Este fin de semana ha llegado al circuíto de cine independiente 'Shirley: Visiones de una realidad', una peculiar obra austriaca que utiliza trece pinturas del norteamericano Edward Hopper, para desarrollar un drama sobre una mujer que vive en una realidad que no acepta. Su estreno, junto con las inminentes 'Big Eyes' de Tim Burton -sobre el matrimonio de pintores Margaret y Walter Keane- y el biopic 'Mr. Turner' -con un Timothy Spall premiado en Cannes y más que probable candidato al Oscar- nos lleva a repasar varias películas en las que la pintura tiene una presencia decisiva.
'El loco del pelo rojo' (Vincente Minnelli, 1956)
Citada a menudo como ejemplo de biopic modélico, la adaptación de la novela de Irving Stone sobre la atormentada existencia del impresionista Vincent Van Gogh es un estimulante viaje a la locura a través de la obra del pintor holandés, magníficamente interpretado por un inolvidable Kirk Douglas bajo la batuta del gran Vincente Minnelli, que logró además un envoltorio visual imponente para enmarcar el film. Aunque Douglas recibió el Globo de Oro y estuvo nominado al Oscar, fue el también excelente Anthony Quinn el que se llevó la estatuílla como actor secundario por su encarnación de Gauguin.
'Goya en Burdeos' (Carlos Saura, 1999)
Ambiciosa producción de Andrés Vicente Gómez con Carlos Saura en la dirección, 'Goya en Burdeos' ilustra los últimos días de vida del pintor aragonés, exiliado en Burdeos con su amante Leocadia Zorrilla de Weiss, en los que Goya reconstruye para su hija Rosario los acontecimientos que marcaron su vida. Haciendo honor a su personaje central, el film se llevo cinco premios Goya, inluyendo el de mejor actor para un superlativo Francisco Rabal y el de mejor fotografía para el italiano Vittorio Storaro por un excelso trabajo de iluminación que le da a la película un aspecto pictórico muy acorde con su temática.
'Pollock: la vida de un creador' (Ed Harris, 2000)
Personalísimo proyecto de Ed Harris, que dirige y protagoniza este lúcido biopic sobre Jackson Pollock, uno de los pintores norteamericanos más destacados del siglo XX, figura clave del expresionismo abstracto. 'Pollock' sigue el esquema de ascenso y caída del artista, centrándose en su tormentosa relación con su compañera y también pintora Lee Krasner. Son sin duda las interpretaciones de Harris y Marcia Gay Harden (Oscar a la mejor actriz de reparto), las que elevan el film del aprobado al notable.
'Frida' (Julie Taymor, 2002)
Salma Hayek se dejó la piel para sacar adelante este ambicioso retrato vital y artístico de la pintora mexicana Frida Khalo. La actriz completa una entregada interpretación en un film al que Julie Taymor sabe sacar partido en el apartado artístico (apoyándose en la maravillosa fotografía de Rodrigo Prieto y la sugerente banda sonora de Elliot Goldenthal), pero 'Frida' adolece de un guion superficial, que pasa de puntillas sobre el apasionante marco histórico, para centrarse en los vaivenes emocionales y pasionales de la artista. A destacar junto a Hayek, un estupendo Alfred Molina en la piel de Diego Rivera.
'La joven de la perla' (Peter Webber, 2003)
Basada en el célebre best-seller de la novelista Tracy Chevalier, 'La joven de la perla' busca los orígenes del famoso cuadro de Johannes Vermeer en la historia de Griet (Scarlett Johansson), una joven de Delft a la que el pintor costumbrista convertirá en su musa, mientras esta va quedando prendada por la misteriosa personalidad y talento del artista, interpretado por Colin Firth. Una película interesante aunque no tan apasionada como su jugosa premisa exigiría, en la que destaca una cuidada ambientación y sobre todo un maravilloso trabajo del director de fotografía Eduard Serra, que emula en las imágenes del film la luminosidad de los cuadros de Veermer.
'La ronda de noche' (Peter Greenaway, 2007)
El inclasificable Peter Greenaway, uno de los referentes del cine experimental contemporáneo, ofrece en 'La ronda de noche' un peculiar retrato de un trágico periodo en la vida del holandés Rembrandt van Rijn, en el que el artista acaba de perder a su mujer y a sus tres hijos cuando pinta por encargo su célebre 'The Night Watch', singular obra barroca que ilustra a la milicia del capitán Frans Banning Cocq en el momento en el que da la orden de asesinar al alférez Willem van Ruytenburch. El pintor interactúa con los personajes del cuadro mientras la obra se va fundiendo con su tragedia vital en un interesante experimento fílmico para paladares sibaritas.
