Existen pocos directores que despierten tantas sensaciones encontradas como Baz Luhrmann. Y tiene sentido. De hecho, es probable que tanto los que lo defienden a ultranza como aquellos que detestan su obra tengan razón. Es lo que tiene un cineasta (muy) extremo en su personalidad, (muy) excesivo en sus formas, (muy) apasionado en sus conceptos y personajes, (muy) impetuoso en su puesta en escena y (muy) firme en sus decisiones artísticas.
Su visión del cine es tan innegociable como perfectamente reconocible. No necesitas más que unos segundos para reconocer que es Luhrmann quien está al otro lado de la cámara. No hay dos como él. Y eso siempre es una muestra de talento digna de celebrar. Por diferenciarse del resto, por marcar distancia con sus supuestos 'competidores', por mantener intacta una forma de contar historias descontrolada, caótica, genuina y arrolladora.
A lo largo de este especial, repasamos la trayectoria completa de un cineasta único, un director cuya influencia está mucho más presente de lo que pueda parecer y que, afortunadamente, sigue haciendo lo que le da la real gana. Siempre a lo grande, sin términos medios. Y mejor así. Aquí están todas las películas de Baz Luhrmann, de menos a más.
Baz Luhrmann, de peor a mejor
'El amor está en el aire'
El debut de Baz Luhrmann ya dejaba bien claro que estábamos ante un cineasta distinto, capaz de combinar sus devociones artísticas particulares con un marcado sello personal. En ese sentido, 'El amor está en el aire', escrita también por el propio Luhrmann junto a Craig Pearce, ejerce a la perfección su papel de carta de presentación, de apertura a un universo cinematográfico propio, de primera explosión de colores alocados, romances almibarados y canciones con extra de volumen.
Una lástima que se noten los, en cierto modo, inevitables errores de cualquier ópera prima, especialmente en un tramo central algo reiterativo, porque, de otra forma, estaríamos ante una película más que interesante. Comparado con todo lo que vino después, 'El amor está en el aire' es un primer paso, por encima de todo, coherente, pero menos memorable de lo que podría haber sido. Había tiempo de sobra para la revancha de Luhrmann.
'Australia'
Siete años después de firmar su obra maestra, 'Moulin Rouge', Baz Luhrmann estrenaba 'Australia', un decidido acto de amor al cine clásico, a ese Hollywood dorado que parecía destinado al óxido y el olvido. Una propuesta cuya ambición desmedida queda subrayada desde el minuto uno, marcando por completo a una película que, en realidad, son varias. Y no todas de igual calidad.
Con 'Lo que el viento se llevó' como influencia más evidente, Luhrmann quiere contar tantas cosas y de una manera tan grandilocuente que, al final, el espectador termina irremediablemente exhausto, incapaz de aguantar el ritmo de este mastodonte cinematográfico que, por culpa precisamente de la suma de demasiado elementos, termina perdiendo gran parte de su potencial. ¿Lo mejor? Alguna de las deslumbrantes escenas marca de la casa y las entregadas interpretaciones de su pareja protagonista, formada por Nicole Kidman y Hugh Jackman. Poca recompensa por parte de una película que aspiraba y prometía ser todo.
'El gran Gatsby'
Una escena. Dos personajes. El lugar, una habitación repleta de flores, colores y dulces. Uno de ellos le pregunta al otro: "¿No te parece demasiado?". Su respuesta: "Es lo que quieres". Y en esa mínima charla puede que quede marcada de la mejor manera posible el espíritu, la personalidad y la ambición de la última adaptación cinematográfica de 'El gran Gatsby', una de las novelas más populares de F. Scott Fitzgerald. Porque estamos ante la versión más excesiva y apabullante posible de esta historia, una que ignora voluntariamente los temas más profundos que podría aportar para centrarse en el 'más es más', teoría y práctica que lleva a rajatabla su protagonista y, en esta ocasión, también su director.
La clave principal es que Baz Luhrmann es consciente de que su manera de contar las historias se aleja bastante de su referente literario, por lo que dedica el cien por cien de sus esfuerzos a lo que mejor sabe hacer: descorchar el champagne, preparar los fuegos artificiales, subir la música, alocar al personal e ir a 140 kilómetros por hora. No hay tiempo para más, hay mucho que contar y 'solamente' 140 minutos para hacerlo. 'El gran Gatsby' de Luhrmann aspira, por encima de todo, a ser 'el melodrama romántico más grande jamás contado', la épica de la lujuria, primero, y el romanticismo, después, al servicio de un despliegue visual y musical (tremenda banda sonora) de primer orden, con el sello de un director al cual se le pueden atribuir muchos defectos, pero al que no se le puede negar una personalidad irreductible. Una película que muere de ambición, irregular en su manera de desatarse, ridícula cuando intenta ponerse más o menos seria y, finalmente, satisfactoria en su propia imperfección.
'Romeo y Julieta de William Shakespeare'
'Romeo y Julieta' es La Historia De Amor Y Muerte definitiva. ¿Alguna duda al respecto? La obra maestra de William Shakespeare protagonizada por La Pareja más famosa de la historia del arte literario encontró su fórmula cinematográfica definitiva por gracia y obra de Baz Luhrmann. De repente, Montescos y Capuletos eran dorados, bailaban canciones de electropop y se lanzaban apasionadamente a un vacío kitsch que, sorpresa, contenía muchas más recompensas de las esperadas.
Y es que estamos ante una propuesta capaz de irritar a los puristas y entusiasmar a los recién llegados, planteando uno de esos ejercicios de creatividad y libertad absoluta que no entienden de cabeza fría. Una película única que capturó el alma del texto original con una pasión desbordante, vibrante e hipnótica. Conoces la historia, te sabes sus giros de pe a pa, podrías recitar de memoria el nombre de más de la mitad de sus personajes y, todavía así, te mantienes completamente fascinado. Así es 'Romeo y Julieta de William Shakespeare', un maravilloso acto artístico tan suicida como satisfactorio.
'Moulin Rouge'
La obra maestra de Baz Luhrmann. Todavía poseído por el alma y el corazón de Shakespeare, el cineasta australiano propone en 'Moulin Rouge' una relectura de Romeo y Julieta trasladando aquella historia al maravilloso París de bohemia y absenta de 1900, cediendo el protagonismo al amor imposible que surge entre la estrella más deslumbrante del cabaret parisino por excelencia y un joven escritor perdido en la indiferencia y la melancolía.
Dirigida con una pasión contagiosa, desenfrenada y trepidante, con una banda sonora inolvidable y dos intérpretes memorables, Nicole Kidman en la mejor interpretación de su carrera y un sobresaliente Ewan McGregor, 'Moulin Rouge' revitalizó el género musical como solamente las obras maestras saben hacerlo, permitiendo que el espectador sienta que está viendo algo completamente diferente a todo lo demás. Una de las películas más redondas, emocionantes e inolvidables del siglo XXI.
