Una de las películas más enigmáticas que se presentaban en el Festival de Berlín era 'Knight of Cups', el séptimo largometraje como director de Terrence Malick. El pasado domingo pudo verse finalmente y los comentarios no han sido demasiado favorables para la cinta protagonizada por Christian Bale.
El director estadounidense no se caracteriza por conseguir la unanimidad del público y de la crítica, así que resulta difícil saber hasta que punto hay que fiarse de estas primeras opiniones. Pero de lo que no queda duda es que sus rodajes no son nada convencionales, Antonio Banderas ya habló sobre esto y ahora es Christian Bale el que comenta varios aspectos que no se darían en cualquier otro rodaje.
En la rueda de prensa de la presentación de la película en Berlín, Bale fue el gran protagonista ante la esperada ausencia de Malick. Como ya se venía comentando, esta película no contaba con guion, o al menos los actores no tenían acceso a él, esto ha dicho el actor al respecto: "No nos dijo de qué iba la película. Él solo me dio la descripción del personaje. Trabajamos mucho en el personaje, en su historia pasada." Bale es conocido por ser un actor del método, por lo que esta experiencia no debe haber sido sencilla, porque debía andar perdido por las localizaciones: "Nunca tenía líneas que aprender, pero veía que otra gente tenía papeles. Siempre miraba por encima de sus hombros para ver qué me iban a decir."
A ciegas
Sin guion entre las manos y sin saber siquiera de qué trataba la película, esto dejaba a Bale solo ante el peligro, presa de los denominados "torpedos" que enviaba Malick. Así lo define Bale: "Le gustaba llamarlo torpedearnos, con diferentes actores y no actores, para conseguir una respuesta muy real." Teniendo en cuenta que el actor y el director ya trabajaron juntos en 'El nuevo mundo'. Bale debía conocer las inusuales prácticas de Malick, pero eso no despejó demasiado la confusión: "Nunca sabía lo que iba a hacer cada día." Probablemente esa vacilación se traslade al público cuando vea la película, aunque quizás los torpedos tuvieron su efecto y el gremio de los actores ya no tendrá que aprenderse un guion en su vida.