"¿Cómo podrías no saber quién eres si hay miles de personas gritando tu nombre?", le preguntan a Robbie Williams en cierto punto de 'Better Man', película biográfica sobre su obra y persona que acaba de aterrizar en cines. Cita que condensa el tipo de vida que se nos va a narrar, una en la que tanto la mayoría de su círculo cercano como el propio artista dan prioridad a su fama antes que al individuo, con todas las consecuencias que esto conlleva. Es demoledor escuchar a un pequeño Williams de ocho años llorarle a su abuela porque "no quiero ser un donnadie" o de más adulto asegurar que "si dejase de mentir os decepcionaría a todos", pero al mismo tiempo esta crudeza se acompaña de un tono nada condescendiente y de un humor salvaje que hacen que 'Better Man' sea cómicamente traumática.
Dirige, escribe y produce Michael Gracey ('El Gran Showman'), que lleva indirectamente toda su carrera preparándose para 'Better Man': el australiano comenzó como director de videoclips, ha trabajado en animación y en efectos especiales, su primer largometraje fue un musical visualmente de ensueño basado en una persona real como P.T. Barnum, continuó produciendo 'Rocketman' (película sobre Elton John) y dirigiendo 'Todo lo que sé hasta ahora', documental centrado en la vida privada de una estrella de la talla de Pink durante una gira... Y ahora un biopic musical sobre un gran artista como Robbie Williams representando como un mono de CGI. Aquello en lo que Gracey trabajó en el pasado está presente en 'Better Man', una convergencia de todos los frentes que ha explorado gracias a los cuales desde los excesos y la extravagancia el cineasta transmite la calma y seguridad de saber qué hacer y cómo hacerlo en todo instante.
La etapa de Gracey en animación y efectos visuales se plasma con éxito en un proyecto que, aunque en acción real, no está atado a los limites de la realidad y regala grandes secuencias casi oníricas donde las normas del espacio y el tiempo se rompen en pos de una gran fiesta visual tan inmersiva como impactante. Es el caso del número musical con la canción 'Rock DJ' o la representación de la lucha interna de Robbie Williams contra sus demonios. De hecho, el número de aquel tema, donde se aprovechan los efectos especiales para rodarse con un plano secuencia y ganar un tono todavía más fantástico al mostrar sin cortes como el director moldea la realidad a su gusto, deja el listón tan alto que no se puede evitar echar algo en falta más actuaciones del mismo calibre por buenas que sean las siguientes.
El largometraje está repleta de decisiones de puesta en escena que exteriorizan a través de los efectos especiales el interior de Williams para que veamos lo que imagina o siente. Funcionen mejor o peor, sean las metáforas más obvias o menos, hacen que 'Better Man' sea una constante juerga visual ante la que es difícil no sucumbir y abrazar su bombardeo de imágenes coloridas, vibrantes y con un tono mágico.
La vena documental que el cineasta exploró en el documental de Pink (recordemos, sober su vida privada durante una gira y no en los conciertos en sí) la recupera en 'Better Man', donde prioriza que el público entienda qué situación personal y mental atraviesa el cantante a conocer con detalle todos sus logros profesionales. A diferencia de otros biopics, que terminan siendo superficiales por intentar incluir en dos horas toda una vida de hazañas, la riqueza de 'Better Man' radica en el vínculo que establece el espectador con el protagonista al poner el foco en quién es el artista más que en qué hizo el artista. Por supuesto que se tratan múltiples claves de su vida profesional, pero más como herramienta con la que profundizar en la persona.
Gracey es consciente de que hay mucha información de Williams al alcance de todos, de que basta un click para saber con exactitud cuántos premios ha ganado, entradas vendido, discos sacado o polémicas causado, por lo que apuesta por lo exclusivo de haber trabajado mano a mano con Robbie Williams durante años: sumergir al espectador en la mente y alma del artista a través de su carrera musical. Al salir de la sala uno no siente que ha visto una simple reproducción audiovisual de los puntos más importantes de su Wikipedia, sino que ha estado dos horas tomándose un café (un té en su caso) con el británico mientras este le contaba sus batallas dejándose llevar por sus sentimientos. Igual al recurrir a la memoria los saltos temporales hacen que algún detalle concreto de su carrera no quede muy claro, pero sin duda la experiencia es más enriquecedora.
Todo lo anterior es posible porque Robbie Williams, citando su canción compuesta para la ocasión, 'Forbidden Road', revela "sus demonios, sus secretos, sus malas decisiones" con una intensidad y sinceridad bestiales. El británico se lanza al vacío y nos entrega un estudio completo de su ser que remata incluyendo su voz en off (lo mismo funciona de alivio cómico que hiela los huesos) para intervenir directamente en aspectos concretos de su vida. Aunque solo una minoría sabe qué pasó exactamente puertas a dentro de su vida, es difícil no darle un voto de confianza a la honestidad con la que supuestamente se abre cuando ves que no solo se muestra vulnerable y víctima de varias dificultades a la que se ha enfrentado, sino que comparte momentos donde él ha dejado mucho que desear. Y no solo en aspectos egocéntricos de lo profesional, también en temas realmente serios de lo personal como echarle en cara a una pareja un aborto.
Como ya se ha adelantado previamente, durante todo el metraje de 'Better Man' la apariencia del cantante británico es la de un mono. No porque estemos en una realidad cual 'El planeta de los simios', sino porque, como aseguró Robbie Williams en su entrevista con eCartelera, siempre se ha sentido como un mono de feria. El único convertido a simio en 'Better Man' es el artista, el resto del mundo es humano, y la decisión no afecta a la trama más allá de las lecturas que pueda sacar el público de ella o del impacto visual que pueda causar en él, pues, en lo que se refiere a su físico, los personajes no ven nada extraño. Es una elección de cara al espectador, no al universo interno del proyecto.
De forma muy consciente, se ha decidido abordar esta idea creativa al final de la crítica y darle menos importancia de la que igual podría esperarse tratándose de una extrañeza como esta para recalcar lo bien que se acepta. Al inicio llama la atención, desde luego, pero la película consigue involucrar tanto emocionalmente al espectador que normalizas ver a un mono consumido por el lado oscuro de la fama. Además de no entorpecer la experiencia, es una idea que encaja y amplía el tono fantástico y extravagante que 'Better Man', sin mono o con él, ya derrochaba por sí misma a través de lo visual.
Casualidades de la vida hacen que la arriesgada elección de representar a Williams como un primate gane encanto si tenemos en cuenta que, aunque este dicho no existe en inglés, es increíble lo bien que casa con la expresión española "ser el último mono", es decir, ser un donnadie o pasar desapercibido, pues la 'Better Man' reitera continuamente cómo la vida del artista y sus decisiones han girado siempre precisamente en torno a eso, alrededor del miedo que ha sufrido a ser insignificante.
'Better Man' está disponible en cines.
- Año: 2024
- 134 min. Australia Biografía Fantasía Música
- Reparto: Robbie Williams