Para aquellos que se sienten inquietos sentados en la butaca de una sala de cine, ha llegado a España el cine inmersivo. Este concepto está siendo importado por diferentes compañías españolas para crear verdaderos eventos tematizados, según la película seleccionada para cada ocasión. Sus claves son el secretismo y las grandes dimensiones con las que se recrean los escenarios del film.
Un ejemplo fue la espectacular proyección de 'Regreso al futuro' en Stratford en el verano de 2014, con conciertos, efectos especiales y una imponente mini Hill Valley. La empresa que organizó aquella celebración del cine fue Secret Cinema, que ha servido de ejemplo para aquellos que están abanderando la irrupción del cine inmersivo en nuestro país. Una de esas compañías es Vodafone, que dentro del ciclo Yu What A Movie! proyectó el viernes 18 de noviembre 'Drácula, de Bram Stoker' en la Abadía de Párraces, ubicada en El Bercial (Segovia).
En ese emplazamiento semiabandonado se desarrolló una experiencia que comenzaba mucho antes de sentarse en la butaca. El camino de entrada al edificio, con la dramatizada guía protagonizada por actores, fue uno de los factores determinantes de esa inmersión. Una vez dentro de la abadía, el público se mueve entre diversos y tétricos personajes, esperando a que comience la proyección; durante la cual se recurre a unos efectos algo rudimentarios, pero sincronizados con momentos clave de la película.
De Rumanía a Segovia
Nosotros tuvimos la oportunidad de sumergirnos en el evento, desde la teatralizada entrada hasta la postproyección, cuando preguntamos a varios espectadores cómo habían vivido la experiencia, y qué otras películas les gustaría ver en este tipo de propuestas, que están tratando de innovar en la exhibición cinematográfica. De la mano de Francis Ford Coppola pudimos vivir el cine inmersivo por primera vez, y tendremos que esperar a que se desvele el secreto de cuándo será la próxima.