Hace dos décadas del estreno de 'Buffy, cazavampiros' una serie que hoy en día puede presumir de tener una legión de seguidores a los que, ¿les encantaría ver una secuela? La respuesta a esta pregunta no es nada sencilla. Por una parte están las ganas de volver a Sunnydale, de descubrir si la cazadora encontró la paz que buscaba, quizá las ganas de ver ese final feliz con Angel que no llego a producirse... o, ¿con Spike? Pero por otro lado aventurarse a revivir algo tan querido entraña muchos riesgos. La dicotomía es tan real para los seguidores como para el elenco que también se encuentra dividido.
Y es que a la pregunta "¿os gustaría hacer una secuela de Buffy?", las respuestas son de lo más variopinto, aunque al final todas esconden el mismo espíritu: un gran amor por la serie y un miedo tremendo a no cumplir con los fans, dos sentimientos que están latentes en la entrevista realizada por Entertainment Weekly. "Creo que deberíamos hacer la versión animada", dice una decidida Alyson Hannigan (Willow) que ofrece desde el principio la solución al problema más evidente: el tiempo no pasa en balde para nadie. "Como dice David, estos personajes son inmortales, pero nosotros no", apunta una Sarah Michelle Gellar que de nuevo vuelve a mostrarse contraria a la idea.
La actriz que diese vida a Buffy Summers no quiere ni oír hablar del asunto: "Cuando algo es mágico no quieres tocarlo y que se convierta en 'El Padrino: Parte III'. Estoy segura de que los fans se sentirán decepcionados con esta respuesta pero creo que se sentirían aun peor si creásemos algo que no cumpliese con sus expectativas, que son increíblemente altas. Me encanta que Buffy viva en forma de cómic o novela gráfica. Hay muchos mundos en los que puede vivir". Más claro el agua, resucitar a la elegida no está entre los planes de esta intérprete que es de las que piensa que lo que nos fascinó mejor dejarlo como está. "Lo bonito es que la serie sigue siendo relevante ahora, no necesitas una continuación", dice Gellar.
"Creo que los fans se volverían locos si lo hiciésemos. Haría feliz a mucha gente", continúa una Charisma Carpenter (Cordelia) consciente de lo queridos que son estos personajes y de lo que supondría su regreso, algo que seguramente haya considerado Gellar, aunque al final no pueda ignorar el peligro de un regreso y siempre se muestre más que dispuesta a proteger a Buffy. Por su parte James Marsters parece más abierto a la idea pero asegura que solo estaría dispuesto a volver a meterse en la piel de Spike con una condición: "Sí es Joss el que la hace, por supuesto que sí, sino... ¡Ni de coña!". ¿Y Joss que tiene que decir al respecto?
El espíritu de Buffy
Siempre que han preguntado a Gellar ella ha hecho alusión a un punto indiscutible: el mundo en el que se desarrollaban las historias de la cazadora era uno adolescente, uno en el que el instituto ofrecía el telón de fondo perfecto para hablar de muchos temas que afectan a la juventud, algo a lo que tendrían que renunciar ahora si se realizase una secuela con los mismos protagonistas. "Fue el paso de la adolescencia a una etapa adulta. Aprendí todos los días de la experiencia de encarnar a ese personaje. Me enseñó que la vida no consistía en ser perfecta sino en intentar con todas tus fuerzas ser la mejor versión de ti misma. Buffy nos recordaba que ser diferente no solo está bien, sino que es genial, en un momento en el que los jóvenes trataban de encontrar su sitio desesperadamente", afirmaba hace unos meses esta actriz que no deja de lucir un cariño inmenso por su personaje.
Joss Whedon no entona una canción muy distinta mientras recalca que la ficción tendría que cambiar mucho. "Si lo hiciésemos sería ciñéndonos a la edad que tienen los protagonistas ahora. Podrían aparentar ser algo más jóvenes porque se suele hacer y están genial, pero veríamos a los mismos personajes en una etapa diferente de sus vidas", dice el creador de esta ficción de finales de los noventa que, ¿cómo encajaría en la actualidad? Si es que al final las series míticas... ¡Es mejor no tocarlas!