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OPINIÓN

El cierre del Cine Palafox, un motivo para la reflexión

Con el traspaso del mítico cine Palafox de Madrid a la cadena Yelmo, es momento de reflexionar sobre los motivos del cierre de una de las salas más importantes de la capital.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 12 de Febrero 2017 | 13:11
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Sin duda, una de las noticias más tristes de la semana ha sido el anuncio del cierre temporal del cine Palafox en Madrid, abierto desde hace 55 años, y que ha sido absorbido por la franquicia Yelmo Cines Cinépolis. Sí, cierto es que, a diferencia del cine Avenida, el Rex o el Benlliure, el Palafox tendrá una segunda vida como cine, aunque aún se desconoce si Yelmo optará por mantener la esencia de ese cine de antaño (sus paredes de cristal, su gran sala que a Yelmo le daría ese toque de prestigio que sólo un cine clásico puede aportar, su elegante hall), como hace Cinesa con el mítico cine Capitol, o si por el contrario lo renovará completamente y será como el Ideal, que pertenece a la misma cadena, o el Proyecciones, perteneciente a Cinesa.

Sí, ha sido una semana de muchos lamentos, en redes sociales se han compartido comentarios en los que se habla de la bajada de espectadores, la falta de apoyo gubernamental, ese desproporcionado 21% de IVA que ha sido el tiro de gracia de una buena parte de salas de cine que capeaban la crisis como podían, o las descargas ilegales. Sí, todo eso se ha comentado en redes sociales, y también oficialmente, puesto que Juan Ramón Gómez, presidente de la empresa familiar que ha gestionado el Cine Palafox desde su estreno en 1962, escribió una carta de despedida en la que recalcaba estas causas como principal motivo de traspaso.

Cine Palafox

Y sí, cierto es que tiene razón. De hecho, como espectador asiduo al Palafox, lo primero que hay que hacer es agradecerle su labor de supervivencia durante estos años. En 2013 se hizo un reportaje para TVE, en el momento del cierre de los cines Roxy, en los que Gómez fue uno de los entrevistados y uno de los que habló sobre ese IVA, la falta de apoyo gubernamental y, evidentemente, la escasez actual de espectadores. Hay que darle las gracias por mantener los cines todos estos años y porque, cuando no ha podido más, esperar a venderlos a una empresa que lo va a dedicar a lo que debe seguir siendo, cine.

El ocaso del romanticismo

Y ahí es donde viene el momento de la autocrítica y reflexión. Evidentemente, en España hay un claro desinterés por parte del Gobierno, siempre ha sido así hay que recalcar, de impulsar la cultura. Sin embargo, eso también es un reflejo de la propia sociedad española. Basta con leer comentarios de usuarios de redes sociales para ver que, en España, hay mucho prejuicio relacionado tanto con el cine, como con el teatro, las artes escénicas y las exposiciones.

Cine Palafox

De hecho, muchos se quejaban de "lo caro" que es ir al Palafox y ese ha sido su motivo para no pisar el cine, algunos se enorgullecen de anunciar que no van desde el estreno de 'Star Wars. Episodio I: La amenaza fantasma'. Quien es espectador habitual del Palafox, puede comprobar que sus precios están por debajo de la media de la mayor parte de los cines de la capital, especialmente de los que pertenecen a grandes franquicias. De hecho, son muchas las ofertas que proporcionaban para motivar la asistencia del público, como los miércoles con precios a 4,5 euros o primeras sesiones todos los días por 6,4 euros. Pero no, eso no ha logrado atraer a espectadores diferentes al público habitual, personas de ya cierta edad y del barrio, para salvar al cine de su ocaso.

He ahí la principal autocrítica de esta reflexión, la parte del público, aquél que mira con pena, indignación desde redes sociales o, lo peor, absoluta indiferencia al cierre de salas. Pero no es sólo cierta parte de la sociedad que reniega y se vanagloria por no asistir al cine, por no saber valorar el cine español, el cine europeo y pensar que ir al cine a "una película que merezca la pena" es ir al taquillazo hollywoodiense de turno o aún mantener el prejuicio de que el cine español está "subvencionado" y que es "dinero de todos malgastado" para "gente de izquierdas".

Palafox

También hay que pensar que debe haber una reflexión para los propios cinéfilos. Está claro que los amantes del cine no pueden cambiar una decisión empresarial, pero sí es cierto que una buena parte de los cinéfilos y parte de la prensa que han mostrado su descontento tampoco son asiduos al Palafox, salvo, evidentemente, por los muchos pases de prensa que el cine organiza; de hecho son, junto con los Princesa y los Verdi, los que más pases organizan.

¿Ya no hay amantes de los cines de barrio?

Porque el Palafox exhibe títulos de cine independiente y alejado de los taquillazos (antes de despedirse con el ciclo 'Au Revoir, Palafox', el cine tiene en cartelera 'Manchester frente al mar', 'La ciudad de las estrellas (La La Land)' y 'Loving'), lo ha llevado haciendo desde hace varias décadas, fue una de las pocas salas que mantuvo en cartelera durante bastante tiempo 'Solas', de Benito Zambrano, y que logró ser un éxito por este motivo. No sólo eso, también ha sido uno de los principales promotores de exhibición de ópera y ballet en la capital. Sin embargo, basta con mirar a los compañeros de butacas en la sala para observar que los cinéfilos cosmopolitas no se prodigan mucho en las sesiones en las que se debe pagar.

Y ahí la pregunta para los cinéfilos, ¿por qué? El caso del Palafox, en ese sentido, es muy similar al de los cines Conde Duque, los Victoria y los cines Paz, que exhiben títulos de cine independiente y europeos, en su mayor parte en versión doblada al castellano. Sin embargo, la mayor parte de sus espectadores son señores ya de cierta edad, que serán realmente los principales perjudicados con el cierre. He ahí la pregunta, qué ocurre en este tipo de cines, esos que muchos confiesan amar románticamente pero que, a la hora de la verdad, apenas se prodigan. ¿Es acaso por el precio? ¿Es porque son cines que, al ser antiguos, no tienen butacas demasiado cómodas? ¿Acaso molesta compartir sala con gente de mayor edad? ¿O no será porque las sesiones son dobladas y no en versión original?

Palafox

Esas preguntas son para invitar a reflexionar a aquellos que aman el séptimo arte y acuden a las salas de cine. Basta con ver las largas colas que se forman en el Yelmo Ideal, o en los muchos Cinesa que pueblan la capital para ver que sí hay gente capaz de pagar por ir al cine, que cada vez se valora más pagar por ver una película, que ahora las plataformas en streaming colaboran con las distribuidoras para financiar la llegada de títulos. Entonces, ¿qué ocurre? ¿No será que se prefiere apoyar a grandes cadenas que a pequeñas distribuidoras y empresas?

¿Existe la esperanza?

El caso del Palafox, cierre y compra por una gran franquicia, demuestra no sólo el ahogo al que somete el Gobierno al cine, como también la difusión de películas de manera ilegal en Internet o los cambios de hábito del consumidor, también indica que el extremismo en el que se vive actualmente se extiende a otros ámbitos. O bien las salas son muy comerciales o bien sólo ofrecen películas independientes en versión original, cada vez hay menos sitio para el punto intermedio, donde los Palafox, como los cines Paz, Victoria y Conde Duque, juegan un papel fundamental.

Quizás hay esperanza, la reapertura de los Morasol invita a ello. Pero también habría, quizás, que lamentarse menos y abrir un poco la propia mente y, aunque sea una vez al mes, darles la oportunidad a estos cines de ofrecer una experiencia diferente. Cierto es que los Palafox ya no podrán, no al menos de la misma manera, pero quedan, por ejemplo, los Paz, que estuvieron a punto de cerrar en 2013 y que sobreviven como buenamente pueden. Quizás no se cambie el mundo pero sí, se puede demostrar con hechos esos apoyos que en redes sociales se manifiesta. Porque, al final, quizás la frase que siente mejor a esta situación sea: "Entre todos la mataron y ella sola se murió".

Películas míticas influenciadas por el cine de Jean-Luc Godard

'Pulp Fiction' (Quentin Tarantino, 1994)

'Pulp Fiction' (Quentin Tarantino, 1994)

'Banda aparte' es uno de los títulos imprescindibles en la filmografía de Jean-Luc Godard. Una historia sobre cómo la jovencita Odile (Anna Karina) es convencida por dos ladrones aficionados (Claude Brasseur y Sami Frey) para robar en la casa en la que vive. La mítica del "baile Madison" en la que Odile, Arthur y Franz bailan sirvió de inspiración a Quentin Tarantino para crear otra mítica escena de baile en 'Pulp Fiction' de la mano de Uma Thurman y John Travolta.

Pese a que Godard le llamó a Tarantino "faquin" (bellaco), lo cierto es que el icónico cineasta idolatra al realizador 'Banda aparte', prueba de ello es el nombre de su empresa de producción, A Band Apart Films.

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'Soñadores' (Bernardo Bertolucci, 2003)

'Soñadores' (Bernardo Bertolucci, 2003)

También de 'Banda aparte' surge otra escena de la aclamada 'Soñadores' de Bernardo Bertolucci. En la cinta de Godard, los protagonistas intentan romper el récord del mundo de recorrer todo el museo del Louvre. En la narración se informa que lo lograron al terminar en 9 minutos y 43 segundos, superando al estadounidense Jimmy Johnson que lo hizo en 9 minutos y 45 segundos.

Esta escena es reproducida por los protagonistas de 'Soñadores', que también logran romper la marca.

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'Casino' (Martin Scorsese, 1995)

'Casino' (Martin Scorsese, 1995)

Aquí más que influencia fue un homenaje. El compositor Georges Delerue, que se encargó de la banda sonora de 'El desprecio', dirigida por Jean-Luc Godard y protagonizada por Brigitte Bardot, Michel Piccoli, Jack Palance y el cineasta Fritz Lang, también se encargó de parte de la música de 'Casino' de Martin Scorsese.

El tema 'Theme de Camille' fue utilizado como pieza principal en la cinta protagonizada por Robert De Niro, Sharon Stone y Joe Pesci.

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'Moonrise Kingdom' (Wes Anderson, 2012)

'Moonrise Kingdom' (Wes Anderson, 2012)

En 'Pierrot el loco', Godard muestra la huida sin sentido de Ferdinand (Jean-Paul Belmondo) y Marianne (Anna Karina) de París y de las responsabilidades familiares, laborales y sociales. En cierto sentido, esa escapada hacia ningún lado sirvió de punto de referencia para Wes Anderson y su 'Moonrise Kindgom'.

En la cinta de 2012, Anderson también muestra a una pareja, aunque esta vez de dos preadolescentes, que huye hacia la isla de Nueva Inglaterra, un lugar en el que cree que vivirán bien.

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'Blade Runner' (Ridley Scott, 1982)

'Blade Runner' (Ridley Scott, 1982)

Jean-Luc Godard se atrevió con los mundos futuristas y la ciencia ficción con 'Alphaville' en 1965, magnífico ejemplo que sirvió para combinar el cine noir con la ciencia ficción. En la cinta se muestra al agente Lemmy Cuation, que se infiltra en la ciudad de Alphaville con el objetivo de encontrar a otro agente desaparecido y asesinar al creador de la villa, el científico Profesor von Braun.

La relación entre Lemmy y Natascha, la hija del Profesor, al igual que la temática y la combinación de géneros serviría posteriormente para que crear 'Blade Runner', dirigida por Ridley Scott y basada en la novela '¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?' de Philip K. Dick.

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'Chungking Express' (Wong Kar-wai, 1994)

'Chungking Express' (Wong Kar-wai, 1994)

El cineasta hongkonés Wong Kar-wai es uno de los más reconocidos de Asia y claro admirador de Godard. Su homenaje a esa gran figura de la nouvelle vague vino con 'Chungking Express', su fotografía y diseño de los personajes rememora a los protagonistas de 'Al final de la escapada', Michel (Jean-Paul Belmondo) y Patricia (Jean Seberg).

Chungking Express en eCartelera

'Dead Man' (Jim Jarmusch, 1995)

'Dead Man' (Jim Jarmusch, 1995)

El cineasta estadounidense Jim Jarmusch es otro de los claros seguidores de Jean-Luc Godard. La cinta 'Los carabineros', dirigida por el cineasta franco-suizo en 1963, era una fábula contra la militarización en forma de sátira con dos campesinos sienten que un uniforme los convierte en la plena ley.

Esa premisa le sirvió a Jarmusch para desarrollar, en blanco y negro, 'Dead Man' en 1995 y protagonizada por Johnny Depp. Con otra trama y enfoque completamente distinto y que se ha convertido en una cinta de culto.

Dead Man en eCartelera