Sacha Baron Cohen ha rodado en secreto durante todo 2020 su sorprendente secuela de 'Borat'. Quizá cuando empezó a preparar la película no esperaba que el coronavirus arrasara con muchas de las cosas que damos por hecho, entre ellas las salas de cine estadounidenses, pero finalmente puso su intención política por encima de todo: 'Borat Subsequent Moviefilm' fue estrenada directamente streaming para que todo el mundo la vea antes de las próximas elecciones estadounidenses (y decida no votar a Trump).
'Borat 2' (el título real es demasiado largo como para reproducirlo) llegó a Amazon Prime Video el pasado viernes 23 de octubre como la primera apuesta cinematográfica global de la compañía. Su estreno mundial parece haber sido un éxito para Amazon, que asegura que decenas de millones de clientes han visto la película.
Es un dato muy abstracto, y en este momento no sabemos cómo contabiliza Amazon los visionados (recordemos que para Netflix si ves dos segundos de una película o serie ya cuenta), pero lo cierto es que la comedia de Baron Cohen ha hecho mucho ruido en redes sociales. Ayudó una campaña de promoción muy inteligente con muñecos hinchables gigantes de Borat flotando sobre ríos como el londinense Támesis (y en la madrileña Corredera Baja de San Pablo han aparecido cartones del reportero de Kazajistán vistiendo su ya icónico "maskini").
Aunque no hubo mejor promoción que las quejas de uno de los participantes de la película: Rudy Giuliani. El abogado de Donald Trump y exalcalde de Nueva York protagoniza uno de los momentos más controvertidos de 'Borat 2' y en los días previos al estreno se quejó en entrevistas y redes sociales. Pero no es el único algo descontento con su aparición en la película.
Quejas de los "engañados" por Sacha Baron Cohen
Tanto 'Borat' como su secuela están basadas en una sucesión de situaciones reales en las que el personaje interpretado por Sacha Baron Cohen provoca a personas que no saben qué está ocurriendo realmente. En 'Borat 2' uno llega a preguntarse cómo es posible que alguien vuelva a caer en la trampa 15 años después, pero viendo las reacciones de algunas de las personas engañadas parece que sí, la realidad ha vuelto a superar a la ficción.
Por ejemplo, la influencer Macey Chanel ha dicho que estaba interpretando un personaje y creía que era para una serie de Netflix. "Me hicieron pensar que estaba interpretando un personaje que no refleja quien yo soy realmente. He disfrutado de una exitosa carrera como modelo y actriz en la que puedo interpretar cualquier papel", ha dicho Chanel a IndieWire sobre la escena en la que recomienda a la hija de Borat que sea una mujer sumisa si quiere encontrar novio. "En este caso y en muchos otros probablemente no he leído la letra pequeña. Y no tengo los recursos para leer todos los contratos de casting".
Una de las situaciones más surrealistas que se ven en la película es un baile en un Estado sureño en el que chicas jóvenes son presentadas en sociedad por sus padres para encontrarles marido. El evento existe de verdad, pero en este caso los asistentes sabían que estaban rodando una película de ficción. Los invitados recibieron 100 dólares por presentarse y fueron sometidos a exámenes sobre su cultura popular antes (solo fueron invitados los que no conocían a Baron Cohen). Aun así, los que presenciaron la escena en la que Borat y su hija Tutar (Maria Bakalova) bailan juntos y enseñan la ropa interior de ella llena de sangre menstrual se sintieron ridiculizados. "El modus operandi de Cohen parece ser intentar poner en evidencia y sorprender a personas conservadoras del sur en sus películas", dijo un periodista asistente, Will Davis, en su periódico local (vía Variety).
En el otro lado del espectro, la adorable mujer que intenta ayudar a Tutar ha contado que fue engañada y se sintió traicionada por el equipo de la película. Jeanise Jones, que actúa de niñera de la joven mientras Borat marcha a "recaudar dinero" para una cirugía estética para ella, creía que estaba rodando un documental. En la película, Jones actúa con paciencia mientras ve a Borat tratar como un perro a su hija y decirle que las mujeres no saben leer ni conducir. Después la pobre mujer intenta con toda su buena intención que Tutar desista de la idea de someterse a cirugía estética. "Quiero que seas feliz. Piensa en ir al colegio. Utiliza tu cerebro porque tu papá es un mentiroso", le dice en una escena sorprendentemente emotiva.
Jones escribió un post de Facebook para confirmar que era ella la que aparecía en la película y dijo que no tenía ni idea de que se trataba de 'Borat 2': "Me contrataron para aparecer en un documental. En absolutamente ningún momento supe que era una comedia satírica y que se me estaba teniendo una trampa, por así decirlo. No pasa nada, solo hice lo que mi madre Ozell Smith (DEP) me enseñó a hacer desde que tengo memoria".
En una entrevista con el New York Post, la niñera aseguró sentirse "traicionada" por el equipo de 'Borat 2' y dijo que estuvo preocupada durante semanas por el futuro de Tutar, que creía que era una niña real a la que iban a casar: "Creía
que venía del Tercer Mundo, donde se vende a las mujeres y ocurren ese tipo de cosas. (...) Estuvimos preocupados. Rezábamos por ella y le pedíamos a Dios que la ayudara, hicimos lo que creíamos que era lo más cristiano".
El pastor de la iglesia a la que asiste Jeanise Jones ha puesto en marcha una campaña de crowdfunding para que reciba una compensación acorde por participar en la película. Jones cobró 3.600 dólares por su aparición, y la campaña de GoFundMe, que ya lleva casi 50.000 dólares recaudados, tiene un objetivo de 100.000.
En otro momento de la película, una anciana atiende a Borat en una sinagoga. Se trata de Judith Dim Evans, una superviviente del Holocausto, que confirma al personaje de Sacha Baron Cohen que el genocidio judío sí existió (para alegría del reportero). La familia de la anciana, que murió este verano (había rodado su escena en enero), no se ha tomado nada bien su aparición en la película y ha demandado al cómico.
Según cuenta Deadline, Baron Cohen, que ha dedicado la película a Evans, hizo que su equipo comunicara a las dos ancianas que había sido todo una broma y que él mismo es un judío que pretende educar sobre el Holocausto con esta sátira. La demanda finalmente ha sido desestimada por un juez del Condado de Georgia.
