Un buen número de las películas de superhéroes que vemos en la actualidad beben directamente de un trabajo concreto de Frank Miller. El tono de la mayoría de las adaptaciones del género que se hacen hoy en día, es heredero directo de su obra. El cine de superhéroes moderno debe su existencia al famoso guionista de cómics.
El autor más inquietante y que mejor lleva sombreros, con el permiso de Alan Moore, lleva años observando cómo los trabajos con los que en los ochenta y noventa revolucionó el mundo del cómic han pasado de ser la excepción a la norma. Su estilo oscuro, adulto, provocador e intenso, es heredero del "noir", de 'The Spirit' de Will Esiner, de las películas de mafiosos y de las novelas pulp de los años 50. Y cuando comenzó en Marvel, con un team-up entre Spider-Man y Daredevil, era un estilo impensable en un género como el de los superhéroes, pero que durante las siguientes dos décadas, y junto a autores como Alan Moore o Neil Gaiman, se convirtió en la norma. Tanto que el propio Frank acabó comentándole a Alan (como recoge esta entrevista de Deadline:
"- Alan, lo hemos estropeado todo, ya nadie se divierte...
- Tienes razón, Frank."
La primera etapa de Frank en Marvel revitalizó a un superhéroe de tercera como Daredevil hasta convertirlo en uno de los super-ventas de la editorial. El personaje, que en principio no interesaba nada al autor, se convirtió en su primer gran éxito, en un trabajo donde se pueden rastrear los temas y tonos que iba a seguir tratando a lo largo del resto de su carrera. El héroe sacrificado, marcado por la tragedia, abnegado y entregado en cuerpo y alma a defender una ciudad con la que tiene una relación casi obsesiva, se iba a convertir con los años en la marca de la casa de Miller. Después de refundar el mito del héroe ciego con unos guiones y unos dibujos como nadie los había visto antes, de crear a personajes como Elektra, y de empezar a juguetear con la cultura asiática en 'Ronin', su primera novela gráfica, Frank ya era una superestrella en Marvel. Tras coquetear con Lobezno junto a Chris Claremont, un personaje legendario llamó a su puerta.
Nuestro Batman es el Batman de Miller
DC vio en el estilo oscuro y adulto justo lo que necesitaban para revitalizar las ventas de un personaje que aun siendo el más conocido de la editorial pasaba por un momento delicado en números. El personaje llevaba años instalado en una colorida Bat-Familia oscilando entre las aventuras de detectives y los malvados coloridos. Y las ventas mostraban una desconexión entre el nuevo público y el personaje. Cuando desde la editorial le ofrecieron la oportunidad a Miller, y éste hizo las maletas para instalarse en su nueva casa, les propuso una idea revolucionaria: "Quiero hacer que Batman vuelva, quiero que esté retirado y vuelva, esa es la historia que quiero contar".
Así nació 'El regreso del caballero oscuro', una obra moderna, adulta, sangrienta, que no solo redefinió a Batman si no también a Superman, convertido en némesis. El futuro apocalíptico, dominado por un capitalismo feroz en el que se enmarca la historia, ha acabado siendo la realidad que vivimos cada día.
Para acabar de convencernos de que el Batman que tenía en la cabeza era el Batman que necesitábamos, Miller escribió 'Batman: Año Uno', una reescritura de los orígenes del superhéroe que se han convertido en canon oficial. Casi todo lo que creemos saber de Batman en la actualidad es lo que Miller escribió en esta etapa de apenas cuatro números. Las perlas en el callejón, el año de formación de Bruce Wayne fuera de Gotham, la relación simbiótica con la ciudad, la sangre, los rasguños y el carácter sombrío de un protagonista con tendencia a los monólogos son elementos que se inventó Frank Miller, aunque ahora parezcan inherentes del personaje.
Esas dos creaciones de Miller se convirtieron en la confirmación de que el autor era una superestrella, y dede ahí todo lo que creó se convirtió en influencia y cultura. El eco de su arte no tardaría en tocar a otra de sus pasiones, el cine. Ya desde el 'Batman' de Tim Burton se comenzaron a asimilar elementos de la obra de Miller en las películas, tendencia que no ha hecho más que aumentar en cada nueva versión del personaje.
La aventura del cine
El mismo Frank Miller no fue ajeno al impacto que estaban provocando sus obras en Hollywood, y después de la inevitable pelea con las dos editoriales majors y su paso a una editorial más pequeña donde se respetaban sus derechos como autor y creador (recorrido común a todos los grandes autores de la época) comenzó a colaborar activamente en películas y guiones.
El mundo del cómic se metía de lleno en lo que luego se conoció como la época "Grim and Gritty", cuyo padre ideológico es entre otros el mismo Frank. Los cómics se descontrolaron y los antihéroes oscuros dominaron la década para desmayo de muchos. Pero Frank ya estaba en otra cosa, después de unos cuantos acercamientos a tratamientos de guión que acabaron mal, el cineasta Robert Rodriguez llamó a su puerta. La alianza con el texano le proporcionó a Frank la oportunidad de alcanzar su sueño de ver trasladado su universo con sus temas obsesivos de violencia, ciudades y vigilantes a la gran pantalla en la rompedora 'Sin City'. El éxito incontestable de la adaptación que firmaban ambos a la par llevó a que Frank se animara a dirigir su, hasta ahora, única película en solitario, 'The Spirit'. La película fue un sonoro fracaso, que ha alejado a Frank del cine desde entonces, a pesar de que él sostenga que tiene proyectos para volver. Las adaptaciones de obras posteriores como '300' no han contado más que con una ligera aprobación por su parte, demostrando un cierto enfado, muy apropiado al personaje público en el que se estaba convirtiendo.
El nuevo Frank Miller
Decía su exmujer, colorista y colaboradora excepcional en sus mejores obras, Lynn Varley, que a Frank le habían afectado especialmente los sucesos del 11-S en Estados Unidos, y que su ánimo y cinismo le hicieron bajar a los infiernos desde ese momento. Los fracasos en Hollywood se juntaron a los problemas para producir nuevos cómics y a una personalidad pública cada vez más antipática. De esa etapa se recuerda, para mal, su 'All-Star Batman and Robin' un mega proyecto junto al dibujante más famoso de su generación, Jim Lee, que sufrió retrasos y una acogida fría por la manera en la que Miller llevaba el arquetipo del héroe oscuro hasta unos límites que muchos consideraron paródicos. Frank Miller estaba un poco en las mismas, declaraciones públicas pro-violencia rayando en el fascismo hicieron que hasta su entintador de toda la vida Klaus Janson se tuviera que desmarcar de las ideas del dibujante y escritor, que atravesaba sus horas más bajas.
Pero poco después de eso, Frank desapareció. Nunca han quedado claros los motivos de esa retirada temporal, pero se ha especulado mucho con una enfermedad que resulta evidente al ver su cambio físico. Un día hace dos años, una cuenta en Twitter verificada a nombre del autor declaraba su apoyo a Hilary Clinton en las elecciones americanas. Ese tuit marcó el regreso de Miller a la vida pública, y un cambio de tendencia desde sus posiciones más radicales de su pasado cercano. Y desde entonces tenemos a un nuevo Miller: ha vuelto a colaborar con DC, con la que ha publicado la tercera parte de su universo 'Dark Knight' y su discurso ha cambiado a algo más luminoso e inesperado. Muchos cómics y películas siguen envueltas en la oscuridad que él ayudó a poner de moda, pero él ya está a otras cosas. Ha declarado que 'Wonder Woman' y Spider-Man: Homecoming son las mejores películas de superhéroes de los últimos tiempos. Sus cómics tienen esperanza, valores elevados, ideales y una importante presencia femenina. Las heroínas del futuro que está creando ahora son herederas de su mítica Martha Washington, pero son más fuertes y luminosas. Está trabajando en una continuación de '300' donde ahondará en la figura del villano Xerxes para otorgarle la dimensión humana que le faltaba en la primera parte. Hasta habla de crear un cuento para niños con el mítico ilustrador Bill Sienkiewicz.
En sus propias palabras: "Lo que siento ahora mismo es que el cinismo puro es un refugio. Es donde se esconden los cobardes. Hay que combatir eso con ideales y propósito".
Frank Miller sigue queriendo epatarnos con su obra, pero ahora quiere que levantemos la mirada al cielo esperanzados y llenos de imaginación y asombro. Como quiere que nos sintamos cuando leamos su esperadísima versión de los orígenes de Superman en la que trabaja actualmente.
Sea el antiguo Frank Miller o el nuevo, su importancia en el cine de superhéroes que llevamos tiempo viendo es incontestable. Como muestra, eCartelera os trae varios ejemplos de películas que se basan, directamente o no, en su obra. A la espera de que haya muchas más.
La influencia de Frank Miller en el cine de superhéroes
Todos los Batman, todos
Los Batman de Frank Miller ('Dark Night', 'Año Uno' y 'All-Stars') han sido definitivos para el personaje más importante del Universo DC (Superman es más famoso, pero vende menos). No ha habido una sola versión del vigilante en el cine que no haya contado con elementos propuestos por la obra de Frank. Hasta en la trilogía de Christopher Nolan, la menos "comiquera" de todas, el personaje del comisario Gordon (Gary Oldman) está sacado directamente de 'Año Uno'. El que parece que encuentra inspiración infinita en Miller es Zack Snyder, su 'Batman v Superman: El amanecer de la Justicia' adaptó escenas, armaduras, enfrentamientos, y hasta climatología. Hasta el Superman de la película se parece más al personaje crepuscular y atormentado del 'Dark Knight' que a cualquier otra versión. Aunque a veces se eche de menos algo de ligereza, no hay versión actual de Batman que no deba algo a Frank Miller, y no parece que vaya a cambiar la tendencia.
'Logan'
La película de James Mangold con la que Hugh Jackman se despide del personaje que le hizo famoso en el cambio de milenio ha roto una barrera de las muchas que le queda por romper al género de superhéroes, con su nominación al Oscar al mejor guión adaptado. Miller tocó de cerca el personaje de Lobezno en uno de sus últimos trabajos para Marvel, cuando ayudó a lanzar su primera serie en solitario. Pero la influencia de Miller no sólo se queda en lo que aportara al personaje, que él mismo califica de pequeño. Nunca se podría haber hecho una película con un superhéroe de estas características de antihéroe viejo y agotado sin los cómics de 'Batman: El caballero oscuro'. El tono crepuscular de 'Logan', que muchos consideran la razón de que esta película haya roto barreras entre los críticos, es una de las muchas influencias "millerianas" que nos seguimos encontrando hoy en día.
'Sin City'
Ésta es obvia, gracias al empeño de Robert Rodriguez tuvimos esta pequeña joya que por primera vez adaptaba al lenguaje cinematográfico un cómic moderno prácticamente al detalle. El empeño del director texano de contar con Miller para 'Sin City' llegó hasta el extremo de firmar la película como dirigida por ambos creadores. Ese empeño de Rodriguez en que Miller constara como co-director le costó tener que dimitir del sindicato de directores estadounidenses durante un tiempo. Ese mismo empeño puso el director para ayudarle a poner en pie la segunda parte, 'Sin City: Una dama por la que matar', una segunda parte que llegó tarde, diluida y repitiendo temáticas y situaciones hasta la saciedad. Aunque ya en el final de esta película, con la vindicación del personaje de Jessica Alba, vemos uno de los temas que se van a repetir más en el Miller actual. Los personajes femeninos que toman el relevo de los masculinos, que mueren o se retiran.
'The Spirit'
'The Spirit' fue el gran fracaso de Miller, a pesar de contar de estrellas del calibre de Scarlett Johansson, Samuel L. Jackson (¡y Sarah Paulson, y Paz Vega!), y de nacer al rebufo del éxito de 'Sin City'.
El público no entendió el ejercicio de estilo que proponía el creador, que quería honrar al autor de cómics que él considera como su maestro, directo e indirecto, Will Eisner. El autor de cómics que da nombre a los premios más prestigiosos de esa industria creó el primer vigilante enmascarado enamorado de una ciudad, del que Miller sacó inspiración para el resto de protagonistas de sus historias más celebradas. La estilización de 'Sin City' llegaba a un nuevo límite, y el sentido del humor retorcido y oscuro de Miller estaba más claro que nunca. Pero acabó siendo una peli fallida que al mismo tiempo llegó tarde y pronto. Recordaba demasiado a lo que ya había hecho Miller en el cine y a la vez era más moderno de lo que la gente estaba dispuesto a tolerar en una película de superhéroes de la época.
'Daredevil' y 'Elektra'
No sólo en la película de 2003, si no también en la serie de Netflix protagonizada por Charlie Cox, parece que la historia de Daredevil no se pueda contar sin introducir los temas que Frank Miller introdujo en su primer gran éxito en los cómics. Si la génesis del héroe se la debemos a Stan Lee, las temáticas más reconocibles del personaje son de Frank. Él fue el que investigó las tensiones internas que el origen católico del personaje le causaba, entre otras muchas cosas.
Una de las invenciones más importantes es, por supuesto, el personaje de Elektra. La mercenaria ninja, heredera de su mito griego homónimo es uno de los personajes más importantes de finales de los 80. Frank Miller mató y resucitó a Elektra en el cómic. Esta muerte y resurrección ya han sido adaptadas a la pantalla en dos ocasiones, en la película de Jennifer Garner y en la serie de televisión de Netflix. Es verdad que ese empeño de mediados de los 2000 de no respetar el material original de las superheroínas nos dejó una de las películas más mediocres del género, pero si no hubiera sido por la base de fans del personaje de Miller, la película ni siquiera habría existido.
'300'
Los culpables de que desde hace 10 años tengamos que sufrir a aficionados del crossit y gente en acontecimientos deportivos en general gritando "Somos espartanos uh! uh! uh!" son Frank y Zack Snyder, a la par. El ejercicio que Miller hizo con este cómic fue de lo más aclamado en una época complicada para el autor. Un cómic en apaisado, con poco texto y tratando la historia griega antigua como material de base para llegar a casi hacer fantasía épica; era algo nunca visto. Y parecía un material ideal para adaptar al cine, suficientemente alejado de su estilo noir de 'Sin City' o 'The Spirit', para hacer olvidar sus fracasos.
Pero Miller no quería saber nada del tema. Allá donde le pregunten, dice que esta es una película de Snyder y que él no tiene nada que ver. Ahora prepara una continuación que según cuenta funcionará como corrección del tratamiento maniqueo del villano, dando a Xerxes la dimensión de figura política y cultural que le negó en la primera. De todas maneras, la estética que Snyder descubrió en '300', con sus colores metalizados, sus cámaras lentas y sus relámpagos, cimentó una carrera del director como adaptador de cómics que le llevó a 'Watchmen' y luego a todo el universo DC al completo cuando empezó a prepararlo como arquitecto principal.