A una industria repleta de adaptaciones cinematográficas de historias de diferentes medios llega por primera vez un proyecto en acción real de 'Saint Seiya: Los caballeros del Zodiaco', manga que, de la misma forma que su posterior anime, goza de gran prestigio. Dirigida por Tomek Baginskiun, que debuta en la dirección de un largometraje, la película se centra en Seiya (Mackenyu Maeda), un adolescente que, durante una pelea callejera, descubre que posee poderes místicos, sumergiéndose así en un antiguo mundo mágico donde conoce una diosa que necesita su protección.
Adelanto que no he leído el manga ni visto el anime, por lo que no puedo tratar el siempre delicado tema de la fidelidad respecto al material original, desconozco si se marca un 'Dragonball Evolution' a nivel de adaptación. Juzgo 'Los Caballeros del Zodiaco' como una entrega más de fantasía y acción, géneros que sí consumo habitualmente.
La película no arranca mal, despierta el interés en alguien ajeno a este universo. Tras una breve pincelada sobre su mitología, los primeros minutos nos introducen a Seiya en una de sus peleas callejeras, enfrentamiento en el que está presente el principal aspecto positivo del film, la acción. Con buena destreza detrás de las cámaras y atractivas coreografías que se inspiran en la habitual teatralidad de los animes, las escenas de acción, presentes durante todo el metraje, cumplen con creces y dejan más de un momento memorable. Además, están apoyadas por un notable apartado visual que elevan su nivel.
No obstante, las escenas de acción pierden impacto porque las situaciones de las que nacen no tienen suficiente fuerza narrativa debido al mal desarrollo de la historia y personajes. Aquí entramos en el gran punto negativo de 'Los Caballeros del Zodiaco', el guion, que no tarda en decaer y carecer de emoción. La trama avanza de un punto a otro precipitadamente sin construir unas bases que permitan al público conectar de verdad con ella. De esta forma, el espectador se encuentra ante un proyecto del que no se siente parte, provocando así que los momentos épicos y dramáticos pierdan la credibilidad.
A los personajes les sucede lo mismo, ninguno causa especial interés por su repentino desarrollo, a trompicones, sin una progresión que logre hacer convincentes sus compartimientos y decisiones. Tampoco cuentan con un llamativo carisma de antemano que podría haber permitido que resulten interesantes a pesar de su evolución. No los ayudan en absoluto los diálogos que, independientemente de que no te los puedas creer del todo por las flaquezas comentadas, su calidad deja mucho que desear. Hay interacciones muy malas directamente, en especial las escenas cuya intención es ser cómicas.
Por otro lado, la precipitación que rodea en general a 'Los Caballeros del Zodiaco' no se debe a que aborde demasiados conceptos de la saga de golpe, todo lo contrario, no da la sensación de adaptar un universo de ficción rico y con mucho potencial que, teniendo en cuenta el éxito del material original, seguro que así es. Explora su lore de manera tan superficial, como si ya lo conociéramos de sobra, que parece una secuela que no entendemos del todo por no haber visto la primera entrega donde te presentan los pilares básicos.
A nivel interpretativo, la mayoría del reparto, destacando a Sean Bean ('Juego de Tronos', 'El Señor de los Anillos'), Madison Iseman ('Clouds') y Mark Dacascos ('John Wick: Capítulo 3 - Parabellum'), enriquecen como pueden un guion y personajes vacíos sin apenas material que exprimir que no les permiten brillar.
El resultado final es un conflicto de lo más olvidable e insustancial entre héroes y villanos que, salvo momentos puntuales, tanto de lucidez como especialmente malos, causa indiferencia total y sensación de ver un producto que no va dirigido ni a los fans originales de 'Los Caballeros del Zodiaco' ni a su nuevo público.