura de la película a la que acompaña, un trabajo incapaz de envejecer, en permanente estado de vigencia.
'Parque Jurásico': recuerdos y melodías
Cuando se habla de bandas sonoras, de melodías que han formado parte de la historia del cine, cuesta ser cien por cien objetivo. Las variables son tantas, los gustos tan particulares y los recuerdos tan personales, que tratar de establecer un criterio formal se convierte, básicamente, en algo imposible. Puede que John Williams tenga muchas bandas sonoras mejores que 'Parque Jurásico', pero pocas, muy pocas, tienen la capacidad de despertar tantas sensaciones en varias generaciones de espectadores que se quedaron con la boca abierta cuando John Hammond decía aquello de 'Bienvenidos a Jurassic Park'. Lo que acompaña al inolvidable tema principal es una obra que se acerca a la aventura más clásica, aportando tensión y nervio gracias a unos coros que rozan lo gótico sin caer en la grandilocuencia gratuita y un uso de la percusión salvaje, brutal. Todos los elementos están perfectamente medidos, la acción está acompañada por una serie de melodías que siempre suman, que no subrayan sino complementan lo que vemos en la pantalla. Puede parecer, al igual que la película, un trabajo menor. Todo lo contrario. Historia del cine. Y de recuerdos.
'E.T., el extraterrestre': cimas compartidas
La obra cumbre de Spielberg coincide, como no podía ser de otra manera, con el mejor trabajo de John Williams. Puede que esta medalla de oro sea compartida con la apabullante demostración de talento demostrada a lo largo de la saga 'Star Wars', pero lo que consiguió el compositor con la música para esta historia de amistad entre un niño y un extraterrestre fue encontrar la melodía que resume TODO el cine de Spielberg. La ternura, la épica, la sensibilidad, la aventura, el humor, todo condensado en una banda sonora que pasa de la intriga y el suspense de sus primeros compases a esa despedida arrebatadora en la que Williams despliega sus mejores características. Una obra en la que la guinda viene en forma de precioso homenaje a la inolvidable partitura de Victor Young y Richard Farrelly para 'El hombre tranquilo'. Nada falla, nada sobra en la música de 'E.T., el extraterrestre'. La obra maestra de Steven Spielberg. La mejor banda sonora de la carrera de John Williams. Palabras mayores, no, gigantes.