El final del mes de abril nos ha traído un montón de emociones fuertes: el estreno de 'Vengadores: Endgame', 'La larga noche', las elecciones generales o el comienzo de la nueva era de Taylor Swift con el lanzamiento de 'Me!' han podido despistar a más de uno, provocando que alejásemos nuestra atención de cualquier otro producto cultural que se estrenase durante el mismo mes (a excepción de la nueva temporada de 'Las escalofriantes aventuras de Sabrina' y la revelación del verdadero aspecto de Lucifer).
Sin embargo, a principios de abril Netflix añadía a su catálogo las primeras temporadas de dos viejas glorias del anime, 'Inuyasha' y 'Naruto'. Dejando la segunda y más conocida a un lado, hoy venimos a reivindicar la primera. 'InuYasha', basada en el manga homónimo escrito e ilustrado por Rumiko Takahashi, se emitió originalmente entre el 2000 y el 2004 con un total de 167 episodios, aunque los últimos 26 llegaron a la pequeña pantalla entre 2009 y 2010 bajo el título de 'Inuyasha: Kanketsuhen' ("El Acto Final").
¿De qué va 'InuYasha'?
Ambientada en una versión ficticia del denominado periodo Sengoku, marcado por las guerras en el Japón feudal que abarcó del 1392 al 1573, donde demonios de todo tipo campan a sus anchas, la serie nos presenta como protagonista a InuYasha, un medio-demonio que seduce a la sacerdotisa Kikyo e intenta hacerse con la "Esfera de los cuatro espíritus", una joya que estaba bajo su protección, con el objetivo de utilizarla para convertirse en un demonio completo. En la resultante batalla, Kikyo dispara una flecha a InuYasha, sellándolo a un árbol en un sueño encantado y muriendo ella poco después como consecuencia de las heridas.
A petición de Kikyo la joya es quemada junto a su cuerpo solo para reencarnarse con ella en Kagome, una adolescente que vive en la actualidad y cuya familia posee un santuario situado en el mismo lugar en el que InuYasha fue hechizado. Es entonces cuando un demonio que busca robar la joya arrastra a Kagome hasta el siglo XV a través de un pozo que conecta las dos épocas. Una vez allí, libera a InuYasha de su hechizo arrancándole la flecha que le mantenía sellado, la esfera es extraída de su cuerpo y al intentar defenderse de una nueva amenaza rompe accidentalmente la joya, cuyos fragmentos se dispersan a lo largo del territorio. La trama general se centra en la búsqueda de InuYasha y Kagome de los distintos fragmentos para poder reconstruirla, al mismo tiempo que luchan contra otros demonios que quieren hacerse con su poder.
Si este breve argumento todavía no te ha convencido pero te ha picado la curiosidad, te presentamos algunas razones por las que engancharte a este clásico de principios los 2000.
Por qué tienes que ver 'InuYasha'
Cultura e historia
La mayor parte de demonios y todo tipo de seres mágicos que aparecen a lo largo de la serie están basados intencionadamente en figuras pertenecientes al folclore y la mitología japonesa, por lo que los fans de la misma verán en la serie la oportunidad perfecta para aprender sobre ella. Además se ambienta en un periodo histórico que ha sido modificado para favorecer la narrativa, pero con el que sigue manteniendo grandes similitudes: el modo de vida y personajes como aldeanos, monjes, sacerdotisas, soldados y generales aparecen perfectamente reflejados en esta época de entre guerras.
De esta forma tanto el manga como el anime han sabido trasladar cuestiones culturales de la sociedad nipona a un público occidental.
Viajes en el tiempo
'InuYasha' bebe de multitud de subgéneros de ficción, y uno de los más importantes es el de los viajes en el tiempo: Kagome viaja hasta una época que no es la suya y la veremos adaptarse a un estilo de vida completamente diferente al que está acostumbrada. Además, continúa siendo una adolescente con la obligación de sacarse un graduado escolar, por lo que tendrá que volver a la actualidad para seguir viendo a su familia y continuar con sus estudios.
Igualmente asistimos al proceso contrario: InuYasha viajará también al presente y se quedará calvo con todos los avances de la modernidad.
Representación femenina
A pesar de que los protagonistas de esta historia son Kagome e InuYasha, muchos personajes recurrentes los acompañan a lo largo de su aventura por el Japón feudal, y entre todos ellos es importante destacar la alta presencia de personajes femeninos con peso en la trama. Hacer una lista interminable de nombres sirve de poco, pero todos ellos aportan una gran diversidad a la historia y dotan a las jóvenes y no tan jóvenes de referentes de inspiración que ya le hubiese gustado al MCU tener en nuestros días.
Lecturas alternativas de las minorías
Del mismo modo que dentro del mundo del cómic se ha utilizado con frecuencia la figura del "monstruo" para la representación del Otro, del diferente, y ha sido recogida por diferentes minorías como un resquicio en el que verse reflejados (el mejor ejemplo es quizás el de los 'X-Men' y cómo parece universalmente aceptado que su historia es una alegoría sobre la tolerancia racial e identitaria, al centrarse constantemente en temas como la segregación forzosa y voluntaria, la persecución o las campañas genocidas), hay un tipo de público que también ha encontrado en 'InuYasha' un lugar en el que verse.
Las lecturas alternativas que podemos hacer en términos de mestizaje, intercambio cultural e inmigración son evidentes. InuYasha es un medio-demonio, hijo de un demonio perro (Inugami) y una mujer humana. Tanto su padre como su hermano mayor Sesshomaru pueden cambiar su aspecto entre un perro demonio y su apariencia humana, pero como medio-demonio, InuYasha se presenta siempre como un humano con características caninas: colmillos, garras y orejas de perro; así como un pelo largo y blanco y una gran longevidad que comparte con sus familiares demoniacos.
Al tratarse de un personaje híbrido, mestizo, es rechazado tanto por las poblaciones de humanos que temen a los demonios, como por los demonios del siglo XV que lo aborrecen por ser el fruto de una relación prohibida. De esta forma el protagonista es reflejo de realidades sociales actuales con las que diferentes grupos se pueden sentir identificados: las personas con un origen birracial o los conocidos como "segunda generación" dentro de los movimientos migratorios (hijos de inmigrantes que no se sienten completamente identificados con la cultura en la que han nacido ni con la cultura de sus padres).
Un amor imposible
Aquí estamos todos a favor del amor, y la historia del cine y la televisión nos ha confirmado que cuanto más imposible más ganas tenemos de que ocurra. InuYasha y Kagome a medida que va pasando el tiempo van notando una atracción mutua, pero hay muchos factores a superar para que esta pueda evolucionar: Kagome tiene 15 años y pertenece a la actualidad, mientras que InuYasha es un medio-demonio que busca deshacerse de su parte humana. Además Kagome es la reencarnación de Kikyo, la mujer que selló a InuYasha durante años y de la que sigue enamorado pero odia al mismo tiempo, sentimientos que aflorarán cuando la propia sacerdotisa resucite en la época feudal y que proyectará sobre la propia Kagome, provocándole un estado de confusión. ¿Conseguirá esta atracción sobrevivir a las adversidades?
La evolución de sus personajes
Si por algo se caracterizan los personajes habituales que aparecen en esta road trip medieval en busca de los fragmentos de la "Esfera de los cuatro espíritus", tanto demonios como humanos, protagonistas y antagonistas, es por su desarrollo y evolución. No son personajes planos, sino moldeables y con cambios. Figuras con grises y matices.
Asimismo, es interesante destacar que los arcos narrativos de los demonios principales presentan una tendencia a abandonar gradualmente su naturaleza salvaje y destructiva para involucrarse más con los humanos. ¿Qué ocurrirá con InuYasha cuando empiece a plantearse que de la misma forma que puede convertirse en un demonio completo también pueda abrazar su parte humana?
