Han pasado más de doce años desde que Blake Lively cerró una etapa en 'Gossip Girl', en donde demostró junto a muchos otros títulos su gran capacidad actoral. Hay quien desarrolla aracnofobia, claustrofobia e incluso bovinofobia (amistosamente conocido como 'miedo a las vacas'), pero creo con firmeza que la actriz fomentó mi mayor miedo: el mar.
Aunque lejos de autodiagnosticarme como un siervo de la talasofobia, creo que todo tipo de aguas en general me aterran. Uno de los motivos se debe a, ni más ni menos, esta película que protagonizó la mismísima Lively en 2016. Adoro a su figura, pero gracias a este título no quise tocar aguas profundas durante un buen tiempo.
En las profundidades
Considero que 'Infierno azul', el (lamentable) nombre en castellano de 'The Shallows', es una de las mejores películas de tiburones de todos los tiempos, y está disponible en Netflix. Tampoco es que el barómetro dentro del género esté demasiado alto, pero cintas como 'Deep Blue Sea', 'A 47 metros' o la Santísima Madre 'Tiburón' de Steven Spielberg son tan buenas que fomentan el placer culposo de un servidor, dispuesto a zamparse este tipo de género pese a pasarlo realmente mal durante su visionado.
Hacer una película implica entender el género que tratas, y eso mismo lo comprendió a la perfección Anthony Jaswinski, guionista de esta historia. En ella, Nancy (Blake Lively) acude a la playa en la que solía surfear su difunta madre en un intento de superar su reciente fallecimiento.
No obstante, su retiro se ve interrumpido por el ataque de un enorme tiburón blanco a 180 metros de la orilla. Nancy, desesperada, logra refugiarse en una pequeña roca. Aun con ello, deberá regresar a tierra cuanto antes, pues la noche está cayendo en el lugar y la marea no deja de subir, sumergiendo su refugio cada vez más rápido.
Jaswinski da forma a un relato de terror de apenas hora y media mediante muy pocos recursos y personajes, acercándose más a una historia de supervivencia que a la acción. Si James Franco debía vencer a la naturaleza a contrarreloj en '127 horas', la propia Lively debe hacer lo mismo en 'Infierno azul'.
En aguas nacionales
Un aspecto bastante peculiar a la par que brillante dentro de esta producción es su director. El cineasta catalán Jaume Collet-Serra firmó esta historia en 2016 tras dirigir 'Una noche para sobrevivir', que contó con Liam Neeson como protagonista. Él mismo se sentó en su momento con eCartelera para hablar de cómo llegó al título:
"Lynn Harris [productora de la película] se puso en contacto conmigo para dirigirla, pero me sentía agotado después de 'Una noche para sobrevivir', por lo que no acepté. Por suerte, con el paso de los meses acepté. Leí el guion y me parecía una película muy complicada de hacer".
La filmografía de Collet-Serra destaca por ser muy camaleónica. Recientemente, de hecho, se ha codeado con Disney para dirigir 'Jungle Cruise', cuya secuela también estará realizada por él. 'Infierno azul' suponía un gran reto, aspecto que le motivó a meterse de lleno en ella, llegando incluso a ejercer de productor ejecutivo en el proyecto. Pero, claro, ¿a qué coste?
"Rodamos en la isla de Lord Howe [Australia] cuando supimos de ella. Aun así fue duro por el mar, el clima...", rememora el cineasta. Pese a ello, quizá la mayor complicación fue el calendario de rodaje, ya que él y su equipo tuvieron que filmar deprisa: "Empezamos en octubre y teníamos que acabar para Navidad si queríamos llegar a la fecha de estreno [el 15 de julio]".
Regresando a tierra
'Infierno azul' se suma a la lista de éxitos de Collet-Serra. Aunque el director tuvo que saber jugar adecuadamente con el presupuesto de la película, 17 millones de dólares, el título recaudó a nivel global más de 116 millones. Todo un hito, vaya.
Su premisa no terminó de convencer a parte de la crítica especializada, pues hay quien la tachó de "poco atrevida". Pese a ello, esta introducía en pantalla elementos como la cámara GoPro Hero 4 (que muestra el ataque del tiburón desde el punto de vista de su víctima) o la Alexa Mini, utensilios que le dan un toque de actualidad y veracidad a la historia.
'Infierno azul' sabe en toda regla jugar sus cartas y prefiere no arriesgar demasiado y apostar con lo poco que tiene, algo que le favorece como thriller. La tensión queda patente en pantalla, y el escualo se siente real y atemorizante. Ahora bien: ¿por qué el tiburón no puede evitar querer merendarse a Nancy? Desconozco la respuesta.
Aun asumiendo que las muertes por caídas de coco en la cabeza son más comunes que las producidas por ataques de tiburón, este tipo de género tiene algo atractivo detrás de él. Quizá sea la imposibilidad de escapar de una amenaza en un entorno acuático, uno de los lugares más vulnerables para el ser humano. Quién sabe. Revisionaré 'Infierno azul,' disponible en el catálogo Netflix, para buscar la respuesta.