Las salas de cine siguen sufriendo las consecuencias de la pandemia. Aunque los espectadores han ido regresando poco a poco, no han vuelto todos (el público adulto sigue sin regresar al cine con el nivel de antaño) ni tampoco a todos las películas (las únicas que hacen cifras como antes son las películas evento y el cine familiar). La situación sigue siendo muy delicada. Para prueba, el reciente cierre de los Cines Conde Duque Santa Engracia y Alberto Aguilera en Madrid, dejando el centro de la capital con cada vez menos cines.
Desde la Federación de Cines de España piden que se lidie con una de las principales consecuencias de la pandemia: la reducción de la ventana de exclusividad de la gran pantalla. Antes de la llegada del coronavirus y del auge de las plataformas de streaming, las películas solo podían ser exhibidas en cines a lo largo de unos cuatro meses. A partir de ahí se pasaba a unos pocos meses más en los que también se podía lanzar a la venta o alquiler en formato doméstico o digital. Por tanto, no llegaban a plataformas de streaming hasta unos siete meses después de su estreno en cines. Sin embargo, con los cines cerrados y posteriormente con reducción de aforo, las distribuidoras empezaron a reducir esa ventana hasta alcanzar un estándar que ahora es de 45 días, solo un mes y medio después de su estreno en cines. Para los exhibidores es una ventana demasiado corta que "lastra la explotación de las películas en cartelera", que "retrasa la recuperación del sector" y que confunde al espectador, que no sabe si una película llega a cines o a streaming. Desde FECE señalan esta desinformación como "uno de los principales obstáculos con los que se está encontrando la industria a la hora de conseguir la vuelta de los espectadores a las salas".
Por eso han solicitado un nuevo estándar en el calendario de distribución que marque que los 100 primeros días desde el estreno de la película sean exclusivos para los cines. Los exhibidores señalan que la ventana de exclusividad ha sido hasta la pandemia "un modelo de éxito, beneficioso para la industria cinematográfica en su conjunto". España no sería la primera en implantar una medida así. Italia aprobó recientemente una ventana de exclusividad para los cines de 90 días, y Francia tiene la normativa más favorable para las salas con una ventana de exclusividad de 15 meses.
Ventajas e inconvenientes
Ampliar la ventana de exclusividad de los cines sin duda daría una mayor sensación de que si queremos ver una película, tenemos que verla allí. Desde que distribuidoras como Warner Bros. o Disney se acogieron a la ventana de 45 días, muchas veces da la sensación de que se corta la vida útil de una película en la gran pantalla con una llegada demasiado pronto a las plataformas de streaming. Pero este cambio también supondría problemas logísticos para esos estudios que han prometido a sus clientes en streaming que sus películas estarán disponibles en las plataformas 45 días después de su estreno en salas. Disney, por ejemplo, ha amenazado con no estrenar en cines de Francia su próxima película de animación, 'Mundo Extraño', al no poder lanzarla 45 días después en Disney+. Los exhibidores franceses, por supuesto, pusieron el grito en el cielo porque les deja sin una de las grandes bazas para la temporada navideña. También hay otro problema: al tratarse de plataformas internacionales no podrán evitar que las películas sí lleguen a streaming 45 días después de su estreno en otros países, por lo que empezarían a circular por Internet de manera ilegal antes de que terminara la ventana de 100 días. El sector del cine sigue en un momento muy cambiante, pero también crítico. La media de recaudación de los cines ha caído un 42% respecto a los años previos a la pandemia, así que sigue siendo imperante buscar soluciones para que los cines vuelvan a tener una fuerza lo más parecida a antes del coronavirus.
