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ENTREVISTA ECARTELERA

Bob Pop se busca a sí mismo en 'Maricón perdido': "La comunidad LGTBI debería ser un refugio y en muchos casos no lo es"

El escritor y personaje televisivo se estrena como guionista en una serie sobre su propia vida, que llega a TNT este viernes.

Por Javier Pérez Martín 17 de Junio 2021 | 11:01

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Bob Pop es un maricón perdido. No lo decimos nosotros, sino él mismo: ese es el título de la serie en la que se estrena como guionista explorando su pasado y su presente. El título, ocurrencia de Andreu Buenafuente, no es casual: además de ser homosexual, Bob Pop ha estado perdido toda su vida. Con esta serie se busca a sí mismo.

Seis episodios de media hora que se estrenarán en dos tandas en TNT (la primera de tres, este viernes 18 de junio; la siguiente, el próximo 25). 'Maricón perdido' es una autoficción que mezcla de comedia y drama, como la vida misma, y desde su estreno en el Festival de Málaga ha ido recibiendo críticas excelentes que la tildan como la serie española más importante del año: no solo es un autorretrato valiente y honesto, sino que sirve de cuento generacional sobre una España también perdida y además es la historia universal de alguien que no encaja del todo en ningún sitio. Hablamos con el escritor y personaje televisivo sobre su criatura.

Bob Pop

La serie cuenta cosas muy duras de tu propia vida, pero lo hace con un tono amable y accesible. ¿Para compensar?

Es que ese es mi propio tono. A mí me gusta contar cosas muy fuertes pero sin agarrarte de la solapa y decirte "ya verás qué fuerte esto que va a venir ahora". Quería que la serie fuera acogedora, que en todo momento te sientas acompañado por mí y que sientas que yo te doy la mano, que no te voy a dejar suelto ni caer. Y que vale, vamos a pasar por cosas heavys, pero no te preocupes porque estás en un espacio seguro. Me parecía importante para el espectador: demasiada incertidumbre estamos gestionando ya en nuestras vidas como para que además la ficción nos empuje a abismos que no tenemos que sufrir.

En la promoción de la serie, Carlos González y Gabriel Sánchez, los actores que interpretan tus versiones más jóvenes, han hablado de sus propias experiencias como homosexuales. ¿Era importante que lo fueran para interpretar este papel?

No se lo pregunté. Luego nos salieron los dos "mariquillas", pero en un principio no estaba en los requisitos.

¿Buscabas que se parecieran a ti?

Buscaba que su mirada me recordara a la mía, eso era lo importante. Y los dos tenían una mirada que yo quiero pensar que todavía conservo. Una de cierta ingenuidad, cierta ilusión.

¿Cómo te has sentido al verte en ellos?

Me han hecho sentir muy bien, mejorado. Ojalá yo hubiera tenido la inteligencia de Gabriel cuando me interpretaba a los cartorce o quince años, y la entereza de Carlos. Realmente tengo la suerte de que mis dos alter ego han sido mucho mejores que yo.

En la serie es importante la búsqueda de la identidad. El personaje principal emplea nombres falsos en el sexo anónimo, quizá como una coraza; y después encuentra en el pseudónimo Bob Pop una ventana de expresión.

Estoy de acuerdo, pero en realidad hay una relación entre las dos cosas. Esa coraza también tiene que ver con inventarte alguien que no eres para ver si así te quieres más o mejor. Y Bob Pop es un personaje que me da cierta seguridad porque no soy yo del todo. Las dos cosas son formas de búsqueda de aceptación, de un modo u otro. No cargar todo el tiempo con el lastre de tu nombre y tus apellidos reales da cierta libertad.

Cuando firmaste la serie, ¿pensaste en presentarla como Roberto Enríquez, o ya eres Bob Pop para siempre?

Ya soy Bob Pop para siempre, Bob Pop y Roberto se han fusionado. Y además Bob Pop es más fácil, cabe mejor en los sitios, y visualmente es más bonito porque son dos palíndromos. Así que ya es la marca.

'Maricón perdido'

Otra cosa muy interesante de 'Maricón perdido' es que dejas en primer plano a tus maestros: ya sean los libros que has leído, la música que has escuchado, las películas que has visto... o directamente las personas, con esa escena en la que están Pedro Almodóvar, Buenafuente y Berto Romero.

Es que para mí es muy importante reconocer a los maestros, desde Belén Gopegui hasta Almodóvar, creo que sería un desagradecido y un mezquino si no lo hiciera. Yo no sería quien soy sin todos ellos.

En la serie muestras lo importante que fue para ti ver en el cine '¿Qué he hecho yo para merecer esto?', y después hablas con Almodóvar en otro episodio. ¿No es surrealista?

Lo más increíble es que eso es realidad. Yo nunca me habría atrevido a escribirlo como ficción. Hay cosas de mi vida que nunca me habría atrevido a ficcionar porque me habría parecido de flipado. Y de repente la vida me ha regalado momentos que superan mi imaginación con creces, ni en mis mejores sueños.

Hay muchas propuestas narrativas novedosas en 'Maricón perdido', como ocultar la cara de tu padre, interpretado por Carlos Bardem. ¿Son ideas muy frescas que traes como guionista debutante que viene de la literatura?

Sí, pero fíjate que es una mezcla: porque vengo de la literatura pero también de la tele. Y en la tele, después de trabajar tantos años al lado de Andreu, he aprendido que hay ciertas cosas que se cuentan con imágenes. No basta con escribir diálogos de gente hablando todo el rato, la imagen es muy narrativa.

En la serie hay dos salidas del armario: primero como homosexual y después como enfermo de esclerosis múltiple, en una escena demoledora con Alba Flores.

Y más de dos, porque la serie significa mi salida del armario en silla de ruedas. Al final es que hacemos muchas salidas del armario en la vida, y muchas veces ni siquiera las hacemos voluntariamente. Nos vemos ahí colocados, y una vez está la puerta abierta pues nos vamos. Y ponemos la mejor sonrisa.

Chueca, la falsa tierra prometida

'Maricón perdido'

Una de las lecciones más valiosas y dolorosas del primer capítulo es que hay homosexuales que, al entrar en ese "oasis" que es Chueca, la escena del ambiente, las saunas, el cruising... se encuentran con más rechazo y violencia, justo de lo que iban escapando.

Es terrible tener las expectativas muy altas. Yo lo viví así: pensé que Chueca iba a ser la tierra prometida y resultó que no, que ahí también estaba fuera de lugar. Y creo que es importante que asumamos que el lugar no tiene tanto que ver con los paraísos que nos montamos en la cabeza, sino con la gente que nos rodea, que son los que conforman nuestra tierra prometida. Y ahí sí tienen que ver los afectos. Ojalá la comunidad LGTBI hiciéramos un buen trabajo para convertirnos en un refugio para mucha gente, que en muchos casos no lo ha sido.

Se está viendo con 'Drag Race España', pero no quiero irme del tema...

Oh, ahí hay mucha plancha. Los tuits y el acoso a Arantxa Castilla La Mancha, que es mi favorita, tengo que decirlo... Me parecen fatal.

TNT te ofreció directamente hacer una serie sobre tu vida. Después del fenómeno de 'Veneno' el año pasado y éxitos como '#Luimelia', parece que hay cierta tendencia a contar historias LGTBI, aunque quizá relegadas al streaming y al cable. ¿El objetivo es que lleguen más allá del nicho del público LGTBI?

Sí, creemos que cuanta más gente entre a la fiesta, mejor. No es una serie escrita para el público LGTBI, por supuesto que va a haber guiños y códigos compartidos, pero creo que es una serie para mucha gente porque habla de todos nosotros. Creo que con el proceso de hostilidad y aceptación de mi personaje también se puede sentir identificada una niña gorda, o un niño pelirrojo con los dientes separados... al final tiene que ver con la diferencia. Y todos partimos de una diferencia, que a veces nos la han hecho notar más o menos. Creo que mi serie va más de estar perdido que de ser maricón, ser maricón es muy importante porque es buscarse desde un punto de partida de ocultación y disimulo, para no sufrir las burlas y el rechazo, pero sobre todo tiene que ver con la pérdida y la búsqueda de uno mismo. Y es un tema universal.

Una parte muy importante de la serie es su música. Hay muchos temazos... ¿conseguiste todos los que querías?

He conseguido todo lo que quería menos una canción de Madonna, pero porque no vende sus derechos a España.

Vaya por Dios.

Yo no lo sabía, pero qué antipática.

Me encanta Christina Rosenvinge, y la serie acaba con una canción suya que es original, ¿no?

Es original. Yo quería que estuviera Christina, y ella hizo un proceso precioso. Se leyó todos mis libros, vino a casa, hablamos, tuvimos una cena juntos... y me ha regalado una canción maravillosa. Cada vez que la escucho... Y es un final precioso para la serie.

Al terminar los seis episodios me quedé con ganas de más. ¿Harías más temporadas?

Lo que la industria diga. Yo por mi parte estoy encantado de que no haya más y eso sea una obra cerrada, porque estoy muy contento, y también estoy encantado de poder explorar más temporadas. Todo me va a poner contento.

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