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CLUB DE CINE

'Charlie y la fábrica de chocolate', la aventura más dulce de Tim Burton

El viernes se estrena la nueva película de Burton, 'Sombras tenebrosas' y, para ir abriendo boca, en el Club de Cine comentamos su adaptación de la famosa novela de Roald Dahl.

Por Isabel Reviejo 8 de Mayo 2012 | 08:30

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La pareja Roald Dahl - Tim Burton está predestinada a funcionar. La imaginación desbordante y marca personal que dejan en sus obras hacen que se conviertan en una pareja compatible al instante. Las historias de Dahl han sido llevadas al cine en numerosas ocasiones con mayor o menor acierto ('Matilda', 'Fantástico Sr. Fox'), y Burton, tras haber estado involucrado en la producción de 'James y el melocotón gigante', se atrevió a ponerse detrás de las cámaras en el 2005 para adaptar una de las obras más reconocidas del escritor: 'Charlie y la fábrica de chocolate'.

imagen de 'Charlie y la fábrica de chocolate'

El argumento de la película es bien conocido: Willy Wonka es el propietario de una famosa fábrica de chocolate. Las historias sobre Wonka y sus deliciosas y sorprendentes creaciones son todo un mito, pero realmente nadie sabe lo que se cuece dentro de la fábrica, ya que todos sus trabajadores fueron despedidos para evitar espionaje, aunque misteriosamente, esta sigue funcionando con normalidad. Por eso, cuando el señor Wonka anuncia que dará la oportunidad de pasar un día entero en la fábrica a cinco niños y que uno de ellos tendrá un premio especial, la expectación se desata. Los afortunados serán aquellos que encuentren un billete dorado en cualquiera de las chocolatinas Wonka repartidas por todo el mundo.

Poco a poco, los billetes dorados van apareciendo, mientras Charlie, un niño de familia humilde que sólo recibe una chocolatina al año, sueña con conseguir el ansiado pase, que evidentemente, acabará obteniendo. Los niños que acuden a la fábrica son un mosaico de actitudes reprochables: Augustus es el niño glotón, Veruca es caprichosa y mimada, Violet es una mascadora compulsiva de chicle y excesivamente competitiva y Mike se pasa todo el día frente a la pantalla de la televisión. En definitiva, un puñado de niños que se oponen al héroe, Charlie, y que proporcionan la moraleja de la historia (que la obra original enseñaba, como hace todo buen cuento infantil).

El toque de Burton

No es la primera vez que este libro se lleva a la gran pantalla; ya lo hizo en los años 70 Mel Stuart con su película 'Un mundo de fantasía', protagonizada por Gene Wilder. Esta vez, Burton proporciona un humor más mordaz y apuesta por un valor seguro para ponerse en la piel de Willy Wonka: Johnny Depp. Junto a él, en el reparto podemos ver a intérpretes que ya han participado en más films del director (Helena Bonham Carter, Missi Pyle, Deep Roy) además de Freddie Highmore (Charlie), a quien Depp conoció durante el rodaje de 'Descubriendo nunca jamás', y a David Kelly, actor que nos ha dejado recientemente y que da vida al abuelo de Charlie.

imagen de 'Charlie y la fábrica de chocolate'

La novedad más destacada que introduce esta versión es la profundización en la psicología del personaje de Willy Wonka. Una aportación algo innecesaria, por la que se van mostrando flashbacks de la infancia del propietario de la fábrica y que hacen que el final dé un giro injustificado. Por otro lado, uno de los puntos fuertes de la película es la recreación del interior de la fábrica, colorida, sorprendente y llena de dulces. Todo un escenario con el que los niños (y los no tan niños) podrán soñar. Los pequeños trabajadores de la fábrica, criaturas llamadas Oompa Loompas, son unos personajes que se mueven en el límite: mientras que a algunos espectadores les puedan parecer unos simpáticos seres, a otros les irritarán sus cánticos y sus bailes.

'Charlie y la fábrica de chocolate' no pasará a la historia por ser una de las mejores películas de Burton, tal vez porque su historia no resulta tan atrayente como las de otros largometrajes del director. Sin embargo, es un trabajo que no deja de ser entretenido, que tiene buenos gags y que sigue siendo de visionado obligatorio para todos los fans del director y, sobre todo, los de Johnny Depp, que una vez más, se convierte en el alma de la película.