Para hablar de 'Cardo' tenemos que remontarnos hasta hace casi una década. Era 2012 y Javier Ambrossi aún no era el consagrado creador de 'La llamada', 'Paquita Salas' y 'Veneno' sino un actor sin mucho éxito que acumulaba papeles episódicos en series de televisión. Por aquella época solía coincidir con Ana Rujas en producciones como la longeva novela de la televisión andaluza 'Arrayán' o 'Ciega a citas'.
Pero la semilla de esta serie, que acaba de ser proyectada en el marco del Festival de San Sebastián, se plantó en una catastrófica función de microteatro que Ambrossi y Rujas representaron junto a Javier Calvo. Así lo recuerda este: "Resulta que llega el estreno después de tantos ensayos y Ana no hizo nada de lo que había que hacer. El director se enfadó mogollón. Y Javi me dijo: «Acabo de ver a una de las mayores estrellas que he visto en mi vida»". "Llevo una década diciéndolo", confirma Ambrossi.
La consabida historia de los Javis, de actores insatisfechos a cineastas y propulsores de una factoría audiovisual, tiene su réplica en la de Ana Rujas, que durante años sentía que estaba peleándose con la industria. "Llegó un momento en que sentí que necesitaba respetarme como artista", cuenta ahora que se estrena como creadora, guionista y protagonista de su propia serie, 'Cardo', que llegará pronto a ATRESplayer PREMIUM. Rujas acabó escribiendo y protagonizando un monólogo titulado 'La mujer más fea del mundo' que llegó a representarse en las Naves del Español. "Cuando me fui al teatro empecé a amar lo que estaba haciendo sin pretender que pasara nada más. Ya no me peleaba con si tenía un casting o no. Empezaron a pasar cosas porque me respeté a mí misma".
Ambrossi asegura que se ve reflejado en ella: "Cuando dije: «No voy a pelearme con nadie, voy a hacer lo mío», de repente se abrieron todas las puertas". Salto temporal a 2020, cuando la pareja de guionistas reafirmaron su voz y su talento con el fenómeno de 'Veneno', una serie que acabó dando la vuelta al mundo y conectó a los Javis con las más altas esferas de Hollywood. Se sabe que se han reunido con personas muy importantes y famosas, pero ellos han utilizado su posición para impulsar como productores un proyecto ajeno: una serie creada por Rujas. Ambrossi, fascinado con su obra de teatro, le hizo esta promesa: "Todas las balas que tengo por 'Veneno' te las voy a regalar, Ana".
Para ir regando esta planta los productores pusieron en la misma habitación a Ana Rujas y Claudia Costafreda, una de los guionistas de 'Veneno'. La actriz ya había contactado con ella por Instagram cuando vio su corto 'Benidorm 2017', pero fueron Calvo y Ambrossi los que intuyeron el potencial de ese tándem. "Ana tiene una parte muy creativa y de muchísimas ideas, y mucho que contar y mucho que decir. Y Claudia tiene orden y claridad narrativa; en 'Veneno' era la que nos guiaba, la que se ponía en la pizarra a ordenarlo todo. Y nos pareció que juntarlas era explosivo", cuenta Ambrossi.
El resultado de esa fusión fue un abono que daría muchos frutos. "El primer día que nos juntamos empezaron a salir historias, y casi dimos con todo el primer capítulo", recuerda Rujas. Después vinieron meses de desarrollo y escritura del guión y así empezó a salir de la tierra este cardo, una serie de seis episodios sobre María, una joven que está perdida en la vida, se pasa los días de fiesta, abusando de la bebida, las drogas y el sexo, y cuyas equivocaciones se van acumulando hasta convertirse en una aplastante bola de nieve. Es una mezcla de comedia irónica y drama incómodo que se adscribe a una corriente de series muy personales escritas por mujeres jóvenes como 'Girls' de Lena Dunham, 'Broad City' de Ilana Glazer y Abbi Jacobson, y sobre todo 'Fleabag' de Phoebe Waller-Bridge o 'Podría destruirte' de Michaela Coel, sus referentes más cercanos.
Aunque las influencias son claras, los productores insisten en que 'Cardo' es una serie única. "Cuántos ejecutivos habrán dicho: «Tengo el 'Fleabag' español», pero no puedes empezar por ahí", advierte Calvo. El más joven de los Javis explica que no quisieron producir esta propuesta porque fuera una "serie de chicas" o porque la pidiera el mercado, sino porque Rujas y Costafreda tenían algo que contar: "Como productor quiero defender la imperfección, la autoría, las tripas, la verdad".
Todo ello está en 'Cardo', una serie que echa mano de muchos recursos casi expresionistas para introducirnos en la mente de María, como frases superpuestas en la imagen que dicen lo que piensa el personaje o zooms hacia su cara que subrayan sus estados de ánimo. "Si está agitada, de fiesta o drogada, claro que va bien un zoom rápido a su cara, un agobio, un seguimiento con cámara en mano...", explica Costafreda, que también dirige varios episodios. "Todos los recursos cinematográficos están abocados a explicar lo que está sintiendo, y es una forma de narrar que es fresca y no se suele ver". También es clave la música original compuesta por Álex de Lucas que subraya, amplifica y contrasta con todas esas emociones.
El conjunto es una propuesta autoral que nunca veríamos en las cadenas generalistas que además muestra una imagen naturalista tanto del centro de Madrid como de Carabanchel, barrio obrero del que es natural Rujas y al que ha querido hacer un homenaje con la serie. "Estamos hartos de series sobre una Madrid que es de cartón, totalmente impersonales", dice Calvo. Rujas está orgullosa del resultado y es consciente de que el estilo podría epatar y expulsar a algunos espectadores. "Siento que es muy honesto y es lo que queríamos contar. Si horroriza, pues mira qué bien", sentencia.
Un retrato generacional
Es muy probable que gran parte de la generación que ahora ronda los 30 años, la que creció en los 90, se formó y acabó en un país sin oportunidades ni futuro para ellos, sí conecte con 'Cardo'. Las decisiones cuestionables que María va tomando a lo largo de la serie, responden, según Javier Calvo, "a ese futuro tan brillante que nos prometieron y de repente ha llegado y lo único que tenemos es una estantería de IKEA y un piso que no podemos pagar". María tiene un iPhone con la pantalla rota, no paga el alquiler y vive en números rojos mientras trabaja en una floristería del barrio que está al borde del cierre. El poco dinero que tiene, lo quema en cañas y gramos de coca.
"Al final es: me sigo drogando para no pensar en mi vida", explica Costafreda sobre el devenir del personaje, en el que hay una mezcla de las dos guionistas. "Cuando veo la serie, a ratos veo a Ana en María y a ratos veo a Claudia, a pesar de no estar su cara", dice Ambrossi. "Ni Claudia ni yo somos María, pero las dos somos María. Todos somos María", resume Rujas.
La intensa identificación con la historia también se contagió a buena parte del reparto. Clara Sans y Ana Telenti interpretan a las dos mejores amigas de María, y ambas sintieron una conexión instantánea con sus personajes desde que empezaron el proceso de casting. "Sentía que esta historia la tenía que contar yo", explica Sans. "Hay pruebas que te vibran cuando llegan", coincide Telenti.
En 'Cardo' vemos a colaboradoras habituales de los Javis como Juani Ruiz y Yolanda Ramos, que ya había protagonizado 'Benidorm 2017', aquel corto de Costafreda que tanto gustó a Rujas. Además se estrena en la interpretaciónn Diego Ibáñez, el solista de Carolina Durante. "Cuando me cogieron sentí que les había engañado. Empecé el rodaje tremendamente inseguro, pensando que había estafado a todo el mundo", confiesa el cantante. "Te voy a aliviar diciéndote un secreto: esa sensación yo también la tengo", le contesta Telenti. "Y yo", apostilla Sans.
En este momento de intimidad entre ellos, Ana Telenti convierte la entrevista en una terapia de grupo que sirve para resumir el poso generacional de la serie: "Siempre tienes la sensación de que en cualquier momento puede venir alguien y decirte: «Bueno, cariño, pues ya está, ya te puedes ir a tu casa». Todos nos sentimos como impostores. Nos queremos muy mal y tenemos una pésima educación emocional. Y tenemos una incapacidad de decir: «Estoy mal», así que abusamos de las redes, de las drogas y de las personas. Eso es María". Y como dice Ana Rujas, todos somos María.