Todos deberíamos, al menos una vez en la vida, tener una sesión de psicoanálisis con el doctor Portuondo. O eso es lo que piensa Carlo Padial ('Algo muy gordo', 'Vosotros sois mi película'), que después de escribir un libro sobre este terapeuta heterodoxo que, asegura, le trató en su veintena (él lo asegura, aunque Padial no es el narrador más fiable), ahora ha hecho una serie inspirada en su figura.
Filmin produce por primera vez una serie propia, y lo hace apostando por una propuesta de autor, algo inclasificable y muy distinta a lo que las demás plataformas de streaming están creando en España. 'Doctor Portuondo' está basada en el libro homónimo de Carlo Padial y creada, dirigida y co-escrita por él junto a Carlos de Diego. Casi está protagonizada por el propio Padial: quien vea una foto suya o cualquiera de sus vídeos creados para Internet descubrirá que el personaje principal, interpretado por Nacho Sánchez ('Diecisiete'), imita su estilo de vestir y le roba su mirada y sus gestos.
Ver 'Doctor Portuondo', ya disponible en Filmin, es adentrarse en la psique de un hombre neurótico guiado por un mentor no más cuerdo. Una comedia asfixiante, por más extraño que sea este combo, y quizá el mejor tratamiento para los tiempos desquiciados que vivimos. "El doctor Portuondo está aquí y va a hablar con vosotros. A veces también os va a chillar, pero si escuchas lo que dice, te puede cambiar la vida", aconseja Padial. De escuchar va esto, así que allá vamos:
He leído que fue la propia Filmin la que te pidió la adaptación. Eso es fuerte, ¿no? ¿Crees que tendría cabida en alguna otra plataforma?
Bueno, eso no sabría decirlo. Hubo otro productor que mostró su interés antes por el libro. ¿Quién sabe? Lo que está claro es que en la mente de todos Filmin representa el cine diferente, pero también los clásicos y los grandes maestros del cine, los grandes autores y autoras. Por lo que es increíble meterte en esa plataforma, y encima con su primera producción original. Es algo muy importante. Creo que no debemos tomar la primera producción de una serie de Filmin como otra serie más, sino valorar lo que supone, es una gran noticia, y más en un momento en el que el cine diferente tiene serios problemas para distribuirse. No sé si 'Doctor Portuondo' podría estar en otra plataforma, pero yo valoro que esté en Filmin, por lo que supone en un momento que se tiende a la homogeneización, culturalmente hablando.
Si 'Doctor Portuondo' estuviera en Netflix, ¿a quién le recomendaría esta serie el algoritmo?
Yo me imagino que a una persona a la que le han dado el alta de un hospital y ahora va caminando por el arcén de la autopista todavía con la bata del hospital puesta sin nada debajo, el viento le levanta la bata y está planteándose seriamente buscar trabajo como pinche de cocina en la La Tagliatella. ¿Te imaginas que los algoritmos fueran así de precisos? Quizá entonces servirían para algo.
El protagonista de la serie, Nacho Sánchez, está caracterizado de forma que se parece muchísimo a ti. ¿Cómo ha sido ese trabajo de caracterización y cuál ha sido su proceso de creación del personaje?
Bueno, básicamente lo que buscábamos era un gran actor. Lo del parecido era secundario. Fue algo que surgió en el proceso de ensayos, Nacho quiso tomar algunas cosas de mí, algunas manías, mi manera de vestir, me pareció bien. Pero podríamos haber optado por todo lo contrario y no hubiera cambiado nada. Lo importante para mí era lo que representaba el paciente, es casi un arquetipo generacional, una persona llena de dudas, y de pequeños miedos, el deseo de ser alguien especial, y el ser tan autoconsciente. Y Nacho entendió eso a la perfección.
¿Crees que el tono de la serie, ese monólogo interno continuo, es como una especie de inmersión en tu propia psique?
No sabría decirte, desde que empecé a hacer cine con mi primera película y desde mis primeros videos intento averiguar qué significa hacer cine para mí, sin pensar en nada más. Muchas veces no soy muy consciente de dónde encaja eso fuera, me da un poco igual. En este caso, quería hacer una comedia que sucediera en la ciudad, con personajes muy neuróticos, con elementos generacionales, pero a mi manera. Y yo vivo muy metido en mi cabeza. Me resulta muy difícil salir de mi cabeza, vivo asfixiado por ese monólogo permanente del que hablas, me parecía divertido que recorriera la narración. En general, me gusta la gente que hace comedias, y cine en general, basándose en su experiencia, en su manera de ver el mundo, al margen de agendas y de modas. Demasiado a menudo el cine está excesivamente constreñido por dictámenes de industria o de modas, o de momentos, mientras que la gente que a mí me gusta se expresa desde un sentido del humor propio.
Me han dicho que el personaje de la serie es una versión descafeinada de ti mismo.
¿Quién te lo ha dicho? (risas) Bueno... Más bien diría que Nacho Sánchez construye una versión mucho más creíble de mí que la que yo defiendo en mi vida. Es más sólida. Yo soy una hojita temblorosa. La mayor parte del tiempo solo quiero estar encerrado en casa escuchando a Teddy Pendergrass. Tengo una visión del mundo bastante extrema. Por eso a mó me hacen reír las cosas incómodas, lo que no entiendo, porque en el fondo no entiendo nada. Yo vivo bastante aterrorizado, y en general no entiendo nada, eso es lo que hemos tratado de poner en la serie.
¿Cómo te ha ayudado el Doctor Portuondo y cómo puede ayudar a los espectadores de la serie?
El verdadero doctor Portuondo a mi me cambió la vida, para bien, claro, y he tratado de hacer algo que yo creo que es bonito, o que al menos parte de un impulso bonito; que es compartir esas enseñanzas vitales que a mí me transformaron con vosotros. El doctor Portuondo está aquí y va a hablar con vosotros. A veces también os va a chillar, pero si escuchas lo que dice, te puede cambiar la vida. Ahora, tienes que escuchar: si solo estás viendo la serie para poner lo que piensas de ella en Twitter al primer capítulo, o estás pendiente de su presupuesto, o de si hay muchos o pocos exteriores, de cuánto sale Berto Romero o cualquier otro actor conocido en la serie, te vas a perder lo importante, que es el doctor Portuondo y cada una de sus máximas y enseñanzas vitales, y en la serie hemos compilado decenas, todas esas pequeñas situaciones que le plantea al paciente están ahí: el dado sin números, el espejo, el dibujo de la vida y la firma por detrás, el obligar al paciente a apuntarse a un grupo en el que solo hay locura, el contraponerlo a un esquizofrénico. Si te metes en esta serie desde el inconsciente, Portuondo va a conectar contigo. El centro estará en ti. Si estás esperando a poner tu opinión en Twitter esta serie no es para ti.
Dice Jorge Perugorría que él ha vivido el rodaje como un psicoanálisis en sí mismo, ¿por qué?
Mucha más gente del equipo lo ha dicho, habría que preguntarle a ellos. Yo lo vivo como algo bonito. La gente lo ha vivido como algo muy especial. Durante el rodaje hubo la sensación de estar colaborando en algo con alma, y espero que eso se haya trasladado a los episodios finales.
Dirigir es tener que tomar decisiones constantemente, ¿cuánto sufres ese proceso?
Bueno, voy aprendiendo. Hay que tener en cuenta que soy totalmente autodidacta, no hablo nunca de cómo se hace cine con nadie, nunca he leído el manual de instrucciones de la cámara, ni he visto un solo video tutorial de montaje, todo lo he aprendido a mi manera. Quedándome con lo que me servía y prescindiendo de lo demás. Pero puede que este haya sido el proyecto en el que más se aproxima el resultado final a aquello que habíamos imaginado en el guion. Me gusta mucho preparar los rodajes, escribir los guiones. Luego a veces en los rodajes lo paso un poco mal, pero en esta ocasión la angustia estaba bajo control. En parte porque el equipo era extraordinario. No sé, normalmente acometo los proyectos como si fueran lo último que fuera a hacer antes de caer muerto, pero en este esa sensación ha estado más presente que nunca, porque ahora soy cada vez más consciente de lo difícil que es rodar con libertad. Y he tratado de aprovechar esa oportunidad.
Te has especializado en "falsos documentales", pero parece que esta serie, totalmente ficcionada, se acerca mucho a tu experiencia real. ¿Dónde hay más verdad y más ficción?
Hay una película que me gusta mucho, es 'Saraband' de Ingmar Bergman. En ella, algunos interiores parecen escenarios teatrales falsos, suaves y compactos. Cuanto más se sinceran los personajes, más falso parece todo a su alrededor. Conforme te acercas a lo real, psicológicamente hablando, más falso y guasón resulta todo. La consulta de Portuondo real, en la que hice terapia cuando tenía veinticinco años, era un decorado perfecto, alucinado. ¿Cómo se explica eso? Años más tarde he recreado el escenario para hacer una ficción. Es alucinante.
Evidentemente el doctor Portuondo fue una persona real y yo hice psicoanílisis con él. Pero ya en este punto, Portuondo para mí existe como un personaje literario, como alguien que conocí de verdad, y ahora como un personaje de ficción televisiva. Y como personaje de ficción televisiva la verdad es que me parece irresistible. Creo que Perugorría ha creado un personaje absolutamente inolvidable, que no tiene nada que envidiar a tantos de esos personajes míticos de las series de televisión. Es asombroso, el doctor Portuondo existe, y es un regalo haber podido dirigirlo: un detective del inconsciente, alguien que investiga a sus pacientes, para concluir que el culpable siempre eres tú, siempre somos nosotros.
"En nuestra cabeza, la ansiedad es un photocall más"
Últimamente se ha puesto de "moda" hablar de la salud mental, hacer terapia, hasta el punto de que surgen cosas como "La llorería" que casi romantizan la idea de tener problemas mentales. ¿Corremos el riesgo de ser demasiado autocomplacientes y acomodarnos en nuestros trastornos?
Bueno, todos buscamos formas de parecer especiales, la serie habla mucho de eso. De esa generación hiperconsciente cuyo principal miedo es no ser lo suficientemente especial. La necesidad constante de distinguirse. Pero siempre ha sido así. Es como cuando antes la gente te decía que tenía parálisis del sueño, para ir de guays, o cuando hace unos años todo el mundo decía que tenía insomnio. Molaba tener insomnio. O recuerdo que, cuando era pequeño, todo el mundo era sonámbulo. No sé. Somos una generación neurótica, enganchada a llamar la atención. No hay nada más que eso. No tenemos nada más que nuestros intentos por ser reconocidos. En nuestra cabeza loca, la ansiedad o los conflictos son un photocall más. Estamos tan ávidos de distinguirnos, de diferenciarnos en una cultura horizontal, mediocre, donde en realidad somos intercambiables por decisión propia, que hasta algo tan jodido como no estar bien psicológicamente hablando nos puede servir para reclamar atención por otro lado; la forma más lamentable de llamar la atención. En un momento en el que no hay otra forma de destacar. Es ridículo. Pero eso es de lo que habla la serie.
Si el doctor Portuondo murió, ¿no sientes que estás explotando una figura que no puede beneficiarse de todo esto?
La verdad es que no. Sí que he sentido a veces que tenía una pequeña tienda de neurosis, en el sentido de que he hecho televisión, videos, libros y demás, hablando de mis conflictos, pero en el fondo eso es justo lo que reclamaba el doctor Portuondo que hiciera cuando iba a terapia con él; siempre me decía: "Sácate partido". Y eso es lo que estoy haciendo, estoy seguro de que le divertiría muchísimo ver que me he tomado sus palabras en un sentido bastante literal. Quiero tener esa convicción paranoide, de que mi terapeuta fallecido estaría orgulloso de mí. Es la fantasía última de un neurótico. La otra es recrear al terapeuta muerto haciendo que lo interprete un gran actor. Y también esa fantasía la he cumplido.
