Cuando se habla de grandes directores de animación japonesa, los nombres de Hayao Miyazaki, Katsuhiro Otomo o Mamoru Oshii son los primeros que salen, eso sin contar a Osamu Tezuka, considerado por muchos como "el padre del anime". Sin embargo, el tiempo pasa y en los últimos años, nuevos directores han llegado con el desafío de tomar el relevo de aquellos maestros, creadores de filmes míticos como 'La princesa Mononoke', 'Akira' o 'Ghost in the Shell'. Uno de ellos es Mamoru Hosoda, uno director con una visión muy interesante sobre la fantasía, a la que le da un añadido de drama social interesante de analizar.
Mamoru Hosoda nació el 19 de septiembre de 1967 en Kamiichi, en la prefectura de Toyama, en Japón. Hijo de un oficial ferroviario, durante su infancia, Hosoda tuvo problemas de tartamudeo, lo que llevó a recibir clases de apoyo durante la primaria. Durante su educación secundaria, Hosoda descubrió la serie de animación japonesa 'Galaxy Express 999' y la película 'El castillo de Cagliostro'. Fue en ese momento cuando descubrió que le atraída el mundo de la animación. Por ello, decidió estudiar pintura al óleo en la Facultad de Bellas de Artes de la Universidad de Kanazawa.
De joven promesa a director consagrado
Aunque su época de estudiante se interesa por la imagen real, finalmente se decanta por la animación. De hecho, estuvo a punto de entrar como animador en Studio Ghibli antes empezar su carrera en Toei Animation. Sin embargo, el estudio de Miyazaki y Takahata llamó de nuevo a la puerta, ya que Hosoda iba a ser el director de 'El castillo ambulante', que iba a ser su auténtica ópera prima. Sin embargo, debido a problemas personal, como también a fuertes diferencias creativas y laborales con Ghibli, Hosoda se retiró del proyecto.
Sin embargo, fue justamente, junto con su salida definitiva de Toei, lo que le llevó a coger la fuerza para dirigir sus propias películas. En 2006 estrena 'La chica que saltaba a través del tiempo', con la que se inicia realmente como cineasta. Con éxito en crítica y público, tres años más tarde estrenaría 'Summer Wars', ambas producidas por Madhouse, el estudio en el que dirigió Satoshi Kon sus películas y se produjeron series míticas como 'Death Note', 'Sakura, cazadora de cartas', 'Nana' o 'Monster'. Hosoda logró crear en 2011 su propia factoría, Studio Chizu, para tener mayor independencia creativa. La jugada le ha salido bien, puesto que se ha convertido en uno de los directores más importantes del anime actual, perteneciente a esa misma ola de nuevos realizadores en la que están Makoto Shinkai, Keiichi Hara, Sunao Katabuchi o Naoko Yamada.
Por ello, es momento de hacer un repaso por las películas de Mamoru Hosoda, ordenadas desde la más imperfecta a la más aplaudida.
Mamoru Hosoda, de peor a mejor
'Digimon: la película' (2000)
Es considerada la única mala película dirigida por Mamoru Hosoda, es también la que primero dirigió. Sin embargo, como bien sabrán los fans de 'Digimon', esta película fue una compilación de retales de dos cortos de la serie y la verdadera primera película de la saga en Japón. Con lo cual, el resultado es más que malo, pero no por culpa de Hosoda ni del resto del equipo creativo, sino por la decisión empresarial de 20th Century Fox de crear "su propia versión" para Occidente.
El resultado es una película llena de incoherencias en la que se narran hechos que ya se vieron en la serie, entremezclados con una trama final que pertenecía a la segunda temporada de la serie. Una pena, ya que Hosoda tenía experiencia con 'Digimon', puesto que dirigió algunos episodios de la serie original.
'One Piece: El barón Omatsuri y la Isla de los Secretos' (2005)
Su segunda película fue también un encargo. Mamoru Hosoda fue el director de la sexta película de la serie 'One Piece', 'El barón Omatsuri y la Isla de los Secretos'. Cinta que expande las aventuras de Luffy y los demás piratas. En esta película, el grupo encuentra una invitación a un complejo turístico en una isla propiedad del barón Omatsuri. Todo parece ideal, pero Luffy y los demás se dan cuenta que todos que la animada gente que se ve en la isla les crece una hoja encima de la cabeza. Todos tendrán que averiguar cuál es el secreto que esconde la isla.
La película ofrece el añadido sobre el significado de la amistad y, sobre todo, la confianza, al enfrentar a sus protagonistas a auténticos retos en los que se verá si, realmente, confían los unos en los otros. Está a la altura de otras películas de la saga como 'One Piece Gold', lo que garantiza un buen rato de entretenimiento para los seguidores de Luffy, Robin, Chopper y los demás. Efectivamente, el "defecto" que tiene 'El barón Omatsuri y la Isla de los Secretos' es que no tiene el sello autoral de Hosoda, que se vio en las películas que hizo ya fuera de Toei y de sagas comerciales.
'Summer Wars' (2009)
Después del éxito de 'La chica que saltaba a través del tiempo', Mamoru Hosoda trajo 'Summer Wars', una obra en la que expande su imaginario fantástico y en el que se ve otro de sus temas constantes: las relaciones familiares. Una historia cuya fantasía reside en el mundo virtual. Hosoda crea dos mundos que se retroalimentan, la vida real e Internet pero que, debido a un hacker, el equilibrio entre la realidad y la red se pone en peligro, poniendo de ejemplo el director cómo un mal uso de Internet puede llegar a provocar auténticas desgracias.
Las relaciones familiares cobran protagonismo en una de sus películas más épicas y fantásticas. Eso sí, cabe recordar que Hosoda no fue el único artífice del éxito de sus tres películas en Madhouse, también fue obra de la guionista Satoko Okudera, que se hizo cargo de los guiones de 'La chica que saltaba a través del tiempo' y 'Summer Wars', también firmó el guion de 'Los niños lobo', pero tomando de referencia una historia original de Hosoda.
'Mirai, mi hermana pequeña' (2018)
La más reciente película de Mamoru Hosoda es también una de sus mejores películas, como también la más personal, ya que se inspiró en su propia paternidad, el nombre femenino que da título al filme es el de su hija. Lo interesante de 'Mirai, mi hermana pequeña' es que acierta al combinar muy bien los elementos fantásticos con lo cotidiano de la vida, algo que la acerca a 'Los niños lobo', convirtiendo al filme en una completa fábula con una educativa moraleja. Es más, aunque Kun, el niño de cuatro años que ve cómo sus padres ya no le prestan la misma atención al llegar su recién nacida hermana, sea un protagonista muy joven, las lecciones que aprende en la cinta transmiten una humanidad y madurez poco vistas en un cine pensado para un público tan joven.
Cabe también destacar que Hosoda, de forma sutil, reivindica la mayor implicación del padre en la familia, al ser él el que se quede en casa a cuidar al bebé recién nacido. También hay que aplaudir esa relación que estrecha Kun con su hermana Mirai cuando una versión más adulta de ella se le aparece. Una interesante y estupenda reinterpretación del clásico 'Un cuento de Navidad' de Charles Dickens. Intimista y alejada de las aventuras fantásticas de 'El niño y la bestia' o 'Summer Wars', es su obra más personal y una de las más completas.
'La chica que saltaba a través del tiempo' (2006)
Por muchos es considerada como su verdadera ópera prima, ya que sus dos anteriores películas eran proyectos por encargo que solo sirvieron de calentamiento para su carrera como realizador. 'La chica que saltaba a través del tiempo' fue su primera película fuera de Toei, la produjo Madhouse. Ya en este largometraje se puede empezar a ver las líneas propias de Hosoda como realizador, al entremezclar elementos fantásticos con otros realistas y cotidianos. Hosoda crea una heroína, Makoto, con personalidad, potente pero inmadura, que comete errores pero aprende de ellos y los enmienda.
Aprovechando los cambios del tiempo en los que se ve envuelta la protagonista, Hosoda crea una película con la que ya que apuntaba maneras, en las que el amor adolescente queda deslumbrado con una animación espectacular y escenas épicas que convirtieron a 'La chica que saltaba a través del tiempo' es una de las películas imprescindibles del 2006.
'El niño y la bestia' (2015)
Después de 'Los niños lobo', Mamoru Hosoda sacó su lado más fantasioso con 'El niño y la bestia', que servía de contrapunto a su anterior película. Una cinta que narraba cómo un niño, Ren, acaba de perder a su madre. Debido a que no tiene noticias de su padre, el chaval huye de la casa de sus tíos y deambula por las calles. Al encontrarse con Kumatetsu, perteneciente al mundo de las bestias, con el que irá al Reino de las Bestias y donde será entrenado como aprendiz de Kumatetsu bajo el nuevo nombre de Kyuta.
A través de un viaje fantástico hacia otro mundo, Hosoda narra la reconstrucción de relaciones paterno-filiales y que los lazos familiares no tienen por qué ser sanguíneos. Interesante reflexión con su trasfondo oscuro, ya que la imagen del villano principal se corresponde a la del rencor adquirido a lo largo del tiempo por prejuicios ajenos. También vale la pena resaltar que es una de sus pocas películas en la que los papeles femeninos están en un lugar secundario.
'Los niños lobo' (2012)
Aunque 'Mirai, mi hermana pequeña' sea su película más personal, es 'Los niños lobo' su filme más redondo. Siguiendo la estela de sus dos primeros filmes, Mamoru Hosoda vuelve a traer una protagonista fuerte y decidida. Sin embargo, la principal diferencia es que Hana es una mujer treintañera, madre de dos hijos, Yuki y Ame, y que debe cuidarlos sola. Dividida en dos actos, el filme combina muy bien el elemento fantástico, el padre de los niños y los propios niños se convierten en lobo, con el drama social, una mujer que tiene que hacer frente al cuidado de dos niños en una sociedad claramente sexista, y el costumbrismo que reivindica una vida más rural y en sintonía con la naturaleza, cuando Hana se va a vivir con Yuki y Ame al campo.
Pocas veces se ha visto a una protagonista con una fuerza interior tan potente, reivindicando a esas mujeres que han sacado solas a sus hijos, sin la ayuda de una figura masculina. Más allá de ese potente mensaje, también se ven los dilemas que existen a la hora de tomar decisiones en la vida, como también asumir que los hijos crecen y se marchan. Cercana al espíritu costumbrista de Isao Takahata, las escenas en el campo evocan a 'Recuerdos del ayer', con un toque fantástico más en la línea de Miyazaki, imposible no acordarse de 'Mi vecino Totoro'. Sin duda, es la gran obra maestra de Hosoda, con permiso de la reciente 'Mirai, mi hermana pequeña'.
