El día de ayer se cumplieron veinte años del estreno en Estados Unidos de 'La bella y la bestia', uno de los clásicos animados más exitosos, que disparó al estudio Disney en la década de los noventa a una etapa dorada, tras unos años de escasa relevancia desde finales de los setenta.
La película actualizaba la fábula francesa del siglo XVIII escrita por Leprince de Beaumont, que con tono más grave había llevado al cine en los años cuarenta Jean Cocteau, y pretendía seguir la estela del éxito de 'La Sirenita' un par de años antes. Contó con un guion de Linda Woolverton, autora del libreto de la reciente 'Alicia en el país de las maravillas' y fue dirigida por Gary Trousdale y Kirk Wise, que repitieron en otras dos películas Disney, 'El jorobado de Notre Dame' y 'Atlantis, el imperio perdido', de peores resultados comerciales y artísticos.
'La bella y la bestia' recaudó desde su estreno en noviembre de 1991 casi 380 millones de dólares en todo el mundo y fue la primera cinta de animación nominada al Oscar a la mejor película en 1992, obteniendo además dos estatuillas a la mejor banda sonora (compuesta por Alan Menken) y mejor canción ('Beauty and the beast' que interpretaba Angela Lansbury durante la escena del baile y Celine Dion junto a Terry Bradford en los títulos de crédito).
De todos es sabido su argumento: Bella, una joven alegre y amante de los libros, se aloja, a cambio de la libertad de su padre, en un castillo sobre el que pesa una maldición, con un príncipe huraño convertido en bestia, el cual para romper el hechizo debe ganarse el amor de una mujer antes de que caiga el último pétalo de una rosa encantada. A partir de ahí, se desarrolla una historia de amor clásica, con destellos de humor a cargo de los personajes secundarios, los sirvientes del príncipe, transformados por el hechizo en muebles y utensilios caseros. Inolvidables son dentro de la galería de personajes Disney, el reloj Din-Don o el candelabro Lumière.
A partir de su estreno, Disney entró en una espiral de éxito imparable con 'Aladdin', 'El rey León' y en menor medida 'Pocahontas', 'El jorobado de Notre Dame' o 'Mulan'. Sólo la irrupción de Pixar y su animación por ordenador en 1995 con 'Toy Story' parecía amenazar el trono de la firma Walt Disney. Y como bien es sabido, cuando esta competencia se volvió en efecto dañina, Disney optó por comprar Pixar, y de su unión han resultado auténticas joyas de la animación y del cine en general.
Volviendo a la película cuyo aniversario nos atañe, la fama y relevancia de 'La bella y la bestia' no se quedó en su estreno en 1991, pues conoció una secuela navideña distribuida en vídeo doméstico en 1997 y además generó un exitoso musical de Broadway basado en las canciones de Alan Menken, adaptadas para el teatro por Tim Rice. Estuvo sobre las tablas desde su estreno en 1994 hasta 2007 y llegó a España en 1999 en el Teatro Lope de Vega con Carlos Marin y Xenia Reguant como protagonistas. Ricardo Gómez (el popular Carlitos de la serie 'Cuéntame cómo pasó') interpretó durante un año a la tacita Chip y Manuel Bandera dio vida a Gastón, personaje al que en su reestreno en 2007 encarnaba Pablo Puyol.
Reestreno en 3D
Dos décadas después, el clásico de Disney regresará a las pantallas de cine el próximo mes de enero en Estados Unidos en su versión en 3D, que ya se estrenó sin demasiada relevancia en 2010, pero tras el enorme éxito del reestreno de 'El Rey León' en formato tridimensional en Norteamérica, los estudios han decidido darle una segunda oportunidad a las nuevas generaciones, para que acudan a ver en pantalla grande 'La bella y la bestia'. Veremos si la estrategia le sale rentable a Disney.
Conviene recordar en este 20º aniversario, que hubo un tiempo no tan lejano en que la animación tradicional reinaba entre el cine familiar, y con ella historias que no huían del calificativo de cine "para niños", ni buscaban subtexto adulto de manera tan afanosa como ahora lo hace Pixar, ni guiños paródicos en la línea de DreamWorks. Los argumentos de Disney, a menudo de gran calado dramático, se basaban en cuentos clásicos o fábulas infantiles, que se adaptadaban a la pantalla en formato musical (una de las constantes con las que rompieron DreamWorks y Pixar a finales de los 90 y principios del siglo XXI) dando lugar a recordadas bandas sonoras de enorme éxito comercial, que adaptaban al idioma de cada país, cantantes de gran fama.Disney ha querido recientemente recuperar esta línea clásica de animación tradicional con la agradable 'Tiana y el sapo' y sobre todo con 'Enredados', de gran éxito en taquilla, que adaptan cuentos clásicos de princesas, recuperan el formato musical y se orientan a un público más infantil que las crecientemente complejas películas de Pixar. Y es muy de agradecer para los espectadores que el estudio tenga como objetivo mantener ambas líneas funcionando al mismo tiempo.